El comercio entre Estados Unidos e Indonesia cobró nuevo impulso esta semana aunque activistas indonesios por la democracia presionan para que se termine el apoyo militar al gobierno del presidente Alí Suharto.
"La mejora económica no significará nada sin reforma política", dijo a IPS Pius Lustrilanang, quien habría sido secuestrado en febrero y torturado durante dos meses.
"Reforma" se ha transformado en el término preferido de los indonesios que pretenden expulsar al general Suharto, quien permanece en el poder desde 1968.
La ayuda financiera de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) al régimen del "Nuevo Orden" debería condicionarse a la democratización, la reforma política y el reconocimiento de los derechos humanos en el cuarto país más poblado del planeta, exhortó Lustrilanang.
Mientras el líder estudiantil de 30 años hablaba con los periodistas el viernes, autoridades indonesias y estadounidenses firmaban un acuerdo para ofrecer un seguro de crédito a corto plazo de hasta 1.000 millones de dólares para financiar exportaciones de Estados Unidos a Indonesia.
Funcionarios de gobierno y empresarios celebraron luego el acuerdo en un almuerzo presidido por Fuad Bawazier, ministro indonesio de Finanzas, y James Harmon, presidente del Export- Import Bank de Estados Unidos, la institución oficial de crédito para las exportaciones, también conocida como Ex-Im Bank.
El programa del Ex-Im Bank permitirá a bancos de Estados Unidos confirmar cartas de crédito emitidas por bancos de Indonesia en representación de exportadores estadounidenses.
Las compras de bienes y servicios estadounidenses por parte de fabricantes indonesios disminuyeron abruptamente desde que estalló la crisis financiera en el sudeste asiático, a mediados del año pasado.
Los riesgos que asume el Ex-Im Bank con el nuevo programa serán compensados por una garantía soberana del Ministerio de Finanzas de Indonesia, que se hace responsable de cualquier incumplimiento.
Ese compromiso y otros similares de Japón, Singapur, Canadá, Australia y Malasia "aliviarán la restricción de créditos que ha obstaculizado nuestras exportaciones", destacó Bawazier.
"Es apropiado que el Ex-Im Bank llene la brecha de la financiación de exportaciones hacia Indonesia", expresó Harmon, y añadió que el esfuerzo ayudará a promover las exportaciones estadounidenses hacia ese país del sudeste asiático.
A través de los años, tales exportaciones incluyeron apoyo para el ejército indonesio, según actas de asambleas del directorio del Ex-Im.
Sólo en 1995, el órgano aprobó al menos dos préstamos directos para compras de armas de Indonesia: uno de 15,4 millones de dólares para "partes de aviones y servicios de revisión" y otro de 22,9 millones para helicópteros de guerra.
Además, el Pentágono (Departamento de Defensa de Estados Unidos) entrena fuerzas del ejército indonesio desde 1992 pese a una prohibición del Congreso destinada a limitar las violaciones a los derechos humanos, según documentos recién revelados de ese Departamento.
Las "técnicas" enseñadas incluyen "operaciones militares en ámbitos urbanos", métodos avanzados para francotiradores y tortura psicológica.
Entre los soldados capacitados en el programa de "Entrenamiento Conjunto y Combinado de Intercambio" había miembros de la unidad Kopassus, acusada por diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos de tortura y asesinato de civiles.
Funcionarios indonesios negaron tales acusaciones así como cualquier participación en el secuestro de Lustrilanang y al menos otros 49 activistas políticos "desaparecidos".
Estados Unidos, como la única superpotencia del mundo, y el FMI, como controlador del paquete internacional de rescate de 43.000 millones de dólares a Indonesia, tienen la llave para promover la democracia en ese país, destacó Lustrilanang.
El público estadounidense debe entender que los activistas de Indonesia sienten que "la democracia vale más la pena que la muerte", agregó. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/ml/if hd/98