El jefe del gobierno de España, José María Aznar, llegará este domingo a Bolivia para comenzar una primera gira por América del Sur que concentrará en el reforzamiento de relaciones y de las garantías para las crecientes inversiones españolas en el área.
El centroderechista Aznar será recibido en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra por el presidente boliviano Hugo Banzer, quien se considera "un viejo amigo" del gobernante español.
El Partido Popular, de Aznar, y Acción Democrática Nacionalista, de Banzer, integran la Unión Democrática Internacional, un foro de organizaciones conservadoras.
Durante los tres días que permanecerá en Bolivia, Aznar tendrá la delicada misión de exigir a Banzer garantías plenas para las numerosas empresas españolas que en los últimos años han realizado inversiones en Bolivia.
Entre las empresas españolas que operan en Bolivia se destacan Iberdrola y Unión Fenosa en el rubro de la energía eléctrica, y el Banco Bilbao Viscaya y Argentaria en el campo financiero.
Los inversionistas extranjeros recibieron con preocupación el anuncio del gobierno boliviano de cambiar las reglas de juego que regían cuando sus empresas entraron en el país.
El gobierno se propone modificar la Ley de Capitalización (privatización) de empresas públicas y el independiente sistema de regulación sectorial, responsable de fijar las reglas para la operación de esas compañías.
La embajada de Estados Unidos hizo conocer a Banzer observaciones sobre los riesgos que implicaría un cambio de las reglas de juego.
El gobierno se vio obligado a dar marcha atrás y ahora dice que sólo hará ajustes a leyes promulgadas por predecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997), y aseguró que esos cambios no afectarán a los intereses de los inversionistas.
Las inversiones españoles son las segundas en importancia entre los intereses extranjeros en Bolivia, y en 1997 llegaron a 201,6 millones de dólares, 31,7 por ciento del total.
Por eso reclaman respeto a las reglas que existían cuando decidieron traer sus capitales a este país.
"Lo único que pedimos es que las leyes sean estables y que alguien se ocupe de que se cumplan", dijo Javier Herrero, consejero delegado de Iberdrola, socia mayoritaria de la compañía distribuidora de energía eléctrica en La Paz.
Herrero integra la delegación de empresarios españoles que llegó esta semana a Bolivia para aguardar y acompañar a Aznar.
Para él, no sólo es importante que un país ofrezca atractivo para los inversionistas, sino principalmente que haya leyes claras y entes reguladores estables.
Inspirado por esas mismas preocupaciones, el presidente de la Cámara de Comercio Boliviana-Española, José Luis Muñoz, advirtió al gobierno de Banzer que debe dar claras señales de seguridad si desea atraer nuevos capitales extranjeros.
"Todos los empresarios españoles están convencidos de que Bolivia es confiable y democrática, política y socialmente, pero eso se tiene que mantener", señaló Muñoz.
Los empresarios bolivianos, varios de ellos asociados a capitalistas extranjeros, tienen igual percepción: el clima de inversiones no es el mejor, pero hay condiciones para operar.
"Se está retornando hacia el clima favorable, las condiciones son aceptables para la atracción de capitales. Pero insistimos en el mantenimiento de reglas", declaró Luis Galleguillos, presidente de la Cámara Nacional de Industrias.
En la agenda de Aznar figuran también la firma con el gobierno boliviano de un convenio de cooperación por 120 millones de dólares, que serán destinados a apoyar la lucha contra el narcotráfico y a programas en los ámbitos político, cultural, educativo, científico y financiero.
Aznar, que llegará a Santa Cruz de la Sierra acompañado por una comitiva de más de 30 personalidades de su país, visitará también Concepción, donde se establecieron las misiones jesuíticas durante la colonia, y La Paz.
El martes partirá hacia Montevideo y luego completará su gira con una visita a Chile. (FIN/IPS/jcr/ff/ip/98