COREA DEL SUR: Economía industrializada vuelve a la agricultura

El cierre de compañías y los despidos masivos en Corea del Sur provocaron una ola de ejecutivos y oficinistas que se vuelca a las granjas y la vida agrícola, en la esperanza de suavizar el efecto de la caída económica.

Escuelas de capacitación agrícola informan sobre un inusual incremento de estudiantes de las ciudades, meses despúes que la crisis económica de Asia golpeara a Corea del Sur.

Las provincias registraron un aumento sin precedentes en el número de habitantes de las ciudades que se reubican en el campo, aunque no todos los emprendimientos agrícolas hayan sido exitosos.

Por primera vez en décadas, los sudcoreanos se vuelven hacia sus raíces agrícolas, una tendencia excepcional para un país que desde los años '50 volcó casi todas sus energías en la potencia industrial.

Despedido de un conglomerado en enero, Kwon, de 38 años, dejó de buscar sin éxito un nuevo empleo y se matriculó en una escuela de agricultura de la estatal Federación Nacional de Cooperativas Agrícolas (FNCA).

"Me gustaría trabajar en una granja de frutas", dijo el ex gerente. "Después de aprender, volveré a la localidad donde viven mis padres en Okchon (una provincia central) y dirigiré mi propia granja productora de frutas".

Hasta el 15 de abril, más de 17.000 personas como Kwon se inscribieron en la escuela de la FNCA, con la esperanza de capacitarse y al menos obtener empleo zafral en la agricultura.

La tendencia de la migración de las ciudades al campo también se consolida. Provincias del centro, este y sur del país registraron un aumento de entre dos y tres veces del número de habitantes urbanos que dejan el asfalto.

En una encuesta en la sureña provincia de Cholla-do, entre 152 familias trasladadas desde ciudades, alrededor de 40 por ciento son ex trabajadores de grandes compañías o ex asalariados, 18 por ciento trabajadores de la construcción, y 14 por ciento autoempleados.

Entre 60 y 70 por ciento de los jefes de familia de este grupo tenían entre 30 y 49 años.

El inicio de la migración hacia las granjas es un hecho inédito en la historia moderna de Corea del Sur. En los años '50, el país comenzó a transformarse de nación agrícola, con 80 por ciento de población rural, en la 11 economía mundial.

Ahora, 95 por ciento de sus 43 millones de habitantes en las ciudades.

Según un registro del ministerio de Trabajo, el número de personas en la agricultura y la pesca alcanzó 1,97 millones en marzo, o 6,4 por ciento más de los 1,85 millones del mes anterior.

La marcha hacia los establecimientos agrícolas ha sido estimulada por préstamos para la agricultura, y la presencia de escuelas agrícolas del estado y organizaciones privadas.

Pero los sueños de una vida idílica en el campo a veces son poco realistas, y las empresas agrícolas no son menos propensas a los problemas económicos.

La FNCA indica que se hundieron 80 por ciento de los proyectos agrícolas recién iniciados, en momentos en que una economía en crisis enviaba a la bancarrota a unas 100 fábricas por día.

Iniciar una granja no es fácil. A medida que más gente lo intenta, el precio de los lotes creció un promedio de entre 20 y 70 por ciento, y casi se duplicó en algunas provincias. En contraste, los precios de los apartamentos en las ciudades llegaron a un nivel bajo sin precedentes.

Además, los habitantes de las ciudades no siempre pueden adecuarse a la vida campestre, les es difícil enviar a sus hijos a buenas escuelas y ganan mucho menos que cuando trabajaban en las corporaciones.

Una encuesta en la norteña provincia de Kyongsang entre 414 ex habitantes urbanos reveló que sólo 30 por ciento estaba satisfecho con la vida rural. (FIN/IPS/tra-en/amy/js/lp/if dv/98

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