IRAQ: Líder negro estadounidense pide levantamiento de sanciones

Louis Farrakhan, líder de la organización afroestadounidense Nación del Islam, advirtió hoy que Estados Unidos y Gran Bretaña se convertirán en "estados fuera de la ley" si atacan a Iraq luego del acuerdo firmado entre Bagdad y la ONU.

Farrakhan, que formuló su declaración en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), dejó en claro que no comparte la afirmación del presidente estadounidense Bill Clinton de que Washington cuenta con la autoridad necesaria para atacar a Iraq.

El líder musulmán afro-estadounidense, que acaba de retornar de una gira por 37 países, solicitó al foro mundial que no permita el bombardeo de Iraq y que retire las sanciones económicas impuestas hace siete años a ese país.

Farrakhan también agradeció al secretario general de la ONU, Kofi Annan, su "gran esfuerzo para alejar" el riesgo de "una catástrofe" al conseguir, la semana pasada, el acuerdo con el viceprimer ministro iraquí Tariq Aziz, en Bagdad.

El pacto firmado por Annan y Azis compromete a Bagdad a permitir la labor de los representantes de la ONU que intentan asegurar la eliminación de las armas iraquíes de destrucción masiva.

Pero también contempla procedimientos especiales para la inspección de ocho sitios presidenciales.

"La ONU sólo será instrumento de paz si se resiste a las grandes potencias como Estados Unidos y Gran Bretaña", dijo Farrakhan.

Agregó que, para conseguir sus objetivos, la ONU debe levantar las sanciones impuestas a Iraq y a Libia, y presionar a Estados Unidos para que levante el embargo comercial que mantiene sobre Cuba.

Farrakhan visitó esos tres países en su gira de tres meses, que terminó el 20 de febrero.

Su intervención se produjo un día después de que Clinton interpretara una resolución adoptada el lunes por el Consejo de Seguridad de la ONU como autorización condicionada para atacar a Iraq.

La resolución citada por Clinton advierte a Iraq que sufrirá las "consecuencias más severas" si impide el trabajo de los inspectores de armas de la ONU.

"El gobierno de Iraq no se debe ilusionar. El significado de 'consecuencias más severas' es claro. Concede la autoridad para actuar si Iraq no cumple con el compromiso que asumió" ante Annan, dijo Clinton.

Pero no todos los 15 estados integrantes del Consejo de Seguridad comparten la interpretación de Clinton.

Varios miembros del Consejo apoyaron la resolución del lunes sólo porque estipula que el órgano ejecutivo de la ONU "se encargará de asegurar la implementación de la resolución y garantizar la paz y la seguridad en la zona" del Golfo.

Esas palabras, según sostienen diplomáticos y juristas, otorgan al Consejo de Seguridad, y no a Estados Unidos, la responsabilidad de decidir medidas futuras si Iraq no cumple con el acuerdo.

Lejos de permitir un ataque estadounidense, la resolución atribuye "al Consejo de Seguridad, y no a ningún país en particular", la facultad de juzgar si Iraq ignora el acuerdo, comentó Jules Lobel, profesor de Derecho de la Universidad de Pittsburgh.

Entonces, "sólo el Consejo puede autorizar el uso de la fuerza", concluyó Lobel.

La resolución del lunes "garantiza la exclusión del uso 'automático' de la fuerza, una eventualidad inaceptable para la mayoría de los integrantes del Consejo", arguyó el embajador de Rusia ante la ONU, Sergey Lavrov.

Farrakhan afirmó que la política de Washington y Londres, con el fin de bombardear a Iraq, "casi parece demencial".

Para el líder de la Nación del Islam, organizador de la "Marcha del Millón de Hombres", realizada en 1996 en Washington, el encono de Estados Unidos contra Iraq es parte de un temor genérico ante los países islámicos.

La teoría del "choque de civilizaciones" entre el Mundo Islámico y Occidente, propuesta por el politólogo Samuel Huntington, propició un ambiente para la condena de gobiernos musulmanes discrepantes de la política de Washington, sostuvo Farrakhan.

"Los regímenes islámicos que quieren ser tecnológicamente avanzados deben ser destruidos. Esa es la política actual" de Estados Unidos, aseguró.

Aunque la teología de la Nación del Islam y su nacionalismo negro no son aceptadas por la mayoría de los grupos musulmanes de Estados Unidos, varias organizaciones islámicas comparten el pedido de Farrakhan de una solución pacífica a la crisis iraquí.

La semana pasada, el Consejo de Relaciones Estados Unidos-Islám (CAIR), el Consejo Musulmán Estadounidense y la Sociedad Islámica de América del Norte, entre otros grupos, se reunieron en Washington para elogiar la misión diplomática de Annan y pidieron a Clinton que utilice la diplomacia y no la fuerza.

"Ahora que la amenaza de ataque se aplazó, es el momento de reexaminar la política de Washington (hacia Iraq) y la estabilidad y la seguridad general" en Medio Oriente, dijo el director ejecutivo de CAIR, Nihad Awad.

"No se deben arrojar bombas sobre personas inocentes en Iraq, que no tienen poder sobre lo que hace o no hace su gobierno", advirtió Awad. (FIN/IPS/tra-en/fah/aq/ip/98

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