América Latina y la Unión Europea (UE) trazarán en una gran cumbre en 1999 la nueva agenda de sus relaciones, en un esfuerzo que no debe limitarse a reaccionar ante el proyecto de un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), planteó hoy el SELA en Venezuela.
La Cumbre Europa-America Latina y el Caribe se realizará en Brasil, un año después de que en abril próximo se celebre en Santiago de Chile la II Cumbre de las Américas, donde los mandatarios del continente deben lanzar las negociaciones para establecer el ALCA y que deben culminar en el 2005.
El Sistema Económico Latinoamericano (SELA) indicó en su sede en Caracas que la cumbre con la UE y el impulso político que recibirán las relaciones entre las dos orillas del Atlántico va a contribuir a "diversificar y equilibrar el diálogo con Estados Unidos".
Pero en un documento titulado "Reencuentro de dos Mundos: la Cumbre Europa-América Latina 1999", el organismo de 27 países miembros insistió en que la cita que se realizará en Río de Janeiro "no puede limitarse a una mera respuesta al ALCA".
El SELA dijo que "tiene que ir más allá" y mejorar el intercambio comercial, profundizar los intrumentos de cooperación, promover un diálogo basado en la solidaridad y "enfatizar lo que tiene que ser corregido".
El comercio en particular se ha convertido en un punto problemático para los latinoamericanos, que han visto como esta década se pasó de un saldo positivo en su intercambio con la UE a una balanza cada año más deficitaria.
Los días 11 y 12 de febrero se reunirán en Panamá los ministros de Relaciones Exteriores del latinoamericano Grupo de Río y la UE, y allí se empezará a definir la agenda del primer encuentro de gobernantes de las dos regiones.
Para el SELA, varios elementos van a ser determinantes en la preparación de la cumbre euro-latinoamericana. De la parte de la UE están sus proyectos de ampliación, la creación de la moneda úncia el año próximo y la flexibilización de la política agrícola para cumplir compromisos mundiales en ese sentido.
En América Latina, además del ALCA incidirán los diferentes proyectos de convergencia entre los grupos de integración regional y la revisión caribeña de la política de la UE en el marco del Convenio de Lomé para sus ex colonias de Africa, el Pacífico y el Caribe.
El SELA indicó que una de las correcciones que de esta región emergente se espera que produzca la cumbre con la UE es la de la situación comercial.
En 1990, la balanza comercial regional con la UE presentaba un superávit de 9.200 millones de dólares. En 1996, ese superávit se había trastocado en un déficit de 13.200 millones de dólares.
El problema se agudiza al analizar la composición del intercambio. Las dos quintas partes de las ventas de los latinoamericanos y caribeños a los 15 países de la UE son productos básicos, mientras que sus compras a Europa son bienes industriales en sus tres cuartas partes.
Pero el SELA subraya que si en materia económica hay "puntos negros" en la relación con la UE, en materia política y de cooperación se han dado pasos importantes en los últimos años, como la contribución europea a la lucha contra el narcotráfico.
También valoró la existencia de una gama de acuerdos que brindan a países latinoamericanos participación en el sistema generalizado de preferencias arancelarias europeo, el Convenio de Lomé para el Caribe y acuerdos comerciales más profundos con algunos grupos.
El SELA anticipó que la posición de la UE en la cumbre de 1999 va a depender mucho de los avances de su propia política exterior común y del temor que germine en Europa sobre el peligro de que Estados Unidos "coopte" el creciente mercado latinoamericano con el proyecto del ALCA, si no lucha por evitarlo.
El organismo aseguró que América Latina y el Caribe tienen elementos para sacar de la cumbre con la UE "resultados concretos de aplicación inmediata" para mejorar el intercambio cmercial. (FIN/IPS/eg/ff/if/98
