Eva Duarte, la segunda esposa de Juan Perón, murió de cáncer en 1952 a los 33 años con un nivel de popularidad que ninguna otra mujer alcanzó en América Latina. Si algo le faltaba era ser madre y, según revelación tardía de su supuesta hija, lo fue.
Una de las características que endiosaron la figura de Eva Duarte en Argentina fue su especial sensibilidad con los pobres, los enfermos y los niños, a los que dedicaba casi su jornada completa cuando era primera dama, brindándoles una atención personal que los menesterosos agradecían hasta las lágrimas.
En numerosas oportunidades lloró al abrazar a un niño, y algunos testigos cuentan que llegó a proponer a Perón la adopción de un niño. Ahora, una mujer asegura que es hija de Eva. Pero no es que ella se haya negado a reconocerla -un gesto que empañaría el mito-, sino que la creyó muerta.
La mujer dice que su padre, avergonzado por tener una hija fruto de una relación extramatrimonial, prefirió decirle a su amante que la criatura había nacido muerta.
La imagen de Eva abandonada en el hospital, llorando desconsolada por la muerte de su hija, contribuye en cambio a reforzar su perfil de víctima inmolada por el amor.
Cuando todavía sigue en trámite el caso de una mujer que asegura ser hija extramatrimonial de Perón, este nuevo fenómeno de filiación conmociona a los argentinos, que no pueden dar crédito a la versión, oculta por más de medio siglo.
Para mayor impacto, la hija sería fruto de un romance entre Eva Duarte y un popular actor, Pedro Quartucci, protagonista de numerosas películas, programas de televisión y de radio, en los que solía representar al típico buen esposo y padre de familia.
La historia se conoció este mes en Buenos Aires, a dos años del estreno de la polémica película "Evita", de Alan Parker, protagonizada por la cantante Madonna. Productores, director y actores aseguraron haberse documentado para el filme, pero si es verdad que Eva fue madre, ese detalle se les escapó.
Los historiadores, sorprendidos, no se atreven a descartar de plano la posibilidad, pues el embarazo y parto coincidirían con un período nebuloso de su biografía, cuando Eva tenía 20 años, era una actriz desconocida y decidió irse a trabajar a la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires.
Algunos reconocen incluso el romance de Eva con Quartucci, fallecido hace unos años, y hacen referencia a unas declaraciones del confesor de Eva, el sacerdote Pedro Benítez, quien había dicho que ella tenía un secreto que pocos conocían.
"Ella, yo y quizás algunos más lo conocemos", reveló el sacerdote, enigmático, a una historiadora.
Médicos que conocieron de cerca su enfermedad consideran muy improbable que Eva haya tenido una hija, y creen en cambio que pudo haber estado internada por sus frecuentes hemorragias, que precedieron un cáncer de útero a los 30 años.
Los dirigentes políticos del Partido Justicialista (peronista) se preguntan cómo este "secreto" se mantuvo como tal pese a las encendidas campañas de los opositores de Perón, que sentían un odio especial por Eva y no dudaban en revolver en su pasado para mostrarla como una mujer inmoral, casi una prostituta.
Su presunta hija, Nilda Argentina Quartucci, no se dio a conocer en público, pero un conocido estudio de abogados, encabezado por el ex fiscal federal Luis Moreno Ocampo, la representa desde hace unos meses para tratar de probar la verdadera identidad de la mujer, que hoy tiene 58 años.
Nilda asegura que su padre le confesó la verdad antes de morir.
Sus dos hijos -una médica patóloga y un profesor de ajedrez- apoyan su reclamo de reconocimiento legal, social y pecuniario, ya que como hija única de Eva le correspondería una herencia que fue repartida entre sus hermanas.
Nilda cuenta que ella nació de un romance entre Quartucci, quien era casado- y Eva, una desconocida jovencita. Su actual esposo asegura que su parecido con Eva es una prueba irrefutable.
Tras el alumbramiento en un hospital de La Plata, Quartucci habría dicho a Eva que la pequeña había muerto, pero en verdad la llevó ante su esposa y la criaron como a una hija legal del matrimonio.
La viuda de Quartucci, que tiene otro hijo, está viva y podría aportar información, que aún no fue presentada ante la justicia en espera de que se reúnan todas las pruebas.
La supuesta hija de Perón, Marta Holgado, cuenta una historia parecida.
Perón vivió un romance clandestino con su madre, Cecilia Demarchi, cuando ambos estaban casados. Cuando quedó encinta, Demarchi ocultó la verdad y Marta, fruto de su relación con Perón, nació en su matrimonio legal con el hombre que dio el apellido a Marta.
En los últimos años, las pruebas genéticas resultaron determinantes para confirmar o descartar la filiación.
El esposo de Nilda asegura que los abogados no reclamarán la exhumación del cuerpo de Eva, sino que simplemente una de sus hermanas, aún viva, aporte material genético para las pruebas.
Los casos de hijos ilegales y maternidades polémicas rondó siempre la vida de Eva. Su madre, que tuvo cinco hijos con Juan Duarte, no era la esposa legal del hombre sino una cocinera de su estancia.
La película de Parker comienza justamente con el episodio de la muerte de Juan Duarte, cuando la madre de Eva se presenta en el entierro junto a sus cinco hijos y sufren el bochorno de ser rechazados por los hijos legales del difunto.
Este hecho marcó prufundamente la vida de Eva, y muchos historiadores aseguran que su temperamento hostil hacia los sectores más ricos de la sociedad estaba fundado en esa historia de abandono que nunca logró superar e incluso intentó fraguar para casarse con Pern. (FIN/IPS/mv/ag/ip/98