Una enmienda legislativa que espera la firma del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, aumentará la complejidad y las dificultades del conflicto entre La Habana y Washington, por sus implicaciones en materia de defensa.
Conocida como la enmienda Graham, por el senador demócrata Robert Graham, la iniciativa fue aprobada por ambas cámaras del Congreso como parte del proyecto de ley de autorizaciones para la Defensa del año fiscal 1998.
El proyecto, que parte de señalar a Cuba como una amenaza para la seguridad de Estados Unidos, fue interpretado en medios oficiales cubanos como "una peligrosa amenaza militar" contra este país.
Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba, afirmó este jueves que "la amenaza militar contra Cuba" se hace "tan evidente" en la enmienda Graham que de ninguna manera "puede ser ignorada por nuestra nación".
Para las autoridades cubanas, la enmienda tiene implicaciones más allá de las fronteras de la isla y debe verse como una "priorizada inquietud" en la región latinoamericana.
"No olvidar que ya Estados Unidos 'certifica' cuáles són los países del área que se portan bien o mal en lo que atañe a la lucha contra el narcotráfico" y que cada año "juzga el comportamiento de los derechos humanos en América Latina y el resto del mundo", advirtió Granma.
De acuerdo con la versión cubana, la enmienda Graham establece que antes del 30 de marzo, "el secretario de Defensa deberá llevar a cabo una revisión y una evaluación de las capacidades militares cubanas".
En caso de que la propuesta fuera finalmente firmada por Clinton, el control incluiría también lo que la enmienda considera "las amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos" creadas por el gobierno de Cuba.
El secretario de Defensa informaría los resultados de la revisión al Comité de los Servicios Armados del Senado y al Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.
Al mismo tiempo, certificaría al Congreso que "los planes de contingencia han sido elaborados, e identificados los recursos para defender el territorio de Estados Unidos contra potenciales acciones hostiles de Cuba".
"Para saber hasta dónde llega el irracional, primitivo e insolente contenido de la Enmienda Graham, baste señalar que atribuye a la hostilidad con Estados Unidos el principal sostén de la revolución" cubana, aseguró Granma.
La reacción cubana ante la enmienda Graham coincide con un nuevo litigio diplomático bilateral, provocado por el enjuiciamiento en La Habana de un ciudadano estadounidense acusado de intentar un levantamiento armado contra el gobierno de Fidel Castro.
El caso de Walter Van der Veer, un ex militar de unos 50 años, que podría ser condenado a 20 años de cárcel, genera desde la semana pasada un cruce de acusaciones entre La Habana y Washington con centro en la transparencia y las garantías de los sistemas judiciales.
La nueva tensión se suma a una larga lista que tuvo su origen el 24 de febrero de 1996, cuando la fuerza aérea de Cuba derribó dos avionetas civiles del grupo de exiliados cubanos "Hermanos al Rescate", radicado en la ciudad estadounidense de Miami.
La respuesta cubana a las violaciones del espacio aéreo de la isla por Hermanos al Rescate dio lugar a la llamada "crisis de las avionetas", que puso punto final a un incipiente proceso de distensión entre La Habana y Washington.
Clinton, por su parte, procedió a firmar la ley Helms-Burton que endurece el bloqueo económico a la isla e intenta sentar bases para una transición política en Cuba bajo la supervisión de Estados Unidos.
La ley Helms-Burton también anuncia sanciones para empresas o particulares de cualquier nacionalidad que negocien con bienes expropiados por el gobierno cubano a propietarios estadounidenses.
Granma aseguró que con la enmienda Graham se trata de presentar a Cuba como una amenaza a la seguridad nacional de los Estados Unidos, de forma tal de sumar la intimidación militar a la guerra económica e ideológica que desde ese país se libra contra la isla.
Reconoció, sin embargo, que desde comienzos de esta década el Pentágono ha manifestado interés en estudiar la evolución interna de Cuba y que militares estadounidenses se han mostrado propensos a buscar fórmulas para reducir la tensión bilateral.
"En Cuba no hay un Chernobil nuclear, a pesar de las afirmaciones de los alarmistas en Estados Unidos", dijo el lunes en Washington, tras una visita a la isla, el vicealmirante retirado Eugene Carroll.
El tema de la construcción en la isla de una planta nuclear con tecnología rusa es uno de los puntos claves en las supuestas amenazas cubanas a la seguridad de Estados Unidos.
A la "amenaza nuclear" se suma la posibilidad de que el gobierno cubano estimule un nuevo éxodo masivo de emigrantes hacia Estados Unidos y el precedente del derribo de las avionetas.
Por su parte, La Habana asegura que la hostilidad militar estadounidense hacia este país se mantiene de forma permanente.
Fuentes oficiales cubanas aseguran que la fuerza aérea de Estados Unidos efectúa, además de misiones de exploración, operaciones en zonas aledañas a este país, y que buques de combate patrullan las aguas del Caribe y del golfo de México.
Cuba "no desea la guerra, no la provoca ni la provocará", afirmó Granma. El diario agregó que este país "tiene todo lo necesario, en todos los terrenos, para desplegar una resistencia sin límites" ante un eventual ataque. (FIN/IPS/da/ff/ip/97