El Banco Mundial organizará la próxima semana una reunión de agencias y gobiernos donantes con el fin de negociar un acuerdo para apoyar la reconstrucción de la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire).
No se prevé que la conferencia de los "Amigos de Congo", que se celebrará el 3 y 4 de diciembre en Bruselas, produzca promesas específicas de ayuda económica.
En cambio, los donantes intentarán acordar una forma apropiada de comprometer al gobierno de Kinshasa, explicó Nils Tcheyan, director del Banco para la RDC, Burundi y Ruanda.
Están en juego la forma, el plazo y las condiciones en que los donantes apoyarán los esfuerzos de reconstrucción del país centroafricano tras el derrocamiento del dictador Mobutu Sese Seko.
Los 32 años de gobierno autocrático, que convirtieron a uno de los países más ricos de Africa en uno de los más pobres, terminaron el pasado mayo tras una guerra civil de nueve meses que colocó al rebelde Laurent Kabila en la presidencia. Mobutu falleció luego en el exilio, en Marruecos.
Las conversaciones "permitirán a los congoleños presentar su visión de la economía y el desarrollo económico-social, además de iniciar un proceso de compromiso gradual entre los donantes y el gobierno sobre una estrategia de desarrollo para el país", dijo Tcheyan a IPS.
Mientras transcurren las preparaciones del encuentro, el gobierno de Kabila y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) negocian para que un equipo de derechos humanos del foro mundial, cuya tarea fue demorada durante meses, investigue denuncias de masacres de refugiados ruandeses en el este de la RDC.
"Se trata de una oportunidad muy importante para que los donantes actúen juntos y para que el gobierno de Kabila presente propuestas serias", destacó Justin Forsyth, analista de la organización no gubernamental Oxfam International.
Además de promesas en materia de derechos humanos, los donantes esperan que los representantes de Kinshasa presenten "una clara estrategia de crecimiento económico y desarrollo", señaló Tcheyan.
Las prioridades del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Desarrollo de Africa incluyen la mejora de la capacidad del gobierno para formular políticas económicas, la promoción de inversiones y el ofrecimiento de servicios sociales básicos, explicaron funcionarios.
Aún no se reveló qué es lo que los donantes considerarán satisfactorio ni qué ofrecerán a cambio, en parte porque algunas agencias y gobiernos permanecen divididos sobre estos temas.
La reunión de donantes pareció estar en peligro el mes pasado, cuando los investigadores de derechos humanos de la ONU fueron llamados a Nueva York luego de tratar sin éxito, durante seis semanas, visitar los sitios de las supuestas masacres de refugiados ruandeses de la etnia hutu.
Las matanzas habrían sido perpetradas por fuerzas ruandesas y la entonces rebelde Fuerza Democrática para la Liberación de Congo- Zaire (AFDL), liderada por Kabila, durante su guerra contra Mobutu.
"La conferencia de Bruselas será más fácil si se logra un acuerdo" sobre la investigación, dijo a la prensa Joe Wilson, director para Africa del Consejo de Seguridad Nacional del gobierno de Estados Unidos.
Políticos y grupos de derechos humanos de Estados Unidos sostienen que el gobierno debería condicionar toda futura ayuda a Kinshasa a la cooperación de Kabila con la misión de la ONU y al progreso sobre derechos humanos y la democratización, incluida la celebración de elecciones nacionales antes de abril de 1999.
Pese a las reservas, es probable que tanto Estados Unidos como Gran Bretaña y Holanda impulsen un compromiso que incluya la ayuda económica para la reconstrucción, opinaron analistas.
Se prevé que Francia y la Unión Europea (UE), que retiene unos 300 millones de dólares en ayuda no desembolsada al régimen de Mobutu exhortarán a los donantes a esperar hasta que Kabila establezca una situación "aceptable" de los derechos humanos.
Esperar sería una error, arguyó Forsyth. "Si la comunidad internacional condiciona la ayuda a la situación de los derechos humanos, corre riesgo de estancarse en una región donde debería tener más humildad y admitir que no tiene todas las respuestas", dijo a IPS.
"Se debería ofrecer apoyo para la reconstrucción y basarlo en una amplia estrategia de desarrollo y compromisos con los derechos humanos", opinó Forsyth. (FIN/IPS/tra-en/aa/ml/dv/97