La isla del Coco en Costa Rica fue refugio de piratas y corsarios en los siglos XVII y XVIII, pero el único tesoro que se ha encontrado en ella es su biodiversidad, por eso fue declarada patrimonio de la humanidad.
La declaratoria fue celebrada el miércoles pasado por el gobierno de Costa Rica, cuatro meses después del anuncio hecho en París por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
María Nelli Román, representante de la Unesco, entregó durante el acto de celebración la declaratoria de la isla como "patrimonio natural y cultural de la humanidad".
En tanto, el ministro del Ambiente, René Castro, recordó que más de 300 expediciones intentaron, sin éxito, encontrar los tesoros de piratas que, según las leyendas, fueron escondidos en la isla.
"El verdadero tesoro es su belleza y riqueza natural", declaró Castro.
En términos similares se pronunció el ex presidente Rodrigo Carazo, presidente de la Fundación Amigos de la Isla del Coco, al indicar que la humanidad no debe confundir "la riqueza verde y exhuberante del trópico con la transitoria y volátil riqueza verde de los billetes".
La isla del Coco, ubicada a 535 kilómetros de la costa continental costarricense, es un santuario de vida donde conviven más de 235 especies de plantas, la mayoría endémicas, 362 especies de insectos, 85 de aves, 18 de corales y más de 200 de peces y mamíferos marinos.
Extremadamente lluviosa y cubierta de un bosque siempre verde, es considerada un laboratorio natural para el estudio de la evolución de las especies.
Su topografía es muy quebrada, lo que da lugar a la formación de muchas cascadas, algunas de las cuales caen espectacularmente al mar desde gran altura. De costas muy sinuosas, la isla tiene también acantilados de hasta 183 metros de altura e infinidad de cuevas submarinas.
El ministro de Turismo, Carlos Roesch, recordó que 70 por ciento de los 800.000 turistas que visitan anualmente Costa Rica y que generan aproximadamente 700 millones de dólares, llegan atraídos por las bellezas naturales.
La isla del Coco, que fue declarada Parque Nacional en 1978, tiene una extensión de 24 kilómetros cuadrados con 972 kilómetros cuadrados de ecosistemas marinos.
Es el único volcán submarino emergido de la Cordillera de Cocos, lo que permite a los científicos estudiar y medir el desplazamiento de las placas tectónicas Cocos y Caribe, que provocan gran sismicidad en la región. (FIN/IPS/mso/ag/en/98
