/BOLETIN-DD HH/ VENEZUELA: Cuando un Ministerio de Educación sólo forma hombres

"Derrotar el hambre para educar al hombre", reza el último aviso publicitario del Ministerio de Educación de Venezuela, en el que la niña y la mujer no existen, pese a constituir la mayoría de la población escolar y de educadores.

El anuncio publicado en medios impresos para promover un programa alimentario escolar manejado por las comunidades es sólo un episodio de un sistema educativo que nutre los valores de la desigualdad en materia de género, según especialistas.

La psicóloga social María Auxiliadora Banchs explica que la distinción por sexos en las escuelas e instituciones de educación media se dan incluso cuando en las aulas conviven niños y niñas.

"Se trata de algo sutil, de un curriculo oculto, de una agenda de género que no se percibe a simple vista", afirmó Banchs, también profesora de la Universidad Central de Venezuela.

En las aulas, a las niñas se las promueve y apoya en la expresión verbal y a los niños en el razonamiento abstracto y matemático, como parte de las segregaciones automáticas.

Banchs y la también psicóloga social Beatriz Rodríguez realizaron una investigación sobre 300 libros de texto de educación primaria y secundaria y encontraron que más de 70 por ciento de quienes aparecen en ellos son del género masculino.

En Venezuela, la educación pública es mixta, una conquista de hace cinco décadas. Pero en el sector privado se permite la separación por sexo.

En algunos colegios, como el elitista de la controvertida organización católica Opus Dei, la exclusividad para la población masculina se extiende a los profesores, con el argumento de que la presencia de educadoras mermaría la atención de escolares en edad de "instintos sexuales ineducables".

Los liceos de educación media de rango militar también deben ser mixtos, pero en algunos existen fórmulas prácticas para evitarlo, según una investigación del diario El Universal, editado en Caracas, sobre las enfrentadas teorias mundiales actuales en torno de la educación mixta o separada.

El estudio sobre los textos escolares mostró también que se repiten los estereotipos sobre las características y funciones de las personas según su sexo, en los ámbitos privados y públicos.

Las niñas y mujeres son presentadas como frágiles, pasivas, ingenuas y dedicadas a lo doméstico, mientras los niños y los hombres aparecen como audaces, fuertes, emprendedores y activos.

El espacio público es masculino, son hombres los que salen a la calle y trabajan, mientras que la mujer domina lo privado y es presentada casi siempre como madre y dentro del hogar.

Cuando la mujer aparece en la calle es para comprar, llevar a los hijos al médico, o irlos a buscar a la escuela.

Las escenas familiares no escapan del "apartheid" de género. El padre lee el diario o llega del trabajo, el niño juega u opera una computadora, mientras la madre realiza tareas de limpieza o cocina y la niña la ayuda.

A la hora de describir profesiones o estudios superiores, la segregación es igualmente tangible: las mujeres son amas de casa, madres, enfermeras, secretarias o maestras, pero nunca aparecen como los hombres ejerciendo o estudiando medicina o ingeniería, y mucho menos de astronautas.

Los ejercicios de matemáticas se ajustan al mismo cliché. Cuando en ellos aparece un varón se pide medir la distancia entre vehículos o la velocidad de un misil, mientras si está la imagen de una mujer se deben pesar tazas de harina o kilos de frutas.

Rodríguez precisó que se trata de representaciones que no tienen nada que ver con la realidad que viven los estudiantes en Venezuela, donde en 22 por ciento de los hogares sólo existe la figura de la madre, que en general trabaja, y en profesiones que los libros exponen como exclusivas de hombres.

En las familias donde existen el padre y la madre, los niños y niñas ven que los dos trabajan y muchas veces comparten tareas domésticas y toman decisiones por igual, comentó Rodríguez.

Estadísticas oficiales indican que 46 por ciento de las mujeres de más de 15 años forman parte de la población económicamente activa, y son mujeres 56 por ciento de las personas matriculadas en las universidades del país.

La educación está dominada por la mujer, ya que 73 por ciento de los docentes y licenciados dentro de esa rama universitaria son mujeres. Aún son más las nutricionistas (93 por ciento), las bioanalistas (86 por ciento), las psicólogas y sociólogas (75 por ciento).

La mujer controla en general las profesiones vinculadas a las ciencias de la salud, ciencias sociales y humanidades, mientras representa la mitad de la abogacía y casi se acerca a esa proporción en administración, ciencias políticas y arquitectura.

Pero ninguna de esas realides aparecen en los libros de texto que, según Banchs, "manejan y nutren un enfoque de discriminación, porque se vive y se impone un mundo masculino".

Para ella, en definitiva se trata de una ideología que actúa en forma invisible y que busca mantener a la mujer como una ciudadana de segundo orden.

El aviso publicitario del Ministerio de Educación invisibiliza un aspecto de género vinculado al hambre, además de traicionar el papel asignado a ese mismo órgano de gobierno en la modificación de valores que consolidan la desigualdad entre mujerse y varones.

Setenta por ciento de los hogares más pobres de Venezuela tienen al frente a una mujer sola y datos oficiales y de la oficina local de las Naciones Unidas resaltan que la niña es el segmento de población más vulnerable en materia de hambre y pobreza extrema.

Son niñas además las que presentan comparativamente mayores niveles de desnutrición y las que en mayor medida desertaron de las escuelas, ante el deterioro de la situación social del país, donde oficialmente 68 por ciento de los hogares son pobres.

Pero el aviso con el lema "derrotar el hambre para educar al hombre" presenta la doble imagen fotográfica de un niño y solo habla de niños en su texto, cuando explica que el Programa de Alimentación Escolar busca enfrentar combinadamente la desnutrición infantil y la deserción escolar.

El Ministerio de Educación no es la única institución del Estado que repite el modelo discriminatorio en materia de género.

La Comisión para la Reforma del Estado difundió este mes una infografia sobre cambios propuestos en la estructura de los poderes públicos, en que aparecían grupos de personas que escenificaban al pueblo, el parlamento y otras instituciones. En ninguna de ellas aparecían mujeres. (FIN/IPS/eg/ff/dv hd/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe