El acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE) para no aplicar aspectos extraterritoriales de la ley Helms-Burton es un golpe para la solución multilateral de los contenciosos comerciales.
Al mismo tiempo, el pacto alcanzado en la ciudad británica de Birmingham apoya la tesis de que en Washington se abre camino la flexibilización del embargo impuesto hace 36 años a Cuba, según analizó el Sistema Económico Latinoamericano (SELA).
El entendimiento del día 18 entre los gobernantes de los 15 miembros de la UE y el presidente Bill Clinton no elimina la irritante ley, que impone sanciones a los inversores de otros países en Cuba, al igual que otra norma estadounidense que establece represalias parecidas contra Irán y Libia.
Pero Estados Unidos renuncia a las sanciones, a cambio de que los europeos eviten hacer exportaciones tecnológicas y militares a esos países o comprar antiguas propiedades de estadounidenses que fueron expropiadas por sus actuales regímenes. El primer aspecto involucra sobre todo a Irán y Libia y el segundo a Cuba.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) es una gran perdedora con el acuerdo de Birmigham, aseguró a IPS la venezolana Manuela Rangel, directora de Relaciones Económicas del SELA, con sede en Caracas e integrado por Cuba y otros 27 países.
Inicialmente, la UE recurrió ante la OMC para que se dictaminara el carácter violatorio de sus normas de la ley Helms- Burton, en vigor desde 1996, abanderando el rechazo internacional contra la ilegal extraterritorialidad impuesta por Washington.
Pero después la UE abandonó la vía de la OMC para pactar directamente un entendimiento que no representa una derogación de la ley, aunque en Birmingham se haya dicho que se reactivará el reclamo ante el organismo, de romperse algo de lo acordado.
"Para la institucionalidad multilateral es un golpe muy duro, porque dos grandes actores económicos del mundo marginan el mecanismo de solución de controversias pactado por todos para arreglarse mediante mutuas concesiones", comentó Rangel.
"Lo que está en discusión con la ley Helms-Burton son principios sustantivos de las reglas de la OMC como son el unilateralismo y la extraterritorialidad", acotó.
La señal "es amarga y preocupante para los más pequeños que tienen en la aplicación de los mecanismos multilaterales el dique ante los excesos proteccionistas de las potencias", dijo la directiva del SELA.
Cuba perdió la oportunidad de un dictamen contra la ley Helms- Burton y el rechazo del presidente Fidel Castro al acuerdo de Birmingham al día siguiente de ser alcanzado, en la misma sede de la OMC en Ginebra, tiene un especial significado en ese sentido.
En la práctica, sin embargo, reanima un importante cúmulo de proyectos que habían sido postergados por los inversores por un llamado "efecto precaución" y que ahora llegarán rápidamente a la isla, según análisis europeos.
Y más allá de sus aspectos negativos, Birmingham se encuadra en una revisión de Washington, así sea incipiente, de los alcances del bloqueo a La Habana, que tiene su punto de partida en la visita del papa Juan Pablo II a Cuba en enero.
La política del embargo a Cuba, endurecida mediante la ley Helms-Burton, comienza a ser desafiada abiertamente dentro del Congreso norteamericano, destacó la publicación mensual Antena del SELA en Estados Unidos.
La semilla papal contra el aislamiento a Cuba llevó a Clinton a relajar el embargo en aspectos humanitarios, como la transferencia de remesas de emigrantes y los viajes a la isla.
Mientras, los empresarios aumentaron la presión a favor de un paulatino fin del bloqueo, abanderados por la Cámara de Comercio, que ve cómo los mejores negocios en la cercana isla se los han ganado europeos, canadienses y latinoamericanos.
En el Congreso salió a la luz un debate sobre el embargo que se mantenía soterrado. El Subcomité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, presidido por el republicano Philip Crane, dedicó el día 7 toda su sesión a estudiar la atenuación del embargo.
Sólo uno de los cuatro paneles de testigos convocados por Crane defendió el mantenimiento intocado del embargo, mientras que dos proyectos legislativos favorecen su flexibilización.
Uno es impulsado por el representante demócrata Esteban Torres y copatrocinado por una cuarta parte de los miembros de las dos cámaras. Se titula "ley del comercio humanitario con Cuba" y procura promover que se excluyan del embargo a los suministros alimenticios y médicos, entre otros.
Otro corresponde a la iniciativa del senador demócrata Christopher Dodd, bajo el título "ley de ayuda humaniaria para los niños y las mujeres de Cuba" y como el promovido por Torres tiene como aliados a gremios empresariales, organizaciones humanitarias, la iglesia católica y académicos.
Esos sectores tienen ahora como herramienta un informe del Departamento de Defensa (Pentágono) difundido el día 6, en que se argumenta que Cuba perdió mucho peso como amenaza para la seguridad de Estados Unidos, un clásico argumento a favor del embargo.
Ninguno de estos movimientos, ni el acuerdo de Birmingham, promueven más que la atenuación del embargo original y del endurecimiento que supuso la ley Helms-Burton, pero representa un incremento de las objeciones a la política del bloqueo.
Pero hay una novedad interesante. Los aliados de la limitación del embargo son ahora sectores "centristas" dentro de los factores de poder y los grupos de presión de Washington, como son los dirigentes de la política militar y la comunidad empresarial.
Ese elemento va a llevar a que los legisladores opuestos a Cuba sean percibidos como extremistas, excluyéndolos de la posición de centro que siempre termina dominando la opinión pública en ese país, lo que alimentará cambios respecto a La Habana. (FIN/IPS/eg/mj/ip if/98