Honduras podría quedarse sin bosques en las próximas dos décadas a causa de la deforestación y la falta de políticas ambientales que permitan la sustentabilidad y conservación de sus recursos naturales, advirtió un grupo de expertos.
Al presentar un informe sobre la situación de los bosques en el país y el futuro incierto de las reservas ambientales en zonas indígenas, los expertos indicaron que cada año se destruyen en este país centroamericano 108.000 hectáreas de bosque.
El estudio, patrocinado por la organización ambientalista centroamericana "Fumanitas" y el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), y dado a conocer el miércoles, señala que entre 1962 y 1990 se deforestaron 1.471.700 hectáreas, 20 por ciento de la superficie total de bosques del país.
La mayor parte de los bosques destruidos son latifoliados y de manglares. En este último caso, el estudio revela que la situación de los manglares en la costa del océano Pacífico amenaza seriamente el habitat natural del Golfo de Fonseca, una frontera marítima que comparte Honduras con Nicaragua y El Salvador.
El problema de la deforestación en los bosques es preocupante "si tomamos en cuenta que podrían desaparecer en los próximos 20 años", dijo Ian Walker, uno de los investigadores que participó en la elaboración del estudio.
Para Walker, las investigaciones reflejan que las zonas más afectadas por la pérdida del bosque latifoliado son la región central, atlántica y oriental del país.
Todo eso ocasiona un "empobrecimiento" de la biodiversidad. "Estamos viviendo un proceso de degradación ambiental poco conocido y cuyo costo económico tampoco ha sido determinado", expresó Walker.
Entre los factores que empeoran la deforestación de bosques se destacan la quema irracional de árboles, el corte ilegal de madera y el uso indiscriminado de leña para fines domésticos y comerciales, en especial en las zonas rurales del país.
El uso del fogón, una cocina de barro que funciona con leña, es una de las causas que más inciden en la pérdida de bosques. Tres de cada cuatro familias rurales se valen de esta técnica para cocinar sus alimentos, mientras que en la zona urbana el porcentaje abarca a 59 por ciento de la población.
Honduras, segundo país de América Central por su extensión, cuenta con una gran variedad de ecosistemas naturales que, manejados en forma adecuada, pueden garantizar un crecimiento en el nivel de vida de su población actual y futura, afirman los expertos.
Pero a pesar de sus riquezas naturales, este país sigue siendo uno de los más pobres de América Latina, con un bajo desarrollo humano que revela la inexistencia de una política congruente entre crecimiento económico y sostenibilidad.
Rafael Del Cid, de Fumanitas, dijo que esta situación obedece a que las estrategias de desarrollo diseñadas desde la década del 70 se han orientado a transformaciones de los sectores agrario y forestal.
"Pero los logros hasta la fecha han sido insuficientes para alcanzar el tan ansiado despegue económico y mejorar las condiciones de vida de la población", agregó.
Del Cid, quien ha sido también consultor de las Naciones Unidas, expresó la necesidad de "cambiar las nuevas agendas ecológicas en el país, orientadas hasta ahora en fomentar un crecimiento económico sin reparar en el costo social y ecológico".
Las reformas económicas de mercado convierten el uso insustentable de los recursos naturales en parte de una estrategia para alcanzar el ansiado progreso y bienestar económico, "aunque su costo sea quedarnos sin tierra ni bosques, por nuestra ignorancia para preservar la naturaleza", dijo.
El estudio presentado por Fumanitas y el Fondo Mundial de la Naturaleza es parte de una serie de investigaciones hechas en América Central con el propósito de dar la "alerta" a los gobiernos. (FIN/IPS/tm/mj/en/98