SALUD: La OMS ante los males de la globalización

La Organizacion Mundial de la Salud (OMS), decana de las agencias del sistema de Naciones Unidas, parece evidenciar síntomas de pesadez y falta de reflejos que demandan un tratamiento innovativo.

La inminencia de la designación de un nuevo director general de la OMS ha reavivado un debate, que lleva al menos cinco años, sobre las carencias del sistema de salud mundial, en el que participan miembros de las organizaciones no gubernamentales (ONG) y de la propia OMS.

El análisis de estos temas, y el reclamo que la elección de autoridades promueva una instancia de debate sobre la situación del organismo, y un compromiso por su reforma, serán los objetivos de un seminario de periodistas que comienza este jueves en la capital italiana.

El seminario "La cooperación global en salud en una encrucijada y la necesidad de un profundo debate público", concluirá el viernes y es promovido por la fundación sueca Dag Hammarskjold.

En los últimos meses la OMS y su actividad han sido el centro de muchas críticas. Se ha cuestionado la excesiva politización de su funcionamiento, y la escasa aptitud de sus estructuras para adaptarse con agilidad a las cambiantes necesidades de la humanidad en materia de políticas de salud.

En el centro de la polémica está la gestión del actual director de la OMS, Hiroshi Nakajima, cuyo sucesor será designado por el Comité Ejecutivo de 32 miembros en enero próximo y debatido en mayo por la Asamblea General.

Un editorial de la prestigiosa publicación semanal The Lancet, que se edita en Gran Bretaña desde 1823, reclamó en septiembre que el nuevo director general sea elegido tomando en cuenta solo su capacidad, sin dar importancia a su nacionalidad, sexo u origen étnico.

Pidió que, en sus votos, los miembros del Comité Ejecutivo reflejen el punto de vista de todos los sectores que actúan en la salud pública, y no solamente la opinión de sus cancillerías.

Las principales candidatas a suceder a Nakajima son la ex presidenta de Irlanda, Mary Robinson, y la actual directora del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Nafis Sadik, de Pakistán.

"Nuestro objetivo", subraya el editorial de The Lancet, "es promover una discusión públca, libre de condicionantes políticas, sobre lo que la comunidad internacional de la salud necesita del nuevo director general de la OMS".

Nakajima es el cuarto director general de la agencia desde su fundación en 1946.

Desde esa época, muchas cosas han cambiado en materia de políticas de salud, a comenzar por la incidencia de muchas enfermedades en la salud mundial y la aparición de nuevos factores de riesgo.

Al mismo tiempo, muchas ONG, entidades financieras y académicas e incluso otras agencias de la ONU, han comenzado a desempeñar un importante papel en el abordaje de las estrategias internacionales de salud.

El Banco Mundial, por ejemplo, es actualmente el más importante apoyo para la OMS. Según su más reciente informe, tiene en ejecución 154 proyectos en salud, nutrición y población, y ha completado otros 94.

Con este tan amplio apoyo multilateral, anota The Lancet, es más importante que nunca tener una dirigencia fuerte, moral y técnicamente, en los temas de salud mundial.

Dos documentos, ambos provenientes de Suecia y suscritos por el profesor Goran Sterky, sugirieron que uno de los objetivos principales de la OMS debería ser la coordinación de iniciativas internacionales de salud y la elaboración de políticas globales de salud.

Uno de estos informes, comisionado por la cancillería de Suecia, sostiene que el mejor modo de lograr una cooperación internacional en salud es a través de una red descentralizada.

Tal red debería estar formada por pequeñas organizaciones independientes, formadas por períodos limitados para cumplir funciones específicas.

Estos organismos deberían tener sus propias direcciones y sus propias finanzas, pero deberían ser formados, controlados y disueltos si fuese necesario, por la asamblea de Estados miembros de la OMS, continúa el documento.

Según los autores, un sistema de este tipo daría flexibilidad para responder rápidamente a las cambiantes demandas y una clara separción de los aspectos políticos de la organización de su acción concreta.

No habría estructuras regionales ni representantes en países, y se eliminaría el Comité Ejecutivo, lo que en la visión de los expertos contratados por el gobierno sueco eliminaría muchos gastos innecesarios.

Una propuesta de reforma fue presentada también en una reunión interna de la OMS. Se proponía en ella reestructurar la organización, y formar tres centros de actividad.

Uno de estos centros tendría la tarea de recolectar y distribuir información en los principales temas de salud globales.

Un centro de políticas globales de salud debería desarrollar y difundir líneas directivas para la reforma del sistema de salud, financiación y dirección, desarrollo sustentable y equidad.

Un tercer centro de lucha global contra las enfermedades y factores de riesgo, se basaría en programas con objetivos concretos para disminuir los 15 o 20 mayores problemas de salud globales.

El seminario de Roma abordará en particular el papel de los medios de comunición y de los periodistas en la promoción de un amplio debate público previo a la designación del nuevo director de la OMS. (FIN/IPS/jc/ak/he/97

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