Africa no debe esperar milagros de la iniciativa sobre comercio e inversión publicitada por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en la gira que concluye hoy, según funcionarios, expertos y activistas.
El proyecto de ley denominada Crecimiento y Oportunidad para Africa, aprobado en marzo por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, fue un punto fundamental de la visita de Clinton a 11 países africanos, pero observadores advierten que la iniciativa beneficiará poco al continente.
La norma, un paso hacia la creación de una área de libre comercio en el 2020, propone un fondo privado de renta variable de 150 millones de dólares y otro dotado de 500 millones para infraestructura bajo el auspicio de la gubernamental Corporación de Inversión Privada en el Extranjero de Estados Unidos.
La ley, que aún debe ser aprobada por el Senado para su plena vigencia, también procura fortalecer al sector privado de Africa e impulsar el comercio y la inversión bilateral mediante la reducción de barreras arancelarias y no arancelarias.
Otro de los objetivos es "ampliar la asistencia de Estados Unidos a la integración regional de Africa subsahariana", a cuyo fin se asignará un fondo de 25 millones de dólares a la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) dirigido a Africa austral.
El ministro de Comercio y Finanzas de Zimbabwe, Nathan Shamuyarira, dijo que "las medidas comerciales creadas en la nueva ley serán de ayuda para las economías africanas que recibirán la cooperación".
Pero Shamuyarira agregó en su intervención en una conferencia regional que concluye este sábado en Harare que "el requisito de un compromiso con las reformas económicas y el ajuste estructural no será aceptable para muchos estados africanos".
El funcionario se refería a una sección del proyecto que establece que una nación africana solo podrá sacar provecho de los beneficios propuestos "si el presidente de Estados Unidos determina que el país impuso o tiene avances continuos hacia el establecimiento de una economía de mercado".
Académicos y activistas de organizaciones no gubernamentales manifestaron poco entusiasmo respecto de la iniciativa de Clinton en el taller celebrado en Harare y organizado por la Iniciativa de Comercio, Información y Negociaciones de Africa Austral y Oriental (SEATINI).
"No corresponde a Estados Unidos instruirnos. Podemos hacer o no hacer ciertas cosas, pero creo que ellas deben surgir de procesos internos de nuestros países", dijo a IPS Dot Keet, investigadora de la Universidad de Cabo Occidental, en Sudáfrica.
De cualquier manera, Washington "deberá dar a todos los países en un plazo de 10 años el acceso al mercado que nos pretende dar a nosotros, de acuerdo con las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC)", sostuvo.
Entre las condiciones que permitirían a los países africanos gozar los beneficios del proyecto de ley figuran la reducción de aranceles e impuestos a las empresas y la igualdad de trato a las compañías nacionales y extranjeras que inviertan en esos estados.
"Esto tiene menos relación con el crecimiento de Africa que con las oportunidades para Estados Unidos", afirmó Keet.
Tetteh Hormeku, experto en comercio de la oficina africana de la Red del Tercer Mundo (TWN), afirmó que "la iniciativa ofrecería algunos beneficios a corto plazo a los países africanos a cambio de reformas que socavan su capacidad de desarrollarse por sus propios medios".
"Deberíamos decir a Estados Unidos que la estrategia para desarrollar nuestras economías no está en su ley. Si ellos están interesados, las oportunidades para Africa están en el desarrollo de más opciones en la OMC", dijo Horkemu a IPS.
En ese sentido, mencionó el Acuerdo Multifibras, según el cual Estados Unidos y otros países industrializados fijan cuotas que limitan sus importaciones procedentes del mundo en desarrollo, a pesar de que la OMC está contra la imposición de restricciones cuantitativas.
"Si cumplen su compromiso con la OMC, Africa no necesitará preferencis especiales", manifestó el experto.
De todos modos, el comercio entre Estados Unidos y Africa subsahariana está en crecimiento. El incremento de 1996 fue de 18 por ciento, más que el de todo el comercio estadounidense.
De todos modos, 85 por ciento del comercio del país norteamericano con Africa se concentra en cuatro países, tres de los cuales (Angola, Gabón y Nigeria) son productores de petróleo.
El cuarto es Sudáfrica, uno de los que efectúa reformas económicas bien vistas por Washington y que recibió algunas recompensas en asistencia al desarrollo. Este año, el país recibirá 70 millones de dólares de USAID.
Empresas estadounidenses han invertido 40 millones de dólares en Sudáfrica desde las primeras elecciones multirraciales en 1994. Pero la mayor parte del dinero ingresó a servicios y no a la industria manufacturera, de acuerdo con Mike Macdonald, economista de la Federación Nacional de Industrias del Acero.
Keet observó que el capital estadounidense invierte en la industria africana, pero se concentra con fuerza en actividades extractivas como la petrolífera, la minería y la maderería.
"El otro sector en el que los inversores estadounidenses están interesados es el de las telecomunicaciones que, para nosotros, es estratégico", agregó la experta. (FIN/IPS/tra-en/kb- gm/pm/mj/if/98