/CIUDADES DEL MERCOSUR/BOLIVIA: Protestas de trabajadores en ciudades y zonas rurales

Movilizaciones de trabajadores en las ciudades y de campesinos en las zonas rurales están dando forma en Bolivia a la mayor ofensiva sindical que ha debido enfrentar el presidente Hugo Banzer en sus ocho meses de gobierno.

El gobierno decidió recurrir a las Fuerzas Armadas para controlar la crítica situación, provocada por una huelga general indefinida decidida por la Central Obrera Boliviana (COB), bloqueos de carreteras por parte de campesinos y enfrentamientos de trabajadores urbanos con la policía.

Más de 2.000 efectivos de la policía y el Ejército controlan desde la noche del martes la carretera entre Cochabamba y Santa Cruz, en la región del Chapare, que más de 3.000 campesinos cultivadores de coca mantenían bloqueada desde hacía una semana.

Otro sector radical, además de los campesinos productores de coca, son los maestros de la educación pública.

Las organizaciones sindicales del magisterio salen a diario a las calles de La Paz haciendo explosionar cartuchos de dinamita. En estas protestas se han producido saqueos a comerciantes informales.

La COB exige al gobierno un aumento salarial superior al 6,5 por ciento ofrecido para maestros y trabajadores de la salud, y porcentajes menores para el sector público y los rentistas.

Fiel a su estrategia maximalista, también este año la COB pide un salario 10 veces superior al actual, calculado en base al salario mínimo nacional, de unos 55 dólares.

Pero el frente de batalla más duro que tiene el gobierno siguen siendo los campesinos productores de coca de la central región del Chapare, donde además se produce la cocaína.

En siete días de conflicto, cuatro campesinos han muerto por impactos de bala en los enfrentamientos con las fuerzas policiales y militares en el Chapare.

Los cocaleros se oponen a los planes de erradicación de cultivos del gobierno de Banzer, que se ha comprometido ante el país y Estados Unidos a eliminar hasta la última plantación de coca en sus cinco años de gestión.

Hasta ahora, los planes de sustitución de cultivos de coca han fracasado. Mientras en un lugar los campesinos destruían voluntariamente sus plantaciones a cambio de una compensación económica, en otro sector plantaban coca nueva.

Banzer se propuso sacar a Bolivia del circuito de la coca y la cocaína con planes rígidos de erradicación, y esa meta ya es de conocimiento de Estados Unidos, que también ha hecho suyo ese objetivo.

Con esa condición, Washington anunció el día 6 que repondrá la totalidad de la ayuda económica antidrogas destinada a Bolivia, que este año iba a caer de 48 a 12 millones de dólares.

En ese marco, analistas y dirigentes políticos se han centrado en el motivo por el cual Banzer no ha dictado el estado de sitio, como lo hicieron sus tres antecesores en la Presidencia para controlar situaciones similares. (FIN/IPS/jcr/ag/ip/98

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