Los ciudadanos de Colombia se preparan para elegir el día 8 un nuevo Congreso. Los candidatos abundan, pero antes del cierre de la campaña el fin de semana escaseaban las propuestas para solucionar los problemas del país.
Para las elecciones se presentaron 7.732 aspirantes a ocupar los 102 escaños del Senado y los 161 de la Cámara de Diputados con los que el Congreso de Colombia ingresará al siglo XXI.
Esta cantidad de candidatos sin precedentes en el país es atribuible a la crisis que desató la detección de aportes financieros del narcotráfico a la campaña electoral de 1994, según Juan Gómez, profesor del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional.
"Hay una urgencia de renovación, pero el grado de desarticulación de la sociedad es muy profundo" y son pocos los sectores que "han logrado constituir nuevas organizaciones", dijo Gómez a IPS.
El experto sostuvo que sigue predominando "el voluntarismo y el oportunismo" político ante la acción colectiva organizada, tanto en los sectores de derecha como en los de izquierda.
Además, el sistema de representación proporcional por cociente electoral, que divide el número de votos por el número de escaños a distribuir, estimula la fragmentación en listas, pues cada candidato apuesta a entrar a las cámaras con la obtención de un residuo más alto que el de sus competidores.
Estas elecciones legislativas son las primeras que se realizan tras la denuncia de que el narcotráfico contribuyó con los fondos de campaña electoral del actual presidente, Ernesto Samper, por la que fue absuelto el mandatario y estan encarcelados una docena de congresistas.
En esta oportunidad no se han conocido denuncias sobre eventuales aportes financieros de narcotraficantes a las campañas, pero otras prácticas de corrupción amenazan el proceso electoral, denunciaron algunos candidatos.
Ingrid Betancur, candidata a senadora por el gobernante Partido Liberal (PL), sostuvo que existe riesgo de compra de votos "al por mayor" y de fraude electoral.
Solo en la ciudad de Barranquilla, en el norte del país, "se habla de que algunos dirigentes políticos han gastado 7,4 millones de dólares en compra de votos", cifra menor al presupuesto anual "de una multinacional de gaseosas", dijo Betancur.
El ex presidente del Senado Amilkar Acosta dijo que la proliferación de listas llevará "a una gran disputa por los votos en cada región".
Gómez considera también notable el hecho de que, a pesar de la abundancia de aspirantes, "no hay programas nacionales en torno a los cuales se agrupen los candidatos".
Los jubilados quieren llegar al Congreso para luchar por los intereses de los jubilados, los artistas para defender a los artistas, los educadores para interceder por los educadores, "pero son pocos los candidatos con planteamientos sobre los grandes problemas nacionales", agregó el experto.
Otros analistas consideran que son pocos los candidatos que proponen soluciones a la violencia, el conflicto interno y la falta de desarrollo socioeconómico del país.
La imagen del Congreso saliente se vio afectada por la absolución de Samper en la investigación legislativa por los aportes del narcotráfico a su campaña, el arresto de congresistas por ese caso y las controversias que generó el debate de algunas leyes que beneficiarían al narcotrafico.
En las listas de candidatos a integrar el nuevo Congreso figuran 72 por ciento de los senadores de la última legislatura y el 75 por ciento de los diputados.
El Departamento de Ciencia Política de la privada Universidad de los Andes puso en circulación este lunes un cuadernillo con información completa acerca de los candidatos que quisieron hacer pública la información sobre las finanzas de sus campañas.
Germán Ruiz, codirector de la iniciativa, denominada "Candidatos visibles", informó que la intención es acercar los candidatos al elector de modo que el Congreso vuelva a tener credibilidad. (FIN/IPS/yf/mj/ip/98
