El cierre de una firma de intermediación financiera el fin de semana elevó la ansiedad en Hong Kong, que en los últimos meses fue un oasis de calma mientras las monedas y los mercados de Asia oriental se declaraban en estado crítico.
Hong Kong es el segundo mercado financiero de la región detrás de Japón, por lo que sus problemas podrían reverberar en toda la región y retrasar la recuperación tras la recaída de las últimas semanas.
Después de todo, muchas empresas asiáticas lograron un respiro financiero en esta localidad china mientras bancos occidentales y japoneses hacían gala de su conservadurismo y retiraban sus fondos.
La firma Peregrine Investment Holdings, considerada una de las más poderosas firmas financieras del continente, dejó al cerrar deudas pendientes en todas partes del mundo de entre 400 millones a 1.000 millones de dólares.
La compañía está siendo liquidada luego de que un posible comprador occidental se retiró de las negociaciones.
"El colapso de Peregrine demuestra que en el mundo actual nadie está inmune del contagio, aun aquellos que mantienen la casa en orden", dijo un analista de una firma rival que reclamó reserva sobre su identidad.
El analista se refería al manejo adecuado del sector financiero de Hong Kong, en comparación con Corea del Sur o Indonesia, donde os problemas económicos suelen atribuirse a las escasas regulaciones.
"Hong Kong ha sido incapaz de aislar sus mercados financieros y de valores de la estampida en la que se vieron entrampados los mercados del sudeste de Asia", observó Bob Broadfoot, de la firma Consultora de Riesgo Económico y Político (PERC).
Otros consideran que la vulnerabilidad de Peregrine no se debió a problemas en Hong Kong sino con sus arriesgadas apuestas por Indonesia. Un tercio de sus capital, 265 millones de dólares, estaban colocados en la compañía de transporte indonesia Steady Safe, vinculada a una hija del presidente Alí Suharto.
Los observadores consideraban que se trataba de una posición de alto riesgo en el mejor de los casos, o una operación de dudosa intención en el peor.
"La pérdida de Peregrin no es sistémica. Es apenas una empresa que perdió su dinero por sus negocios en Indonesia. No es atribuible a problemas en Hong Kong", dijo Howard Gorges, de la firma South China Brokerage.
El presidente de Peregrine, Philip Tose, declaró a la prensa este martes que la firma no cayó por inversiones desacertadas sino porque se vio atrapada en los vaivenes de las monedas de Asia, como los de la rupia indonesia, que cayó de 2.400 a 10.000 por dólar la semana pasada.
"Lo que sucedió es que nos fundimos por completo", dijo Tose.
Peregrine pidió al gobierno de Hong Kong fondos públicos para salvarse, pero las autoridades afirmaron que solo lo harían si hubiera un "gran riesgo" de que de lo contrario haya daños para todo el sistema financiero. "Decidieron que ese no era el caso", se lamentó Tose.
El jefe ejecutivo (gobernador) de Hong Kong, Tung Chee-Hwa continúa insistiendo en que los cimientos de la economía de la localidad china son sólidos y que podrán soportar las presiones. El secretario (ministro) de Finanzas, Donald Tsang, dijo que Hong Kong era capaz de "aguantar las bofetadas".
Muchos creen que la caída de Peregrine preanuncia acontecimientos peores. No era, de ningún modo, la única firma de inversiones expuesta a las subas y bajas del sudeste asiático. Y, con varias monedas de la región cayendo al mismo tiempo, la presión sobre el sector bancario de Hong Kong aumenta.
Por lo menos otra empresa local de inversiones especializada en el área de Asia y el Pacífico se apresuraba la semana pasada a reestructurar sus posiciones en bahts tailandeses o rupias indonesias, monedas en caída, para evitar sufrir el mismo destino que Peregrin.
La firma First Pacific Co., radicada en Hong Kong, vendía bienes para reducir su deuda expuesta. Al igual que Peregrin, First Pacific tenía fuertes posiciones en monedas del sudeste asiático.
Muchos sufrieron el golpe de la caída de Peregrine, mientras el gobierno continúa afirmando que todo seguirá bien mientras el dólar local mantenga su libre convertibilidad con el de Estados Unidos.
Pero conservar esa política en el actual ambiente económico es riesgoso y no aísla a Hong Kong de los males de la región.
"El gobierno de Hong Kong no alterará, al parecer, la convertibilidad del dólar local. La pregunta es, entonces, cuánto podrá resistir el gobierno la presión especulativa manteniendo al mismo tiempo las altas tasas de interés a corto plazo. El daño para muchas compañías podría ser considerable", según PERC.
El dólar de Hong Kong mantiene su firmeza, pero las evidencias de problemas económicos son omnipresentes. La población evita tiendas y restaurantes, ahuyentados por las altas tasas de interés.
Los pobladores de otros países asiáticos se dieron cuenta de que no pueden pagar unas vacaciones en Hong Kong luego de que sus monedas cayeron en los últimos meses, lo que provocó una caída en las ganancias del sector turístico, otrora la principal fuente de monedas extranjeras de la región.
En las pequeñas tiendas para turistas de la calle Lee Yuen, en el centro de la ciudad, los propietarios deben vocear sus artículos con inusitada agresividad a los pocos turistas que se acercan allí. En los centros comerciales convocan baratas masivas. Los restaurantes están medio vacíos.
El Peregrine no era una de las principales instituciones financieras de Hong Kong, pero se había construido una buena reputación como empresa dinámica, que asumía inversiones de riesgo y que procuraba verter capital local en las economías de rápido crecimiento de Asia.
La institución quebrada financió muchas pequeñas y medianas empresas y las ayudó a expandirse por la región, en especial dentro de China. "Financiaban a compañías por las que ninguno de los grandes bancos internacionales se hubiera arriesgado", dijo el analista rival.
Uno de los cofundadores del Peregrine es Francis Leung, conocido como "el barón de las 'red chips"', como se conoce a las empresas chinas que cotizan en la Bolsa de Hong Kong a las que vertía grandes inversiones.
Se rumorea que Leung encabeza gestiones con fuertes empresas chinas para comprar las principales carteras de Peregrine, una señal de la importancia que tienen estas compañías de inversiones para las economías asiáticas incapaces de obtener créditos en grandes bancos extranjeros.
El colapso de Peregrine complicará a las empresas chinas que pretenden cotizar en la bolsa de Hong Kong.
Kwan Cheuk-cheu, economista de la Universidad China de Hong Kong, pronosticó que entre 20 y 30 por ciento de los empleos en el sector financiero de la ciudad se perderán. El cierre de la institución deja sin empleo a 700 empleados locales y 1.000 en el resto de Asia. (FIN/IPS/tra-en/ys/js/mj/if/98