Una escasa asignación de recursos se ha convertido en América Latina en obstáculo para la aplicación de las leyes sobre violencia contra la mujer, señaló la ONU en Chile, al lanzar la campaña mundial contra este fenómeno.
La campaña "Por una vida libre de violencia" fue presentada el viernes en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), por representantes de varias agencias de la ONU (Organización de Naciones Unidas).
La campaña culminará el 10 de diciembre, día del cincuentenario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y su objetivo es sensibilizar a la población sobre la magnitud y gravedad de los abusos contra mujeres y niñas.
La ONU advirtió que la violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos, y busca erradicar el maltrato intrafamiliar, las violaciones y otras formas de agresión, como el acoso sexual y la trata de mujeres y niñas.
Nieves Rico, especialista en género, mujeres y desarrollo de Cepal, señaló que en América Latina el problema del maltrato es antiguo y hasta hace poco era socialmente aceptado o se le relegaba al ámbito doméstico.
La preocupación por la violencia y la discriminación de las mujeres es relativamente reciente y se debe a la acción de los grupos de mujeres y a los instrumentos internacionales que logaron "hacer visibilidad" sobre este problema.
Los parlamentos y los gobiernos de varios países expidieron en los últimos años leyes que sancionan sobre todo el maltrato intrafamiliar o doméstico y crearon junto con grupos de mujeres mecanismos y centros de asistencia para las víctimas.
Rico apuntó que, sin embargo, resta aún legislar sobre fenómenos como las violaciones sexuales, el incesto, el hostigamiento sexual en el trabajo, la violencia contra la población femenina desarraigada y migrante y el tráfico de niñas y mujeres.
Agregó que aún hay un insuficiente registro estadístico sobre la violencia doméstica y escaso seguimiento de su prevalencia y ocultamiento, lo cual determina que los datos de que se dispone en algunos países no puedan compararse.
A título ilustrativo, la experta de Cepal señaló que en Costa Rica, 54 por ciento de las mujeres sufren agresiones físicas, en Ecuador 60 por ciento y que en Chile una de cada tres mujeres afirma ser objeto de maltratos físico o psicológico.
La violencia contra la mujer cruza por todas las clases sociales y la pobreza, el alcoholismo o el hacinamiento pueden ser elementos desencadenantes, pero no causales de este fenómeno, que tiene raíces sociales y culturales.
Rico señaló que tampoco hay grandes diferencias entre países pobres e industrializados, como lo demuestra el hecho de que 80 por ciento de las mujeres asesinadas en Estados Unidos y Canadá han sido víctima de sus esposos.
Los avances legislativos en América Latina y el Caribe tienen como obstáculo la falta de partidas presupuestarias y de fondos especiales para la aplicación plena de las leyes y el funcionamiento de los centros de prevención, asistencia y rehabilitación, indicó la especialista.
Del mismo modo subrayó que se requiere una mayor capacitación de la policía y en los sectores de la Salud y la Educación para atacar el problema de la violencia contra la mujer, como así mismo contar con más albergues y centros de acogida municipales para las víctimas.
"La violencia contra la mujer no es un problema privado ni individual, sino político y social, y el estado tiene que asumir responsabilidades, ya que se convierte en cómplice si no la previene, castiga y erradica y si no cambia las condiciones que crean la discriminación", señaló Rico.
Subrayó que la escasez de recursos es la "espada de Damocles" para la continuidad de los avances en la región, a la vez que se requiere una mayor difusión de los derechos de las mujeres, en lo cual tienen un papel clave los medios de comunicación.
La difusión y la denuncia actúan como inhibidores para los agresores, en la medida en que hacen que la sociedad adopte también acciones y sanciones contra ellos.
Otro aspecto a enfrentar en la actual campaña es el de erradicar las tendencias a la victimización secundaria de las mujeres y niñas afectadas, que se produce cuando son tratadas con ironía o vejadas en los centros policiales o de salud.
La conducta social de discriminación hacia mujeres violadas o la ausencia de legislaciones, son también factores para esta victimización secundaria, en la cual también participan los medios de prensa cuando tratan estos casos con sensacionalismo a través de la crónica roja, dijo Rico.
En la campaña participan, además de Cepal, otras agencias de la ONU, como la Oficina para la Mujer, el Programa para el Desarrollo, el Fondo para la Infancia, el Fondo para Actividades de Población y la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura. (FIN/IPS/ggr/hd/98