MEXICO: Llegaron a Chiapas por tierra, hoy son errantes

Miles de indígenas mexicanos se internaron hace tres decenios en las selvas de Chiapas en búsqueda de un pedazo de tierra. Hoy, cientos de ellos viven errantes. Huyen de la violencia, del ejército y de los paramilitares.

Se trata de decenas de familias que abandonaron sus escasas pertenencias y se internaron en zonas de selva luego de que el gobierno ordenó a las fuerzas militares en 1995 incursionar en territorios de la guerrilla zapatista con el objetivo de detener a su dirigencia.

Mientras ellos huían, otros, contrarios a la guerrilla, dejaban campamentos administrados por el gobierno y regresaban a sus antiguas casas, abandonadas cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se levantó en armas en enero de 1994.

El gobierno de Ernesto Zedillo, acusado por la oposición de olvidar a los desplazados y permitir que la violencia recrudeciera hasta desembocar en la matanza de 45 de ellos en diciembre, ordenó esta semana hacer todo lo posible por auxiliarlos con medicamentos y alimento.

Antes de la matanza, esos grupos solo recibían apoyo de instituciones humanitarias y organizaciones civiles partidarias del EZLN. Cuando llegaron los militares, rechazaron su presencia pues adujeron que su única intención era destruir las bases sociales de la guerrilla.

El presidente Zedillo afirmó este viernes que existen "grupos que impiden la atención" a los indígenas en Chiapas y que luego culpan al gobierno de falta de ayuda.

"Vamos a romper el círculo perverso" y con la ley y las instituciones se entregará el apoyo social necesario, declaró.

Militares fuertemente armados ingresan desde hace varias semanas a zonas donde viven los indígenas zapatistas con el argumento de protegerlos, ayudarlos y aplicar el desarme, acciones que el grupo insurgente considera una provocación.

Los militares descubrieron los últimos días escondites en zonas rurales de Chiapas donde se guardaban armas, uniformes similares a los que usa en el EZLN, equipos de comunicación, medicamentos y varias editoras de video.

La dirigencia y tropas de la guerrilla no pueden ser detenidas ni desarmadas, según indica una ley dictada por el Congreso para garantizar el diálogo de paz con el gobierno y que suspendió la persecución militar que el gobierno ordenó contra el EZLN hace tres años.

El desarme que se realiza en Chiapas no incluye a los zapatistas, aseguró el secretario (ministro) de Gobernación (Interior), Francisco Labastida, tras declarar por enésima vez que el gobierno quiere negociar la paz.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas sostuvo que las presuntas tareas de desarme, la proliferación de paramilitares vinculados al gobernante Partido Revolucionario Institucional y la división de las comunidades son estrategias diseñadas por el gobierno para minar a las bases del EZLN.

Los indígenas desplazados son atacados periódicamente por paramilitares que se han armado a pesar de la amplia presencia y vigilancia de soldados.

Los enfrentamientos enemistaron a familiares y agudizado problemas por diferencias religiosos, políticas o por disputas de tierras.

Los sueños de poseer un pedazo de tierra y salir de la pobreza que tenían miles de indígenas que llegaron a los Altos y a la región selvática de Chiapas en los años 60 y 70 siguen siendo una aspiración lejana para la mayoría.

Descendientes de la antigua cultura maya, de cuyo importante desarrollo social, tecnológico y filosófico dan testimonio impresionantes vestigios arqueológicos, los nativos de Chiapas son hoy el grupo social con mayor desnutrición y analfabetismo de México.

Muchos de los niños indígenas no van a la escuela, no reciben vacunas y jamás son inscritos en el registro civil. Cuando mueren, la mayoría por infecciones intestinales o desnutrición, las estdísticas no los registran, pues nunca existieron frente a la ley.

Trabajadores sociales que han visitado la zonas selváticas de Chiapas aseguran que los desplazados viven una situación desesperante. "Se trata de un drama peor al de la pobreza general que reina en el estado", dijo Ignacio Robles, un voluntario que trabaja en el lugar.

El estado de Chiapas, en el sureste de México, posee abundantes recursos agrícolas, ganaderos, petroleros y una importante capacidad instalada para la generación de energía eléctrica.

Aunque en su territorio se produce alrededor de 60 por ciento de la electricidad que consume México, más de 34 por ciento de las comunidades indígenas no cuenta con ese servicio, pocos tienen agua potable y casi todos viven en casas con piso de tierra y sin drenaje.

"Hay mucha anécdota en torno al origen del movimiento zapatista, pero una sola realidad: lo asombroso es que no se haya dado antes", sostuvo el escritor Carlos Fuentes. (FIN/IPS/dc/mj/ip pr dv/98

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