El fracaso del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en su intento por obtener la autoridad de vía rápida para acelerar las negociaciones sobre comercio en América puede resultar positivo para América Latina y el Caribe.
"Esta interrupción o enlentecimiento del proceso nos brinda una excelente oportunidad de fortalecer los bloques comerciales existentes y la fusión de estos bloques en el proceso de integración hemisférica", sugirió el canciller de Trinidad y Tobago, Ralph Maraj.
El retraso brinda "la oportunidad de acercarnos antes de que las negociaciones comiencen en la práctica", sostuvo Maraj ante altos funcionarios y expertos de América Latina y el Caribe reunidos en Puerto España.
"Si aprovechamos esta oportunidad al máximo podremos asegurarnos que el acuerdo no sea impuesto sino en verdad negociado, y que todos, grandes y chicos, desarollados y en desarrollo, tengan voz", agregó.
Clinton reiterará al Congreso de su país el pedido de la autoridad de vía rápida ("fast track"), que le permitiría sellar acuerdos comerciales con países de América sin que requieran aval parlamentario posterior. Su solicitud fue infructuosa en 1997.
"Renuevo mi pedido de la autoridad negociadora de la vía rápida, necesaria para abrir mercados y generar empleos. Nos guste o no, las economías del mundo tienen cada vez más conexión entre ellas", dijo el 27 de enero, en su discurso anual sobre el Estado de la Unión ante el Congreso.
Maraj dijo que la Caricom "reconoce la importancia de la cooperación para alcanzar relaciones más productivas entre nuestras organizaciones e instituciones regionales y del fortalecimiento de las relaciones económicas y políticas".
"A medida que los países afinen sus posiciones con respecto al ALCA irán advirtiendo la necesidad de ser más activos y de ser parte de la toma de decisiones que determinarán su futuro económico regional e internacional", agregó.
De todos modos, hubo "un lamento general en el hemisferio" porque Clinton "carece de la vía rápida, lo que se considera fundamental para concretar el ALCA".
Los 15 miembros de la Caricom participaron en la Cumbre de las Américas en celebrada en 1994 en Miami, donde comenzó el proceso para la creación del ALCA, que se pretende establecer en el 2000. El bloque participó en 12 grupos de trabajo establecidos por los ministros de Comercio de los 34 estados participantes.
La Organización de Estados Américanos desempeña un papel fundamental en la realización de las reuniones que se desarrollarán a partir de abril.
Algunos territorios del Caribe consideran que la elaboración de un marco para las negociaciones en Chile ha sido un proceso demasiado caro y acelerado. Desde la cumbre en Miami, los ministros de Comercio se reunieron tres veces para formular y ejecutar un plan de trabajo.
En Belo Horizonte, Brasil, se estableció en mayo de 1997 que las negociaciones "se inicien" en abril en Santiago, en la segunda Cumbre de las Américas.
Maraj advirtió que las negociaciones "constituyen un desafío de enormes proporciones para las economías pequeñas" del Caribe.
"La situación se exacerba por las responsabilidades que impone la membresía a la Organización Mundial de Comercio (OMC), que constituye un marco permanente", agregó.
El embajador de Chile en Jamaica y en la Comunidad del Caribe (Caricom), Adolfo Carafi, sostuvo que la cumbre que considerará en Santiago la constitución de un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) los días 18 y 19 de abril será de la mayor importancia para América Latina y el Caribe.
"Chile tiene gran interés en el éxito de la cumbre, pues estamos convencidos de que la integración es esencial para nuestro futuro", dijo Carafi.
Chile se convirtió en el principal inversor dentro del Mercado Común del Sur (Mercosur) entre los países asociados al bloque (70 por ciento) desde que acordó su integración en 1996.
Se atribuye la mayor parte del crecimiento económico chileno en los últimos años, de seis por ciento anual promedio desde 1990, al incremento del comercio dentro del Mercosur. (FIN/IPS/tra- en/wg/cb/mj/if/98