La reforma agraria en Brasil agrava la desforestación de la Amazonia, según un informe del gobierno cuya difusión agudizó hoy divisiones de la izquierda al revelar incompatibilidades de dos de sus banderas tradicionales.
Buena parte de la desaparición de bosques amazónicos se debió en los últimos años a la actividad de pequeños campesinos, entre ellos los colonos en tierras distribuidas por el gobierno, coinciden estudios de varias fuentes.
Para la izquierda, ya desorientada, el conflicto entre el ambientalismo y el viejo reclamo de reforma agraria se hizo más incómodo porque uno de los suyos, el diputado Gilney Viana, avaló el diagnóstico del gobierno.
Encargado del informe de una comisión parlamentaria que examina la actividad desforestadora de las empresas madereras en la Amazonia, Viana, del Partido de los Trabajadores (PT), se convenció también de la responsabilidad de los asentamientos campesinos en la destrucción de bosques.
Su conclusión se basa en datos del oficial Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA), según los cuales la mayoría de las tierras destinadas a asentamientos en lo que va de esta década son amazónicas.
De 8.794.685 hectáreas distribuidas por el gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso desde enero de 1994, 54,35 por ciento son amazónicas, la mayor parte en el estado de Mato Groso, divulgó el INCRA este miércoles.
Además, un análisis del Instituto de Investigaciones Espaciales en base a imágenes satelitales indicó un cambios en las características de la desforestación en los tres últimos años, durante los cuales desaparecieron más de 60.000 kilómetros cuadrados de bosques.
Hubo en ese período más de 50.000 pequeñas áreas menores de 50 hectáreas desforestadas. Mientras tanto, solo 142 grandes extensiones de más de 2.000 hectáreas sufrieron el mismo proceso, dijo Eduardo Martins, presidente del Instituto Brasileño de Medio Ambiente, órgano ejecutivo de la política oficial.
Esa multiplicación de puntos, responsable de 60 por ciento del área total desforestada, indica que la mayor agresión contra la selva procede ahora de pequeños agricultores, al contrario de lo que sucedía en el pasado, cuando los incendios y talas destructivas ocurrían en grandes propiedades.
Sin embargo, organizaciones no gubernamentales ambientalistas sospechan que la actividad maderera está detrás de ese fenómeno.
Numerosas áreas pequeñas afectadas se concentran en bosques densos de "interés específico de los madereros", argumentó Jean Pierre Leroy, coordinador del Foro Nacional de organizaciones no gubernamentales.
La ocupación campesina a través del programa oficial de reforma agraria o por iniciativa de los propios agricultores ocurre principalmente en las orillas de la Amazonia, que en general ya perdió sus bosques primarios.
El diputado Viana decidió incluir en su informe el hecho de que los asentamientos de campesinos contribuyen a la devastación de la Amazonia. Defensor de una reforma agraria incluso más amplia que la promovida por el gobierno, rechaza, sin embargo, su ejecución "en desmedro del ambiente".
El Foro Nacional por la Reforma Agraria y Justicia en el Campo, compuesto por el Movimiento de los Sin Tierra, la Confederación Nacional de los Trabajadores de la Agricultura y el PT, criticó en una declaración pública las conclusiones de Viana.
La declaración lamenta que "el diagnóstico sea de un compañero con un largo pasado de lucha a favor de los desheredados del país, para los cuales la reforma agraria constituye una alternativa efectiva de redención política y económica".
Presionado por sus pares de izquierda, Viana aceptó postergar la presentación de su informe para discutirlo en sesiones públicas con el Foro, pero adelantó que no omitirá del documento los daños ambientales provocados por asentamientos de campesinos en la Amazonia.
El presidente del INCRA, Milton Seligman, anunció que su instituto impulsará un nuevo modelo de "asentamiento verde" para evitar la desforestación. Las primeras iniciativas en ese sentido serán lanzadas la próxima semana. (FIN/IPS/mo/mj/en dv ip/98
