Ciudadanos de Sri Lanka celebrarán un referendo a corto plazo para decidir el futuro del este de la isla, el asunto más contencioso de la rebelión tamil por una tierra independiente, bajo una iniciativa de paz del gobierno.
La población de los distritos de Trincomalee y Batticaloa, que forman el grueso de la región oriental, deberán decidir si desean unirse al norte como región, pero no antes de que el parlamento apruebe una nueva Constitución.
Los partidos de oposición criticaron la iniciativa del gobierno, hecha pública el año pasado, y señalaron que la administración de la presidenta Chandrika Kumaratunga no se pronunció sobre la forma en que el norte y el este serían gobernados.
Así mismo, los Tigres de Liberación de Tamil Eelam, el único grupo armado que lucha contra el ejército por un estado separado para la minoría tamil en el norte y el este del país, no están dispuestos a renunciar a su idea de una región unida.
Por otra parte, ex grupos rebeldes tamiles que actualmente son partidos políticos y organizaciones tamiles moderadas apoyan cualquier forma de delegación de poderes que permita a la minoría étnica administrar sus propios asuntos en las áreas donde son mayoría.
Pero la llave de la paz está en manos de los Tigres, cuya sangrienta rebelión obstruye cualquier esfuerzo por la paz.
Más de 50.000 personas de ambos bandos murieron en la campaña guerrillera de los rebeldes, que ya lleva 14 años.
Los cingaleses, mayoritariamente budistas, constituyen 75 por ciento de los 18 millones de habitantes de Sri Lanka, seguidos por los tamiles con 18 por ciento y los de origen árabe con seis por ciento.
Los tamiles constituyen una clara mayoría en el norte, pero el este, con igual proporción de las tres etnias principales, es la manzana de la discordia en los esfuerzos de paz.
Los Tigres quieren el este, en especial Trincomalee, debido a su puerto natural y su potencial económico, pero los residentes cingaleses y musulmanes se niegan a ser gobernados por un consejo regional dominado por los tamiles y resisten la unión.
La decisión de celebrar el referendo como parte del paquete de delegación de poderes del gobierno al norte y el este bajo una nueva Constitución, fue adoptada por unanimidad la semana pasada en una reunión especial del gabinete convocada por la presidenta Kumaratunga.
Gamini Peiris, ministro de Justicia y Asuntos Constitucionales, dijo a la prensa que si el pueblo aprueba la fusión, el gobierno celebrará otro referendo en tres ciudades del este de mayoría cingalesa para ver si desean su propio consejo.
Las propuestas de delegación de poderes desataron la ira de un importante sector del clero budista, siempre opuesto a cualquier intento de dividir al país en regiones o consejos regionales.
La budista Comisión Sinhala, por ejemplo, exhortó al pueblo "a rechazar el proyecto de Constitución del gobierno", que incorpora las propuestas de paz.
El gobierno no anunció una fecha específica para la presentación del nuevo proyecto constitucional al parlamento, pero Peiris señaló que planea hacerlo antes de presentar el presupuesto gubernamental, el 5 de noviembre, en su carácter de viceministro de Finanzas.
Aparte de abordar la cuestión del norte y el este, la nueva Constitución reemplazaría el actual sistema presidencial por una forma de gobierno al estilo Westminster, que fue instaurada en los años 70. El proyecto también incluye capítulos detallados sobre los derechos humanos. (FIN/IPS/tra-en/fs/an/ml/ip/97