AMERICA/CUMBRE: Comienza la negociación comercial de la asimetria

Cuando el próximo domingo 34 gobernantes lancen las negociaciones para pactar un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), comenzará un proceso de enorme complejidad, signado por las desafiantes asimetrías de los participantes.

Países de dimensiones económicas tan disímiles como Estados Unidos o el insular San Cristóbal-Nevis negociarán entre ahora y el 2005 la progresiva liberalización en los diez años siguientes del intercambio de bienes, servicios e inversiones.

Se trata del primer esfuerzo de un continente completo -y el que tiene la mayor brecha Norte-Sur en su nivel de desarrollo- por crear una zona desgravada, que suma la regulación de aspectos que aún no han sido pactados en la Organización Mundial de Comercio (OMC), y donde el único país excluido es Cuba.

Los jefes de Estado y de gobierno de los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobarán el inicio de las negociaciones del ALCA, al termino de la II Cumbre hemisférica, que se realizarán en Santiago el sábado y domingo.

Según lo anticipado, el ALCA ocupará sólo cuatro párrafos de la Declaración de Santiago, que remitirá la negociación a la Declaración Conjunta de los ministros responsables de Comercio, en la cual se trazó en San José, el 19 de marzo, el mapa de las discusiones, con su estructura, objetivos, principios, sedes y reuniones.

Para los defensores del proyecto, el ALCA va a representar "el contrato de América Latina y el Caribe con la globalización, y de una globalización ordenada y no salvaje". Para sus adversarios es el instrumento de "anexión neoliberal" sobre la región de la mayor potencia del Norte industrial, sin contrapartidas.

Entre las brumas que aún antes de comenzar se ciernen sobre la negociación se destaca el hecho de que el gobierno de Estados Unidos no tiene la facultad de vía rápida, que impide que el Congreso pueda modificar los compromisos asumidos por el Ejecutivo.

Pero en estricto sentido la vía rápida no es necesaria para negociar y al sur del río Bravo, que separa Estados Unidos de México, los gobiernos asumen en general este hecho como "una oportunidad", que facilita que el proceso sea "más hemisférico y sin que Washington pueda imponer sus condiciones".

Datos de la OMC explican las razones por las que Estados Unidos y Canadá quieren tener acceso preferencial a América Latina. En conjunto, el continente compró en 1997 la cantidad de 1,42 billones (millones de millones), 27 por ciento de las importaciones mundiales.

Estados Unidos y Canadá sumaron 1,1 billones de las compras hemisféricas. Pero la OMC destacó que América Latina es el área en que más crecieron las importaciones, con un aumento respecto a 1996 de 21,5 por ciento, frente a un promedio mundial de nueve por ciento.

La OMC y otros organismos multilaterales pronostican que el dinamismo del mercado de la región se mantendrá en el futuro y que en pocos años más, los países latinoamericanos y caribeños serán el mayor mercado de Estados Unidos.

Cifras del Banco Interamericano de Desarrollo precisan que ya en 1997 en América el mercado intracontinental absorbió 55 por ciento del comercio del hemisferio.

Si se exceptúa a Canadá y Estados Unidos, esa proporción se eleva a 70 por ciento, lo que subraya que también para América Latina y el Caribe está en América su mercado y la posibilidad de que las exportaciones crezcan a un ritmo aún superior al 13 por ciento de 1997, cuando totalizaron 319 millones de dólares.

Si los alcances de la negociación y sus consecuencias para América Latina y el Caribe, y en general para economía mundial, son una incógnita que sólo el tiempo despejará, el camino de las discusiones está completamente trazado desde hace un mes.

La Declaración de San José estableció que las diferencias de desarrollo y tamaño de las economías del continente serán tomadas en cuenta en la negociación y en los compromisos.

Pero los ministros no establecieron cómo se tomarán en cuenta esas asimetrías, salvo en el caso de las llamadas economías más pequeñas, que tendrán un grupo consultivo especial que actuará en las nueve mesas de discusión y se reportará a la máxima instancia del proceso: el Comité de Negociaciones Comerciales.

En cambio, precisaron 12 principios generales, en que destacan que en las negociaciones participarán todos los países del continente (menos Cuba, expulsada de la OEA en 1962), las decisiones se adoptarán por consenso y las discusiones se abrirán simultaneamente en todos los rubros.

Además, los países podrán negociar en bloque o individualmente. Canadá, Estados Unidos y México (socios en el Tratdo de Libre Comercio de América del Norte) lo harán en forma individual, mientras que la Comunidad Andina, el Mercado Común del Sur, la Comunidad del Caribe y América Central actuarán en bloque.

Faltan por definirse sólo Panamá y República Dominicana, que negocian sumarse a los andinos o centroamericanos el primero y a los centroamericanos el segundo.

Otro principio es que los acuerdos tendrán que ser congruentes con las reglas impuestas en la OMC para las desgravaciones regionales, lo que en la práctica signica que la liberalización debera completarse en un máximo de 10 años desde el momento que comience y que no podrá dejar bienes excluidos.

Al mismo tiempo, se podrá avanzar en cada grupo negociador al ritmo posible, pero el acuerdo será "un todo", es decir, nada estará definitivamente pactado hasta que todo esté concordado.

El ALCA será un acuerdo nuevo e independiente, que coexistirá con otros convenios de liberalización bilateral o por bloques que han sido pactados en el continente, pero no será el resultado de la amalgama de parte o todos ellos.

La sociedad civil tendrá participación en el proceso, en especial los gremios empresariales y los sindicatos, pero será sólo en forma indirecta, ya que sus propuestas serán tomadas por un comité y pasadas al presidente de turno.

Las negociaciones tendrán que finalizar el último día del 2004 y lograr avances concretos dos años antes, en especial en el punto de la facilitación de negocios.

Los nueve grupos de negociación definen los objetivos sectoriales del proyecto del ALCA. Se trata de Acceso a los Mercados, que en los primeros 18 meses presidirá Colombia, Inversiones (Costa Rica), Servicios (Nicaragua), Compras Estatales (Estados Unidos) y Solución de Controversias (Chile).

Además, Agricultura (Argentina), Derechos de Propiedad Intelectual (Venezuela), Subsidios y Antidumping (Brasil) y Política de Competencia (Perú). El Grupo Consultivo de Economías Más Pequeñas lo presidirá en la primera parte Jamaica.

La sede de las negociaciones estará también dividida en tres periodos. Miami será la sede hasta marzo del año 2001, seguida por ciudad de Panamá los dos años siguientes y ciudad de México hasta el 31 de diciembre del 2004.

La presidencia de las negociaciones la tendrá Canadá hasta noviembre de 1999, con Argentina en la vicepresidencia, y luego, esos cargos corresponderán a Argentina y Ecuador, hasta mayo del 2001. Desde entonces y hasta noviembre del 2002 presidirá el proceso Ecuador, con la vicepresidencia de Chile.

Brasil y Estados Unidos co-presidirán la etapa final.

El Comité de Negociaciones Comerciales, cuyas siglas CNC serán impuestas por la burocracia negociadora en los próximos años, estará conformado por los viceministros del ramo y deberá reunirse cada semestre. Argentina, Suriname y Bolivia acogerán los tres primeros encuentros. (FIN/IPS/eg/ff/ip if/98

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