DROGAS: ONU propone destrucción total de cultivos ilícitos

La Organización de Naciones Unidas (ONU) confía lograr en 10 años la destrucción total de las plantaciones de coca y opio en Afganistán, Birmania, Perú, Colombia y Bolivia, cinco países que producen 90 por ciento de los estupefacientes consumidos en el mundo.

El proyecto de la ONU contempla la sustitución de los cultivos ilícitos por otras actividades productivas, que no serán sólo agrícolas, como se hace ya con éxito en Afganistán, explicó Pino Arlacchi, director del Programa de la ONU para la lucha contra la droga.

La Asamblea General de la ONU, convocada a sesión especial, examinará un plan a 10 años que permitirá reducir de modo drástico la cantidad de tóxicodependientes, dijo Arlacchi al diario La Repubblica, de Roma.

La sesión especial de la Asamblea tendrá participación de jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo y se realizará en junio.

Arlacchi aseguró que los países productores han aceptado colaborar con el foro mundial para reconvertir sus plantaciones de droga en actividades productivas alternativas.

Agregó que el plan, a 10 años, tiene un costo de 5.000 millones de dólares, y será financiado por los estados miembros y por la propia ONU.

El proyecto contempla también la cooperación judicial internacional en el combate directo contra la droga y en el control de la circulación de las sustancias necesarias para producir estupefacientes.

Así mismo, se propondrá la eliminación del secreto bancario para perseguir el "lavado" de dinero del narcotráfico, y la apertura a la investigación internacional de los llamados paraísos fiscales.

Arlacchi se manifestó confiado en la implementación del plan. "Hoy ha cambiado radicalmente el contexto internacional. Se han disuelto los bloques contrapuestos que dividían el mundo y hacían difícil la colaboración entre los Estados", señaló.

En algunos países se ha logrado la reducción del consumo de estupefacientes, mediante el empleo de instrumentos eficaces, agregó. Según Arlacchi, en Estados Unidos disminuyó a la mitad en los últimos 15 años el número de toxicodependientes.

"Los conocimientos que tenemos de las drogas nos ponen ante la obligación moral de combatirlas. No podemos convivir con los narcóticos", dijo el representante de la ONU.

Así mismo, se declaró contrario a la liberalización de las drogas, por entender que, en esa eventualidad, las mafias de narcotraficantes no desaparecerían, sino que sólo cambiarían de actividad.

Esa opinión se fundamenta en la existencia de un mercado de seres humanos, compuesto de emigrantes indocumentados que, al parecer "es el próximo negocio delictivo a combatir", dijo Arlacchi.

Al respecto, informó que el programa de la ONU contra las drogas investiga todas las formas de tráfico de seres humanos, "una tragedia" que afecta a 200 millones de personas.

Se necesitarán dos años para concluir la investigación y aprobar los instrumentos eficaces necesarios para combatir esa nueva actividad mafiosa, concluyó. (FIN/IPS/jp/ff/ip/98)

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