INTERNET: La "tienda franca planetaria"

El instituto Forrester, especializado en investigaciones en Internet, espera que en los próximos cuatro años el comercio electrónico sin fronteras llegue a la fantástica suma de 350.000 millones de dólares.

Ante esto, el gobierno de Estados Unidos intensificó las presiones para la creación de una zona franca mundial en la red informática mundial y fijó en mayo la fecha para que la Organización Mundial de Comercio (OMC) apruebe la creación de una especie de "tienda franca cibernética".

Esta tienda borrará todas las fronteras económicas en el planeta. Y, más que eso, Estados Unidos consolidará su hegemonía comercial en el mundo mucho más allá de lo imaginable.

El intercambio de bienes y servicios por Internet aún es una pequeña fracción del comercio mundial global, pero crece cuatro veces más rápido.

Para tener una idea sencilla de lo que puede pasar en los próximos años basta ver lo que sucedió en el sector financiero. Hace 10 años, el flujo de capitales por vía electrónica era casi marginal. Hoy, se mueven diariamente sumas que sobrepasan el billón de dólares.

Tomando como base lo sucedido en los mercados financieros, hablar de una zona libre de impuestos planetaria no es un ejercicio de futurología o de ciencia ficción.

Los consumidores tendrán muchos beneficios porque el sueño de un supermercado mundial parece cada vez más cerca. El problema es que todo eso muy probablemente suceda bajo la tutela norteamericana.

Estados Unidos ya detenta hoy el virtual monopolio del conocimiento mundial en materia de desarrollo tecnológico de punta en informática y telemática.

Solo Microsoft domina 85 por ciento de los sistemas operacionales de computadoras. Sin los sistemas operacionales, como el DOS o el Windows 95 (en breve también el Windows 98), las computadoras son como coches sin motor.

Quienes poseen el conocimiento tienen las herramientas para crecer cada vez más rápido, mientras los demás quedan en la retaguardia. Si a eso se agrega el conocimiento sobre como hacer funcionar la tienda franca mundial, no es difícil imaginar como el mundo entero dependerá de las megacorporaciones estadounidenses.

La idea de una zona franca planetaria fue planteada por primera vez en julio del año pasado, cuando la Casa Blanca divulgó un plan de nueve puntos para acabar con todo tipo de impuestos aduaneros sobre productos distribuidos por vía electrónica.

La eliminación de impuestos no es sinónimo de distribución gratis. Es claro que habrá un precio, pero lo que sí se pretende abolir son las utilidades de gobiernos nacionales por la vía de impuestos y tasas aduaneras.

La idea de la tienda franca ya fue aceptada, en principio, por la Unión Europea, la única potencia económica que puede crear algunos obstáculos a la abrumadora hegemonía norteamericana en materia de comercio por Internet.

Lo que se discute ahora son detalles técnicos, como reconocimiento legal de firmas de compradores y vendedores, o las garantías de reserva de informaciones personales.

Pero según Ira Magaziner, principal asesor del presidente Bill Clinton para cuestiones estratégicas en Internet, "es una mera cuestión de tiempo y de desarrollo tecnológico".

El aspecto tal vez más impactante en toda la polémica sobre la tienda franca planetaria es que no será creada en ningún gran foro internacional, como sucedió en ocasiones anteriores con el Fondo Monetario Internacional o la Organización Mundial de Comercio.

De la misma forma que los flujos financieros sin fronteras surgieron por iniciativa privada, también la tienda franca es empujada por intereses corporativos, que no necesitan de aprobación oficial para hacer negocios. (FIN/IPS/cc/ag/if-cr/98

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