India y Pakistán parecen acercarse peligrosamente a un enfrentamiento armado tras las cinco pruebas nucleares realizadas por Nueva Delhi la semana pasada, las que amenazan destruir las tensas relaciones entre ambos países.
Ambos países asiáticos dan gritos de guerra por el disputado estado de Cachemira y Jamú en el norte de India, motivo de pelea desde hace 50 años y posible punto de partida de un enfrentamiento armado en Asia meridional.
El ministro del Interior, Lal Kishan Advani, del gobernante Bharatiya Janata (BJP, Partido Nacionalista Hindú), amenazó el lunes "actuar con firmeza" con Pakistán "si este no retira su política anti-India en relación a Cachemira".
Tras una reunión de alto nivel en Nueva Delhi para discutir la situación, en la que participó el jefe de las fuerzas armadas, Advani dijo que "Islamabad debe reconocer el cambio en la geoestrategia en la región y el mundo".
Las reacciones no se hicieron esperar en Islamabad. El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, dijo el martes que tomó "la amenaza muy seriamente. "India está amenazando cada día con un ataque", dijo.
Los dos vecinos se enfrentaron en más de una ocasión por el territorio de Cachemira desde que India logró la independencia en 1947, llegando a la guerra en 1948 y 1965. Una tercera lucha en 1971, el último enfrentamiento militar, se produjo por Bangladesh.
Ambos países se lanzan otra vez tras el mayor poderío militar después del ingreso de India al exclusivo club nuclear como sexto miembro, y con la amenaza de Pakistán de seguir el mismo camino.
Sharif está bajo intensas presiones internas para realizar una inmediata prueba nuclear, que crece "cada hora", según dijo a periodistas en Islamabad, aunque líderes mundiales lo exhortaron a la moderación.
Delegaciones de alto nivel de Estados Unidos y Japón llegaron a Islamabad para intentar persuadir a los líderes pakistaníes.
Pero el primer ministro dijo que su gobierno no se doblegará bajo ninguna presión internacional, y acusó a la comunidad internacional por no sancionar a India.
Durante la cumbre del Grupo de los Ocho la semana pasada en Birmingham, líderes de los siete países más ricos y Rusia se dividieron ante el tema de las sanciones económicas a India.
"Si el mundo hubiera castigado a India, le habría dicho a mi pueblo que ahora no hay justificación para detonar nuestros dispositivos nucleares … pero esto no sucedió", dijo Sharif.
Mientras, la cancillería pakistaní hizo una declaración en respuesta a la advertencia del ministro de Interior indio sobre una "firme" acción contra Pakistán, llamándola una "afirmación de las políticas hegemónicas indias ahora respaldadas por la nuclearización abierta".
Una y otra vez Pakistán acusó a India, en varios foros internacionales, de utilizar su fuerza militar para ahogar un movimiento independentista en Cachemira. En 1989, el valle estalló en una insurrección armada.
India acusó a Pakistán de ayudar y entrenar a los militantes, incluyendo mercenarios contratados de la guerra en Afganistán, para hacer su guerra en Cachemira, de mayoría musulmana.
Pero las acusaciones fueron negadas por Islamabad, que demanda un referéndum para que la población de Cachemira decida la unión a Pakistán o India.
El año pasado se celebraron elecciones en Cachemira por primera vez desde 1990, cuando el gobierno estadual fue desplazado. El ministro jefe del estado, Farooq Abdulah, se alió con el gobierno de coalición del BJP.
Las pruebas nucleares, ordenadas por el primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee, pocas semanas después de haber asumido el poder, fueron realizadas el 11 y 13 de mayo en el desierto de Rajastán, en el noreste de India, cerca de la frontera con Pakistán. (FIN/IPS/tra-en/an/lp/ip/98