El presidente de Argentina, Carlos Menem, ofreció hoy al Papa Juan Pablo II interceder ante el presidente cubano Fidel Castro para conseguir una "apertura religiosa, una libertad amplia de culto" en el país caribeño.
Expresó que la mediación la hará en la Cumbre Iberoamericana que se celebrará a inicios de noviembre en isla Margarita, Venezuela.
En una conferencia de prensa celebrada en Roma, tras haber sido recibido en audiencia privada por el Pontífice, el presidente argentino dijo que la Iglesia solicitó el ingreso a Cuba de por lo menos 100 sacerdotes y religiosos para preparar la visita que el Pontífice realizará en enero.
"No se cuál será el resultado de mi gestión", señaló, al tiempo que aseguró que el Papa le había agradecido su ofrecimiento.
Menem restó importancia al hecho que la audiencia papal haya sido muy breve, de sólo 13 minutos:"no importa que sea larga o corta, lo importante es que fue llena de contenidos".
"Por ejemplo, me tomé el trabajo de leer algo del discurso de siete horas de Fidel Castro (ante la inauguración del Congreso del Partido Comunista de Cuba ), y de él no saqué ninguna conclusión".
"Hay que medir las cosas por el resultado, no por el tiempo. La entrevista (con Juan Pablo II) fue realmente excepcional", insistió.
Dijo también que había planteado al Papa el problema limítrofe entre Argentina y Chile por el llamado campo de hielo patagónico sur, sobre el cual existe un acuerdo entre los dos gobiernos pero falta aún la ratificación de los parlamentos.
Según dijo, informó al Papa de la excelencia de las relaciones entre los dos países, que de 24 conflictos habían superado ya 23.
El Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Angelo Sodano, enviará una exhortación a los presidentes o a sus cancilleres para que sea ratificado ese acuerdo.
Precisó que el Papa se refirió solo a Haití y a Cuba en la audiencia privada cuando habló de "temas de desarrollo y de justicia social en algunos países de América Latina", según dio a conocer un comunicado del Vaticano.
Puntualizó que "de los otros países no habían hablado".
Menem criticó a la justicia española por estar procesando a un ex militar argentino, Adolfo María Scilingo, quien acusó de numerosos crímenes a la dictadura militar de su país (1976-1983), crímenes en los cuales reconoció haber participado.
Scilingo fue encarcelado el viernes en España por orden del juez Baltasar Garzón, quien ordenó también la búsqueda y captura de 10 ex jefes militares argentinos.
Garzón "tiene ambiciones de figuración", opinó el mandatario.
El juez español puso de relieve la total falta de colaboración de las autoridades argentinas con la Justicia española, pero Menem sostuvo que el magistrado está ingresando en un ámbito que no le compete.
"Por muy graves que hayan sido los cargos, los militares argentinos fueron juzgados en su propia patria y hay que atenerse a los fallos que ha emitido la justicia argentina", indicó.
"Sería como si nosotros comenzáramos a juzgar ahora todos los crímenes cometidos en algunas épocas del gobierno franquista respecto de algunos ciudadanos argentinos. Esto nada tiene que ver con el derecho internacional público", agregó.
Un periodista le consultó sobre sus "relaciones carnales" con el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
"No fue una expresión mía, sino del canciller argentino (Guido Di Tella) y no sé si las dijo en la época de (el presidente George) Bush o de Clinton".
Se trata de una expresión que carece de connotación sexual, ironizó.
"Quiere decir que las relaciones con Estados Unidos son de primer nivel, a punto tal que el presidente Clinton presentó ante el Congreso a Argentina como aliada de Estados Unidos extra OTAN", (Organización del Tratado del Atlántico Norte), precisó.
"Es una muestra acabada de las excelentes relaciones que, por fin, existen entre Estados Unidos y Argentina desde 1989", año en que Menem asumió por primera vez la presidencia de su país.
El jefe de Estado defendió al cardenal Pío Laghi, quien ofició de nuncio en Argentina durante la dictadura militar y acusado ante la justicia italiana de haber amparado los crímenes cometidos en esa época.
Se trata de "una denuncia oprobiosa, calumniosa, una injuria total, contra un hombre que se jugó por la gente en el período más duro de la dictadura", afirmó.
"En lugar de denunciarlo, hay que agradecerle todos los esfuerzos que hizo por salvar muchas vidas en momentos muy difíciles de nuestro país. Por lo demás, la acusación provino de las Madres de Plaza de Mayo (madres de desaparecidos durante la dictadura y eso lo dice todo", sostuvo.
Negó que su visita al Vaticano tuviera un motivo electoral, en vista de las elecciones parlamentarias del día 26. "Solamente mentalidades torcidas pueden darle esa interpretación", aseveró.
La razón oficial de su visita al Vaticano fue la consagración del primer nuncio en la historia de Argentina, el obispo Leonardo Sandri.
Menem, quien había llegado el jueves a Roma, regresó esta misma noche a Argentina, tras condecorar a una serie de religiosos, entre los cuales al portavoz del Vaticano, el ultraconservador español Joaquín Navarro Valls. Menem volverá a Roma dentro de menos de dos meses, para una visita a Italia de tres días, del 1 al 3 de diciembre.
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