JAPON-RUSIA: Mucha sonrisa y poco avance en disputa territorial

El primer ministro de Japón, Ryutaro Hashimoto, volvió a dejar en evidencia este fin de semana ante el presidente de Rusia, Boris Yeltsin, su intención de dejar de lado disputas territoriales para salvaguardar la relación bilateral.

La reunión entre Yeltsin y Hashimoto en el balneario japonés de Kanawa concluyó, por eso, con notorios acercamientos entre los dos gobiernos, pero también con insatisfacción en muchos japoneses.

La cumbre fue exitosa, según los sonrientes líderes, pero no contribuyó a acercar a Japón una pulgada a las cuatro islas al norte de Hokkaido ocupadas por tropas de la hoy disuelta Unión Soviética hace más de cinco décadas, al finalizar la segunda guerra mundial.

Las pequeñas islas, denominadas Kuriles del Sur por Rusia y Territorios Septentrionales por Japón, fueron desde entonces epicentro de una disputa que impidió la firma de un tratado de paz entre Tokio y Moscú desde entonces, a pesar de que el vínculo diplomático se restauró en 1956.

Japón se rehúsa a firmar el acuerdo hasta que Rusia devuelva las islas. Rusia pretende establecer una cooperación económica en ellas como primer paso. La meta oficial es firmar el tratado en el 2000.

"El presidente Yeltsin, al parecer, trata de sacar la cuestión territorial del candelero en Rusia. Japón, sin embargo, no puede perder de vista este objetivo primario", sostuvo el principal diario de Tokio, el Yomiuri Shimbun, este lunes.

Setenta y cinco por ciento de los japoneses consideran que la devolución de las islas es una condición ineludible hacia la paz, según una encuesta realizada el año pasado, antes de la anterior cumbre ruso-japonesa en Siberia en noviembre.

Esta puede ser la razón por la que muchos no se sintieron satisfechos mientras veían las imágenes de Hashimoto y Yeltsin fotografiados con ropa informal y pescando juntos, llamándose por el nombre de pila.

Mientras el gobierno japonés manifiesta la necesidad de mejorar los vínculos, no parece saber cómo interpretar la caótica política rusa o tratar con un negociador hábil como Yeltsin, que logró retrasar una vez más los intentos de Tokio de recuperar las islas.

"Fuimos capaces de mejorar las relaciones en todos los campos. Estamos muy satisfechos con los avances", dijo Hashimoto.

Yeltsin, cuya visita estuvo a punto de cancelarse por la turbulencia política en su país, coincidió.

"Si me preguntan cómo valoro a esta reunión, digo que fue perfecta", dijo Yeltsin a los periodistas el domingo, cuando retornó a Moscú, luego de invitar al emperador japonés a visitar Rusia.

Si bien no se lograron avances concretos sobre las islas disputadas, de la cumbre surgió un acuerdo para ampliar la cooperación económica a pesar de las disputas territoriales.

Esto es considerado en muchos ámbitos un signo de que Moscú logró muchos de sus objetivos sin ceder en cuestiones de importancia sobre las islas.

Yeltsin logró de Hashimoto nuevos compromisos para mejorar carreteras, puertos y otras instalaciones para el procesamiento de productos en las islas.

La declaración conjunta indicó que ambas partes aportarían 50 millones de dólares para la creación de una firma de inversiones en Rusia y analizarían la instalación en ellas de generadores de electricidad en la isla, que se ven sometidas a escasez de energía.

Japón comprometió también más ayuda humanitaria y se acordó la visita recíproca de funcionarios de defensa.

Rusia obtuvo concesiones sin un compromiso directo de solución a la disputa, por lo que analistas japoneses cuestionaron la habilidad negociadora de Tokio, que aportó dinero sin que la cuestión de la soberanía parezca en vías de solución.

Lo más lejos que llegó Rusia fue proponer que el acuerdo de paz en negociación se ampliara para convertirse también en un tratado de amistad.

Pero las islas eran tan cruciales en la óptica japonesa como en la rusa.

Antes de que Yeltsin llegara a Japón, el primer ministro ruso designado, Sergei Kiriyenko, se dijo contrario a "ceder en ningún asunto" bilateral, entre ellos las islas Kuriles. "Nadie va a ceder nada", dijo Kiriyenko a la agencia rusa de noticias Itar- Tass.

Resulta evidente que Hashimoto está dispuesto a mejorar los vínculos de cualquier manera, a pesar del conflicto territorial, a causa del importante papel de Rusia en la política internacional.

La política exterior de Tokio se ve dominada por la relación con Washington, pero funcionarios del gobierno procuran alimentar los vínculos con el vecino del noroeste. (FIN/IPS/tra- en/sk/js/mj/ip/98

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