Alrededor de 350 llamadas diarias recibe en Brasil el teléfono 1401, con reclamos por falta de respeto o maltrato a personas que integran la llamada Tercera Edad, o consultas y solicitud de orientación de los propios ancianos o sus familias.
El servicio, que acaba de cumplir cinco años, atiende de lunes a viernes de 8 a 18 horas. Junto al teléfono, para resolver las preguntas y los pedidos de orientación, presta servicio un equipo de dos psicólogos, un abogado, dos docentes y varios técnicos en gerontología.
En la Central de Atención del Anciano "la gente es tratada con respeto, cariño y tiene la certeza de una respuesta a sus problemas", explicó el subsecretario para asuntos de la Tercera Edad, Joao Batista de Medeiros.
En opinión del funcionario, ese es el secreto del éxito de la central de atención del anciano.
La mayor parte de los pedidos son para obtener orientación, información jurídica, y algunas veces, para denunciar malos tratos.
En los casos de falta de respeto hacia los ancianos, que se quejan a menudo de abandono por parte de sus hijos, es poco lo que los expertos de la central de atención pueden hacer.
Llegaron en un caso a entablar juicio contra un hijo negligente, que podría haber sido procesado por malos tratos. Pero a último momento, la madre desistió. "El hijo puede no tener amor por la madre, pero la madre siempre ama a su hijo", explicó Medeiros.
La Central de Atención del Anciano fue creada el 20 de marzo de 1993, y depende de la subsecretaría de la Tercera Edad. (FIN/IPS/dv/98