En la turbulenta Irlanda del Norte los clientes de la abogada Rosemary Nelson recibieron un mensaje de agentes del Cuerpo Policial Real de Ulster (RUC): "No pregunten tanto por ella, que pronto estará muerta".
Nelson, una católica irlandesa residente en la localidad de Lurgan, explicó a IPS que los abogados de los seis condados de Irlanda del Norte están atrapados en medio de la lucha entre pro- británicos y nacionalistas.
"Debido a que me ocupo de casos políticos me llaman terrorista, y me dicen que voy a morir", dijo Nelson en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde el caso de uno de sus colegas provocó una investigación especial.
El abogado Patrick Finucane, quien representaba a nacionalistas irlandeses, se enteró en 1989 que un oficial del RUC se había referido a él como "otro bastardo republicano irlandés, que encontrará su fin".
Un mes después, Finucane fue asesinado por hombres enmascarados en un crimen aún no resuelto.
"Son muy pocos los abogados de Irlanda del Norte que están dispuestos a hacerse cargo de casos políticos, pues su vida correrían peligro", comentó Nelson.
La ONU también ha manifestado su preocupación por la situación, después que el comisionado especial para derechos humanos Param Cumaraswamy visitara Irlanda del Norte el año pasado para informarse del caso de Finucane y de otros abogados insultados o agredidos.
Cumaraswamy aseguró en su informe que todos los abogados con los cuales se entrevistó "estaban en condiciones de brindar testimonio sobre agresiones e intimidación", ya fuera que representaran a personas leales a Gran Bretaña o a los nacionalistas.
"Muchos se refirieron a las agresiones y la intimidación como a un peligro inherente a la profesión que ellos esperan y aceptan, haciendo notar que ante la ausencia de grabaciones sólo se cuenta con referencias a lo que se dice, y es la palabra del cliente contra la del oficial del RUC".
"La mayoría consideran que es inútil presentar cargos", dijo Cumaraswamy.
Nelson explicó que no puede confiarse en el RUC para investigar las denuncias de intimidación presentadas contra sus propios oficiales, pues siempre los encuentran inocentes. También dijo que ella ha sufrido agresiones verbales y aún físicas de los Guardias en varias oportunidades.
La abogada consideró que la eliminación del RUC debe ser un tema esencial en las conversaciones de paz convocadas en Belfast para este mes, destinadas a buscar solución a los problemas de Irlanda del Norte.
El primer ministro británico, Tony Blair, y su colega de la República de Irlanda, Bertie Ahern, se han fijado el 7 de mayo como fecha para lograr un acuerdo sobre Irlanda del Norte.
"El RUC es una fuerza policial con énfasis en la palabra 'fuerza', y lo que nosotros necesitamos es una policía de verdad", dijo Nelson, quien urgió a la ONU a monitorear y apoyar la formación de una policía de Irlanda del Norte, según la experiencia acumulada en El Salvador o Haití.
Mientras, Gerry Adams, líder del Sinn Fein, brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), condicionó el mes pasado todo acuerdo al reemplazo del RUC por una nueva fuerza policial "formada en 40 por ciento por nacionalistas".
El negociador del Sinn Fein, Martin McGuinness, comentó que el RUC es considerado por los católicos una fuerza protestante con la misión explícita de "mantener a raya a los nacionalistas".
"Se deben considerar los derechos humanos para lograr un acuerdo estable. Al parecer, en Irlanda del Norte actúan escuadrones de la muerte", señaló el director de la coalición de trabajadores de Irlanda y Estados Unidos, Joseph Jamison.
Jamison indicó que la ONU y países involucrados en las negociaciones, como Estados Unidos, deben participar en un proceso que permita supervisar acciones policiales.
Pero la supervisión puede ser difícil para la ONU, pues Gran Bretaña, que considera provincia propia a Irlanda del Norte, es una de las cinco potencias con facultad de veto en el Consejo de Seguridad. (FIN/IPS/tra-en/fah/lc-ff/ip hd/98