AMBIENTE: ¿Quién pagará la adaptación al cambio climático?

Un centenar de científicos reunidos en Costa Rica concluyeron que el cambio climático es un hecho real al que la humanidad debe adaptarse, lo que plantea la cuestión de quién financiará el proceso en los países más vulnerables.

Las conclusiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), órgano científico más importante de la Organización de las Naciones Unidas en la materia, servirán de base a las próximas reuniones de negociación de la Convención de Cambio Climático, suscrita en 1992.

La primera ronda se realizará a fines de año en Argentina, donde la Conferencia de las Partes de la Convención deberá abrir la negociación, entre otras cosas, para la constitución de un mecanismo financiero de ayuda a los países más vulnerables al cambio climático.

No hay un costo estimado de cuánto cuesta eso, pero varios ejemplos dan una idea de la dimensión del problema que se avecina a países insulares, costeros y de economía frágil.

La parte más difícil será determinar dónde obtener recursos para construir diques o levantar las construcciones en los pequeños estados insulares de territorio a 1,5 metros o menos sobre el nivel del mar.

Setenta y cinco por ciento de la energía de Costa Rica procede de centrales hidroeléctricas. La mayor represa del país se encuentra en la costa norte del océano Pacífico, afectada hoy por una sequía. ¿Con qué medios se financiará la construcción de represas en la costa atlántica?

La mayor parte de los recursos para la adaptación al cambio climático deben proceder de los países industrializados, con lo cual, el debate por el dinero seguirá en el terreno Norte-Sur.

En su reunión de una semana en Costa Rica, que concluyó el miércoles, los científicos determinaron en base a estudios nacionales el efecto del cambio climático en diferentes regiones.

Ese análisis concluyó que el cambio climático no es una amenaza para el futuro, pues ya está ocurriendo sin que sea posible evitarlo.

El nivel promedio del mar, por ejemplo, ya aumenta, y se supone que suba entre 30 centímetros y un metro en un período de cien años, con consecuencias desastrosas.

Banjul, la capital de Gambia, puede quedar totalmente inundada en pocos años, según un estudio efectuado en ese pais. Algunas especies animales y vegetales se han perdido y otras están en grave peligro.

En el Caribe se empieza a registrar un aumento en la frecuencia y fuerza de los huracanes.

"Para acabar con el cambio climático, los gases invernadero (los procedentes básicamente de la quema de combustibles fósiles) tendrían que disminuir 80 o 90 por ciento, y como eso no es posible hay que poner énfasis en la adaptación", afirmó el secretario del IPCC, N. Sundararaman.

Sundararaman considera que la humanidad nunca se lamentaría de algunas medidas de adaptación, entre las que mencionó un uso eficiente del agua en la agricultura.

Otra de ellas es construir infraestructura para la salud y una tercera es la preparación para emergencias y atención de desastres naturales. "Si se produce un aumento en el número de huracanes debemos estar preparados", dijo.

Gordon McBean, responsable gubernamental del programa atmosférico y ambiental de Canadá, dijo que en su país ya se están tomando medidas de adaptación.

"Cuando construimos un puente en una zona baja lo hacemos un metro más elevado, porque el costo es ahora relativamente bajo. Pero si dentro de 30 años tuviéramos que aumentar la altura del puente, el costo sería mucho mayor", explicó.

Los científicos destacaron que el cambio climático afecta la integridad de proyectos a largo plazo.

McBean puso el ejemplo de Antigua y Barbuda, una isla que depende en gran medida del turismo y cuya infraestructura hotelera está construida muy cerca de la marea más alta.

La isla resultó seriamente impactada en 1995 por el huracán Luisa y algunos de esos hoteles ya no tienen playa. "Eso ya no es sustentable. Es mejor planificar y construir más retirado del mar", indicó.

La adaptación no implica que los acuerdos internacionales de reducción de emisiones de gas invernadero deban dar marcha atrás, sino advertir que ambas estrategias son indispensables para mitigar el cambio climático.

"Esta reunión puso énfasis en que la mitigación no basta para lidiar con el problema", dijo el ministro de Ambiente de Costa Rica, René Castro.

En la reunión celebrada en diciembre en Kyoto, Japón, los países industrializados se comprometieron a disminuir esas emisiones de forma sustancial.

Según esos compromisos, Estados Unidos reducirá de ahora al 2010 el equivalente a siete por ciento de sus emisiones de 1990, en tanto Europa las reducirá cinco por ciento y Canadá, seis por ciento. (FIN/IPS/mso/mj/en/98

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