CUBA-EEUU: Bloqueo atenta contra normalización migratoria

Estados Unidos deberá levantar las restricciones a la libertad de viaje y la comunicación con Cuba si pretende llegar a una normalización del proceso migratorio entre ambos países, dijo hoy el presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcón.

Alarcón presidió por la parte cubana la octava ronda de conversaciones migratorias Cuba-Estados Unidos que tuvo lugar este martes en La Habana para pasar revista al cumplimiento de los acuerdos vigentes entre ambos países.

El tema migratorio se ha convertido en la gran coincidencia entre La Habana y Washington desde que, en septiembre de 1994, ambos decidieron aliarse para poner punto final a la emigración ilegal y desordenada desde la isla.

Los acuerdos de septiembre de 1994 y mayo de 1995 comprometieron a Estados Unidos a entregar un mínimo de 20.000 visas anuales para emigrantes y a repatriar a toda persona que fuera interceptada en un intento de entrada ilegal a ese país.

Cuba, por su parte, debía hacer todos los esfuerzos para frenar las salidas ilegales desde su territorio y no tomar represalias ontra los repatriados por el delito de "salida ilegal del país".

John Hamilton, subsecretario de Estado para Asuntos de América Latina y el Caribe y presidente de la delegación estadounidense, dijo este martes que el encuentro de La Habana fue de "naturaleza técnica" y no "abrió nuevos terrenos".

Pero observadores locales estiman que las autoridades cubanas están buscando la forma de vincular las conversaciones, hasta ahora totalmente restringidas al tema migratorio, a un problema de gran interés para Cuba: el bloqueo estadounidense.

Cuba ha intentado sacar el tema del bloqueo una y otra vez en estas coversaciones, partiendo del presupuesto de que esa política es la causa de buena parte de las reestricciones económicas en la isla, y por ende, de una proporción significativa de la emigración.

Las reestricciones podrían pasar a ser una cuestión de primer orden si La Habana logra colocar sobre la mesa de negociaciones el tema de la libre comunicación entre los habitantes de la isla y alrededor de 1,5 millones de cubanos que residen en Estados Unidos.

"La inmensa mayoría de los cubanos que en los últimos años visitaron Estados Unidos han regresado a su patria", dijo Alarcón y aseguró que este proceso migratorio podría normalizarse en la medida en que las personas supieran que podrían viajar normalmente.

Sin embargo, agregó, la inmensa mayoría de quienes acuden a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana para solicitar una visa "lo hace inútilmente".

Una fuente de Washington reveló que en los dos últimos años fiscales (entre octubre de 1995 y septiembre de 1997), 55.000 cubanos quisieron viajar como visitantes a Estados Unidos, pero 77,5 por ciento de ellos fueron rechazados.

La mayoría eran invitados por familiares cercanos, como padres, hijos o hermanos, a los cuales tampoco les es fácil viajar a la isla a pesar de que las autoridades cubanas han flexibilizado la entrada al país de los emigrantes.

La Habana inició esta década una política hacia la normalización de las relaciones con la comunidad cubana en el exterior que incluye la extensión de un permiso conocido como "vigencia de viaje", que da la posibilidad a los emigrantes de entrar libremente a su país natal.

Los requisitos para optar por este permiso se resumen a tener legalizada su situación migratoria, no tener cuentas pendientes con la justicia en el país de residencia y no estar involucrado en acciones hostiles contra Cuba.

Para tener derecho a visa todo cubano que desee viajar a Estados Unidos para visitar a sus familiares no puede ser miembro del gobernante Partido Comunista ni estar empleado por el gobierno.

De acuerdo con las leyes del bloqueo estadounidense las naves de ese país no pueden aterrizar ni tocar puerto en Cuba y desde 1994 están prohibidos los vuelos directos entre ambos países, independientemente de cuál sea la línea aérea que los haga.

Para viajar a la isla los ciudadanos estadounidenses deben solicitar un permiso especial y, una vez obtenido, se restringe la cantidad de dinero que pueden gastar en la isla en dependencia de los días de estancia.

"Recibí una carta de un cubano que ha ido tres veces a solicitar la visa y todo lo que quiere es ir a visitar a su madre de avanzada edad", contó Alarcón.

El líder parlamentario contrapuso esta situación a una queja planteada por la parte estadounidense en las conversaciones sobre las altas tarifas que cobra Cuba en trámites de viaje a quienes reciben visa para residir en Estados Unidos.

Washington aseguró que el cobro de 500 dólares por los trámites contradice el espíritu de los acuerdos migratorios entre ambos países, pues impide a muchas personas llegar a utilizar su visa ientras está valida.

Alarcón aseguró que este fenómeno es la consecuencia de "una política (el bloqueo) que no sólo perjudica a las personas que viven en Cuba sino a todos los cubanos", incluidos aquellos que viven en Estados Unidos. (FIN/IPS/da/dg/ip/97

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