AMERICA CENTRAL: El café, catalizador de la integración regional

Los caficultores de América Central comenzaron a gestionar su unificación, con la aspiración de convertir su producto en el catalizador de la integración económica regional.

William Stixrud, presidente de la Asociación Nacional del Café de Guatemala (Anacafé), manifestó que esta unificación podría alcanzarse en un corto plazo, a través de alianzas estratégicas entre productores para realizar actividades conjuntas de mercadotecnia y capacitación.

Stixrud explicó que, tal como está sucediendo con los bloques comerciales a nivel mundial, las empresas están haciendo alianzas estratégicas que les permitan obtener mayores ventajas competitivas.

En ese marco, también es posible que los productores de la región procuren mejores precios en fletes, seguros y otros aspectos que, en forma individual, restan competitividad, sostuvo.

El proyecto, impulsado por Anacafé, pretende hacer de la región el segundo mercado cafetero más grande del mundo y, de fructificar la iniciativa, el bloque podría estar conformado en septiembre de 1998.

Ello implicaría que las exportaciones en el exterior serían negociadas en conjunto, para obtener mejores dividendos para cada país, señaló.

El plan iría de la mano con una promoción en cada país para incentivar el consumo de café y los gobiernos también participarían en el diseño de estrategias comunes que permitan incrementar el cultivo y, por ende, las exportaciones.

"El café está en camino de convertirse en el catalizador de la integración económica regional", expresó Stixrud.

Sin embargo, a pesar de que los centroamericanos en conjunto son el segundo productor mundial, con 12 millones de sacos al año (el primero es Brasil, con 15 millones), también son los peores consumidores.

Estudios realizados por Anacafé indican que los 30 millones de habitantes del istmo solo consumen medio kilo de café por persona al año, que contrastan con los 7,5 kilos consumidos por los alemanes y los tres kilos de los brasileños.

Los ambiciosos planes de Anacafé también procuran que los cultivadores de maíz se cambien al cultivo de café. En Guatemala, solo 2,5 por ciento de la tierra está sembrada de cafetos y 30 por ciento de maíz, a pesar de que este cultivo acarrea más pérdidas que ganancias, según los expertos.

Sin embargo, en los últimos meses los caficultores, y los agricultores en general, han sufrido fuertes pérdidas en Guatemala debido a la sequía producida por el fenómeno de El Niño y por la reciente erupción del volcán de Pacaya, que se encuentra a unos 35 kilómetros de la capital.

La caficultura del área cercana al volcán sufrió considerables pérdidas a causa de la fuerte erupción del 20 de mayo, las cuales se traducirán en reducciones de por lo menos 55.000 quintales oro, equivalente a unos siete millones de dólares, según los técnicos de Anacafé.

En la zona de alto impacto, las estimaciones preliminares indican que la producción puede restringirse por lo menos 40 por ciento, aunque la evaluación final reporte pérdidas equivalentes a 80 por ciento.

La fuerte erupción arrojó lava, piedras y una lluvia de arena volcánica que cubrió no solo las zonas aledañas sino también la capital, produjo la quema de hojas nuevas de los cafetos, laceraciones en hojas adultas, defoliación y frutos pequeños con quemaduras.

El Ministerio de Agricultura recordó que en las faldas del volcán de Pacaya residen unas 14.000 personas, las que en su mayoría subsisten de actividades agrícolas, en particular café y hortalizas.

El café representa para Guatemala el principal ingreso de divisas y las proyecciones de Anacafé indican que para el 2000, las exportaciones del grano representarán 35 por ciento del total de los ingresos del país por ventas al exterior. En la actualidad, aportan 17 por ciento. (FIN/IPS/cz/mj/if/98

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