El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Renato Ruggiero, advirtió hoy a los países que resistan las medidas proteccionistas y recalcó que un fuerte sistema comercial multilateral representa "una fuerza de estabilidad y cooperación" para los 132 estados miembros.
Al comienzo de una reunión de tres días convocada para festejar los 50 años del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, predecesor de la OMC, Ruggiero dijo que los ministros de Comercio deben ofrecer una "señal inequívoca" de que mantendrán sus mercados abiertos pese a la crisis financiera de Asia.
"El mantenimiento de la apertura comercial es la principal ruta hacia un crecimiento renovado", insistió el director general de la OMC, y exhortó a completar el libre comercio de los productos exportados por las naciones más pobres del mundo.
Ruggiero, respaldado por el comisario de Comercio de la Unión Europea, Leon Brittan, y en menor grado por la representante comercial de Estados Unidos, Charlene Barshefsky, utiliza el encuentro de la OMC para presionar por una mayor liberalización comercial.
Pero no todos están de acuerdo. La reunión de Ginebra también se ha convertido en un foro para aquellos que creen que el libre comercio causa más daño que beneficio a las naciones en vías de desarrollo.
"No hay nada que celebrar", afirmó Myriam Vander Stichele, del Instituto Transnacional de Amsterdam. "En todo el mundo, la gente sabe por experiencia que no puede beneficiarse de un sistema comercial dominado por las compañías multinacionales", agregó.
El presidente de Cuba, Fidel Castro, también criticó a la OMC en Ginebra por seguir "las leyes ciegas y descontroladas del mercado".
Durante más de dos días, las calles de Ginebra se llenaron con más de 5.000 manifestantes que comparten el desdén de Castro por la liberalización comercial, pero lo expresaron de una manera más directa.
"Muchos países del Sur sienten que no dan más, pero igualmente son presionados para firmar un nuevo acuerdo que será más significativo que el de la Ronda Uruguay", denunció Martin Khor, director de la Red del Tercer Mundo, una organización no gubernamental con sede en Penang, Malasia.
Khor predijo que la próxima ronda mundial -que la Unión Europea (UE) espera lanzar el 1 de enero del 2000 y llamarla, oportunamente, "la ronda del milenio"- cubrirá nuevos y viejos temas que continúan preocupando a los miembros de la OMC.
Estados Unidos y la UE presionarán a los países en desarrollo para que acepten discutir la liberalización de los flujos transfronterizos de inversión porque no pudieron obtener una decisión rápida al respecto en el marco de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, predijeron activistas.
La ronda también se concentrará en política de competencia, compras del Estado, normas laborales y medio ambiente, explicó Khor.
No obstante, tales negociaciones no beneficiarán al Sur en desarrollo, advirtió. "Creemos que aún la implementación de acuerdos existentes creará tremendos problemas y una crisis social en los países pobres", manifestó Khor.
La única razón por la que el sistema no sufrió un colapso todavía, dijo, es porque las naciones en desarrollo obtuvieron "períodos de gracia" de hasta cuatro años para transformar en acciones sus compromisos de la Ronda Uruguay.
"Sin embargo, habrá dolores y gritos de agonía en unos pocos años", advirtió. (FIN/IPS/tra-en/si/rj/ml/if/98