TAILANDIA: Primer ministro comparece como penitente ante Wall Street

El primer ministro de Tailandia, Chuan Leekpai, evidenció la magnitud del colapso financiero de Asia al ofrecer públicamente disculpas a Wall Street, mientras busca ayuda del gobierno y de bancos de Estados Unidos para evitar la profundización de la crisis en su país.

El mercado "castigó rápida y severamente" a Tailandia por su falso sentimiento de seguridad, dijo Chuan, que se puso al frente del gobierno en noviembre, cuatro meses después del hundimiento del bath, la moneda nacional, el hecho que causó la salida de su predecesor.

La caída del bath, que perdió la mitad de su valor, provocó el derrumbe de las monedas de Corea del Sur, Filipinas, Indonesia y Malasia.

La onda expansiva originada en el sudeste de Asia afectó en el último trimestre de 1997 a todos los mercados internacionales de acciones, y aún resta medir su verdadero impacto en la economía mundial.

El primer ministro compareció esta semana como un penitente ante los financistas de Wall Street.

"Fuimos muy complacientes cuando la economía (tailandesa) crecía rápidamente", dijo ante un auditorio de banqueros y académicos convocados por el Consejo de Relaciones Exteriores y la Asociación de Asia, dos institutos de expertos de Nueva York.

"Abrimos nuestra economía, pero los planes del gobierno para lograr disciplina no fueron atendidos", agregó.

Chuan reconoció que el gobierno tailandés no había renovado su burocracia para hacerla más eficiente y fiable, ni creado una economía suficientemente competitiva. "El éxito no garantiza inmunidad", comentó.

Así mismo, se comprometió ante su auditorio a seguir las duras recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que obligan a Tailandia a cerrar más de la mitad de sus compañías financieras, a recortar 16 por ciento el presupuesto de gastos de 1997-98 y a aumentar los impuestos.

"Nuestra relación con el FMI es clave para recobrar la confianza de los mercados y revivir la economía", declaró Chuan, que viajó a Estados Unidos para entrevistarse también con funcionarios del Departamento de Estado y del área de finanzas.

Aseguró que continuará las reformas políticas dispuestas desde la devaluación del bath y que su gobierno hará lo posible para promulgar las leyes de reglamentación de la Constitución aprobada en octubre.

Tailandia necesita el apoyo de Wall Street para enfrentar el vencimiento antes de fin de año de una alta proporción de su deuda a corto plazo, calculada en 36.000 millones de dólares.

Esa suma supera en 6.000 millones de dólares las reservas internacionales del banco central.

Chuan preguntó a los banqueros estadounidenses si están dispuestos a conceder a su país mayor plazo de pago, un pedido que causó hilaridad de algunos asistentes a la reunión. "Puedo garantizarles que pagaremos, pero a corto término tenemos un problema de falta de liquidez".

"La voluntad de los bancos extranjeros para aceptar nuevos plazos de pago depende de la confianza que inspire la administración de la economía (de Tailandia) y de la calidad del apoyo que le conceda el FMI", advirtió Mark Sundberg, de Salomon Smith Barney, en un informe sobre la economía tailandesa.

Wall Street podría ser relativamente indulgente con Tailandia, según cree Walter Meade, del Consejo de Relaciones Exteriores. Pero aún subsiste el riesgo de destrucción de empleos y de un estallido social a causa de las medidas aconsejadas por el FMI.

"No creo que la crisis (asiática) reproduzca extremos de la depresión de los años 30", puntualizó el inversionista húngaro- estadounidense George Soros, presidente del Instituto por una Sociedad Abierta.

Soros, acusado por el primer ministro de Malasia, Mahatir Mohamad, de causar el colapso con una ofensiva contra monedas del sudeste asiático, señaló que los banqueros pueden ser generosos, ya que la crisis, al reducir los salarios en Asia, impide elevarlos en Estados Unidos.

Los hechos en Asia pusieron un freno deflacionario a los precios en Estados Unidos, con el consiguiente aumento del optimismo en Wall Street, explicó.

"Nuestros mercados están en ascenso y, aunque de un modo espartano, estamos dispuestos a hacernos cargo de problemas ajenos sin arredrarnos", dijo Soros con sorna.

Varias empresas de inversiones pronosticaron que la actividad económica de Tailandia, que tuvo un crecimiento promedio de 8,6 por ciento entre 1985 y 1994, retrocederá este año al menos dos por ciento.

El FMI calculó que entre 1,5 y dos millones de trabajadores de Tailandia, un país de 60 millones de habitantes, perderán el empleo en el tercero o en el cuarto trimestre de este año. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ff/if/98

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