/AMBIENTE/CAMBIO CLIMATICO: Sudáfrica no se compromete

Para la sudafricana Ruth Radebe, quien a diario debe cocinar en su pequeña cocina a carbón a la vez que cuida de sus tres hijos, la conferencia de Kioto es algo mucho más distante que su deseo de tener electricidad en el hogar.

"He cocinado toda mi vida en una cocina a carbón aunque vivo en una zona urbana, y estoy segura de que ello afecta la salud de mi familia", dijo Radebe, quien reside en la localidad de Soweto, cerca de Johannesburgo.

"El nuevo gobierno no cambió nuestras vidas. Nos prometió servicios básicos, pero el plazo ya casi venció", agregó.

Setenta por ciento de los hogares negros de Sudáfrica no tienen electricidad y utilizan el carbón como principal fuente de energía.

El gobierno del presidente Nelson Mandela enfrenta el desafío de proveer electricidad a todos los hogares al menor costo posible, pero la forma de hacerlo es causa de preocupación para los ambientalistas sudafricanos.

La mayor parte de la energía eléctrica del país procede de la combustión de carbón, que desprende grandes cantidades de sulfuro. Sudáfrica posee reservas de carbón para 400 años.

Las emisiones de dióxido de carbono de Sudáfrica representan 1,6 por ciento del total mundial y 40 por ciento de las emisiones de toda Africa, según estadísticas.

La tercera conferencia de partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático está reunida en Kioto, Japón, para negociar un plan global de acción contra los llamados gases invernadero, responsables del recalentamiento planetario.

"Sudáfrica es en realidad uno de los países más problemáticos", destacó Richard Sherman, de la Red para la Justicia Ambiental.

Las consecuencias de la contaminación industrial en Sudáfrica no sólo se sienten en el país, sino también en naciones vecinas. Por ejemplo, habría caído lluvia ácida en la provincia oriental de Mpumalanga, donde se sitúa la mayor parte de las centrales termoeléctricas del país, y en los vecinos Mozambique y Swazilandia.

Sudáfrica firmó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, pero no la ratificó. Pese a estar en el lugar 18 en la lista de países con mayor emisión de gases invernadero, no figura en el Anexo I ni II de la Convención.

Por lo tanto, en Kioto, Sudáfrica negociará como un país en desarrollo, con el Grupo de los 77 y China, y por lo tanto no estará obligada a comprometerse a reducir sus emisiones.

"Hasta el pasado octubre, éramos observadores del proceso. El gobierno no consideraba necesario ni urgente adoptar una posición sobre cambio climático", destacó Sherman.

"No ratificamos la Convención y por lo tanto ninguna ley nos obliga a aplicarla", agregó.

Hace poco comenzó a funcionar el Comité Nacional sobre Cambio Climático, que Sherman integra. El Comité tiene por finalidad desarrollar una política nacional sobre cambio climático, pero está dominado por el sector industrial.

Grupos ambientalistas sostienen que Sudáfrica debe procurar formas de tecnología más "limpia" e investigar fuentes alternativas de energía.

"No creemos que el gobierno ni la industria estén haciendo lo suficiente para lograr esos objetivos", declaró Quentin Espey, del Grupo de Control Ambiental.

"El actual gobierno se preocupa por satisfacer las necesidades básicas. El suministro de electricidad es un gran tema político", pero no se analizan los costos ambientales, afirmó.

"Africa tiene la oportunidad de pasar por alto la revolución industrial 'sucia'. Ello implica un enorme costo, pero reportará beneficios a largo plazo. Este es el lugar perfecto para crear la generación de la energía solar", sugirió Espey. (FIN/IPS/tra-en/gm/pm/ml/en/97

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