INDIA: La población crece más que la producción de alimentos

El crecimiento demográfico anual de 1,9 por ciento en India en lo que va de esta década superó, por primera vez desde los años 60, al aumento de la producción de granos.

El acceso de los pobres (40 por ciento de la población) al alimento descendió drásticamente en los últimos cinco años, ya que el precio de los cereales aumentó entre 120 y 140 por ciento, mientras los ingresos se estancaron.

Una causa importante de la suba de los precios ha sido la política del gobierno y el esfuerzo consciente por reestructurar los "subsidios" según las reformas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para integrar a India a la economía mundial de mercado.

Sólo la comida representa más de 60 por ciento del gasto total de la mitad de la población de casi mil millones de habitantes.

Oficialmente, la línea de pobreza se mide en 2.250 calorías consumidas por día, la cantidad necesaria para llegar al nivel de subsistencia. En definitiva, los pobres son quienes no tienen suficiente alimento para subsistir y trabajar.

"El descenso de la seguridad alimentaria se explica por varias causas", sostuvo Utsa Patnaik, profesor de economía de la Universidad Jawaharlal Nehru, de Nueva Delhi.

"Entre ellas está la caída de la inversión agrícola, el énfasis oficial puesto en las exportaciones agrícolas, las barreras ecológicas al crecimiento y el mal manejo de la obtención, el almacenamiento y la distribución de alimentos", explicó.

En la década de 1990, la inversión total en la agricultura, de la cual vive dos tercios de la población india, descendió del 11,6 al nueve por ciento del producto interno bruto (PIB).

La caída se explica en gran medida por la disminución de la inversión pública, equivalente en la actualidad a sólo dos por ciento del PIB, parte de una política voluntaria de reducción del Estado para dejar más asuntos en manos del "mercado".

El gobierno agravó el problema al estimular las exportaciones de cultivos comerciales como soja, vegetales, frutas y mariscos.

En los últimos cinco años, el territorio cultivado con cereales se redujo cuatro por ciento, el de mijo, consumido principalmente por los pobres, 13 por ciento y el de lentejas, la fuente más importante de proteína en la dieta de India, tres por ciento.

Quizá incluso más importante que la reducción de los cultivos es la tendencia decreciente de la producción alimentaria en estados importantes como Punjab, Uttar Pradesh y Haryana, que comprenden más de 80 por ciento del superávit de alimentos comercializado.

Una de las razones es que la "revolución verde" de India se enfrenta a barreras impuestas por la ecología y los recursos naturales. Mayores inversiones generan una producción decreciente.

De esta manera, el consumo de fertilizantes químicos se multiplicó ocho veces en los últimos 25 años, mientras la producción de granos ni siquiera se duplicó.

El uso excesivo de fertilizantes y agua produce saturación de agua, salinidad, menor fertilidad y el agotamiento de micronutrientes vitales de la tierra como el cinc. Las disparidades en la agricultura se están agravando rápidamente.

Un ejemplo son las llanuras bañadas por el río Ganges, sobre todo las del noroeste de India donde se implementó por primera vez la "revolución verde". Estas se convirtieron en un sistema de cultivos de arroz y trigo, para el cual el clima no es el adecuado.

Menos de un quinto de la tierra de India produce más de cuatro quintos del superávit alimentario. Los pequeños productores son cada vez menos viables a medida que aumenta la intensidad de capital.

La situación está revirtiendo la tendencia que produjo una multiplicación de 30 veces en el crecimiento anual de los granos entre 1950 y 1990, comparada con los 50 años previos a la independencia de Gran Bretaña.

En este lapso, hubo un aumento de 17 por ciento en la cantidad de granos por habitante.

Pero "la distribución de esta mayor producción no fue equitativa", explicó Patnaik. "Por ejemplo, el norte y el noroeste registraron un aumento de 65 por ciento en la producción por habitante entre los años 60 y 80, pero en el resto del país el descenso se situó entre seis y 19 por ciento".

Sin embargo, la intervención del gobierno en el mercado fue crucial para que el acceso a los alimentos fuera equitativo en todas las zonas.

En 1990 el gobierno manejaba más de un sexto de la producción bruta de granos o 45 por ciento del total comercializado, por oposición al utilizado para consumo propio por los productores. Esta cantidad se incorporó al sistema de distribución pública, que vende alimentos básicos a precios regulados por el gobierno.

El economista Amartya K. Sen, ex profesor de la estadounidense Universidad de Harvard y actualmente en la británica Universidad de Cambridge, argumentó que el sistema de distribución pública de India era crucial para evitar hambrunas masivas en el país.

Este sistema y la prensa libre, que denunció las muertes relacionadas con la desnutrición y advirtió sobre potenciales desastres alimentarios, fueron las principales razones de que murieran relativamente menos personas en hambrunas en India que en China entre 1950 y 1960, a pesar de la mayor producción china.

El gobierno recibió presiones para socavar el sistema de distribución pública en nombre de la eliminación de "subsidios" y para permitir mayor "libertad" a las fuerzas de mercado. Ello podría provocar grave escasez de alimentos en las zonas más pobres del país. (FIN/IPS/tra-en/pb/an/aq-lp/dv/97

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