La población urbana de Panamá ha comenzado a perder el aire puro del que se ufanaba poseer hasta hace muy pocos años.
"Al caer la tarde como a treinta metros de altura comienza a aparecer una nube azulada sobre el horizonte", indicó a IPS el profesor Temístocles Tejedor, residente en la barriada Santa Clara, identificada por los expertos como una de las zonas de mayor contaminación por emanaciones de hidrocarburantes.
Por la vía interurbana de cuatro carriles que pasa junto a Santa Clara y otras 50 barriadas dormitorio ubicadas camino al aeropuerto internacional de Tocumen, al este de la capital, transitan diariamente cerca de 60.000 automóviles.
Además de las emanaciones tóxicas del combustible con plomo quemado por los vehículos, en la zona se encuentra una compañía mezcladora de concreto que contribuye a la contaminación del aire, explicó Tejedor.
La situación se repite en otras áreas de esta ciudad, poblada por alrededor de un millón de personas, como las inmediaciones de la Universidad de Panamá, el paso elevado de la barriada de San Miguelito, la barriada Chanis y otros sitios de alta concentración de automóviles.
En la facultad de humanidades de la universidad "hay momentos en que se debe salir del edificio a respirar aire puro", informó a IPS el estudiante Juan Mejía.
En Chanis, donde transitan diariamente alrededor de 25.000 vehículos hacia y desde el centro de la capital, una decena de casas ubicadas en su avenida principal han sido puestas en venta por sus propietarios debido a la contaminación ambiental y las frecuentes inundaciones que ocurren en la temporada de lluvias.
Julio Chen, quien reside en ese lugar desde hace unos 15 años, señaló a IPS que planea vender su casa y mudarse hacia la periferia de la capital para recuperar su calidad de vida.
La contaminación con plomo y monóxido de carbono que expelen los automóviles se combina a ciertas horas del día con fuertes olores procedentes de la poluida bahía de Panamá y de una fábrica de harina de pescado localizada en la cercana isla de Taboguilla, sobre el litoral Pacífico.
Sin embargo, expertos de la Universidad de Panamá aducen que el uso de gasolina con plomo, el aumento del parque automotor en alrededor de 20 por ciento desde 1992 y la falta de una red vial adecuada para la cantidad de automóviles existentes, son los causantes de la actual baja calidad del aíre en la capital.
En Panamá existen actualmente 11 automóviles por cada 100 de los 2,5 millones de habitantes del país.
Vasco Duque, del Instituto Especializado de Análisis de la Universidad de Panamá, indicó que según estudios de esa entidad el promedio de contaminación con plomo en la capital es de 1,4 microgramos por metro cúbico.
Esa cifra supera los límites máximos establecidos por la Organización Mundial de la Salud, que los sitúa en un microgramo por metro cúbico.
De acuerdo con las cifras manejadas por Duque, cada uno de los habitantes de la capital de Panamá absorbe anualmente 194 miligramos de plomo.
Ese metal pesado, el monóxido de carbono, el hollín de los neumáticos y los malos olores que produce el combustible no quemado por mal afinamiento de los motores son los causantes de la mayoría de las enfermedades respiratorias que sufre la población infantil de la capital, según los especialistas.
Alrededor de 60 por ciento de las 300 consultas diarias que ofrece el Hospital del Niño de esta capital están ligadas a problemas respiratorios.
Bernardina Stavropulos, jefa del Departamento de Control de Desechos Peligrosos del Ministerio de Salud, señaló que las enfermedades respiratorias han pasado a ser en los últimos años la cuarta causal de muertes en el país.
Aún no se ha podido comprobar si la contaminación con plomo y monóxido de carbono en el ambiente son los causantes de esos males, pero, según Stavropulos, "es una coincidencia que asusta".
Duque explicó que se si dejara de utilizar la gasolina con plomo, que mueve a alrededor de 90 por ciento del parque automotor del país, la contaminación del aire se reduciría en cerca de 50 por ciento.
Sin embargo, recién para el año 2002 los propietarios de vehículos a motor estarán obligados por la ley a utilizar exclusivamente gasolina sin plomo en sus automóviles, que por otra parte es comercializada a un precio más elevado que la común.
Panamá es el único país de América Central que no ha prohibido el uso de gasolina con plomo.
Consideraciones de tipo comercial, y la incapacidad de la única refinería existente para abastecer el mercado de gasolina sin plomo son las causas identificadas por los expertos para el retraso en adoptar esta variante tecnologica que mejora la calidad de vida de la población. (FIN/IPS/sh/dg/he-en/97)