Los partidarios de un tratado mundial contra las minas antipersonales, entre ellos la ganadora del premio Nobel de la Paz de 1997 Jody Williams, dan los últimos pasos para que los países aún reticentes se decidan a firmarla.
Williams, coordinadora de la no gubernamental Campaña Internacional para la Prohibición de Minas, volvió a reclamar a países como Egipto, Estados Unidos, Grecia, Japón y Rusia que accedan a firmar el tratado en diciembre en Ottawa, Canadá.
Al mismo tiempo, la no gubernamental Human Rights Watch (HRW) criticó a varios gobiernos de países de la Comunidad Británica de Naciones, entre ellos la mayoría de los de Asia meridional, por su "falta de consenso" con el resto del grupo en materia de minas antipersonales.
Los partidarios de la prohibición de la fabricación, uso, almacenamiento y venta de minas antipersonales apuntarán a dejar en claro que quienes no firmen el tratado deberán pagar ante sus ciudadanías y la comunidad internacional el costo moral de su negativa.
Un centenar de naciones se han comprometido a firmar la norma internacional.
"En Ottawa no solo veremos una gran cantidad de países comprometidos con la prohibición, sino una gran presión moral sobre los países que se resisten a avalarla", dijo el embajador de Canadá ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Robert Fowler.
El embajador de Noruega, Jacov Biorn Lian, agregó que el otorgamiento del premio Nobel a Williams y a su campaña "es un mensaje a los gobiernos que hasta ahora no se han dado cuenta" de la necesidad de prohibir las minas antipersonales.
"Aquellos que no firmen el tratado serán estigmatizados. Los que continúen utilizando minas serán condenados al ostracismo", dijo, por su parte, el director del Proyecto de Armamento de HRW, Stephen Goose.
Los partidarios de la prohibición están convencidos de que los argumentos morales contra un arma que mata a 800 personas por mes ha sido efectivo para alcanzar con rapidez un consenso en torno al problema.
Hace apenas un año que Canadá desafió al resto de las naciones a firmar. "Ninguno de nosotros pensó que esto podría suceder tan pronto", manifestó Williams.
De todos modos, muchos países e incluso regiones enteras se resisten a firmar el tratado, que obligará a los países que lo hagan a interrumpir la producción, comercio, envío y uso de minas y a remover los 110 millones aún activas en todo el mundo en un plazo de 10 años a partir de su entrada en vigor.
Estados Unidos anunció en septiembre que no firmaría la norma debido a la necesidad de defensa de Corea del Sur, que, según Washington, obliga a mantener las minas en la fronter con Corea del Norte. Docenas de países, desde China y Rusia hasta India y Japón, aún vacilan aunque siente la presión creciente.
Incluso Estados Unidos podría cambiar de posición a pesar de la seguridad con que mantiene su postura contraria a la firma, dijo Williams a IPS. "Creo que han fracasado" en sus gestiones "desde que comenzó el proceso de Ottawa", agregó.
El presidente estadounidense Bill Clinton declaró que su país renunciará a sus "minas inteligentes" en el 2003, pero las mantendrá en la península de Corea hasta el 2006. El tratado que se terminó de elaborar en Oslo en septiembre le permitiría cumplir con ambas metas, argumentó la activista.
El tratado abre un período de 10 años para que todas las minas sean removidas y desactivadas, explicó Williams.
"Si deseaba una excepción" en el caso de Corea, "Estados Unidos debía probar que las minas se utilizan allí de forma distinta al resto del mundo", sostuvo.
Pero ese argumento fue esgrimido de forma "emocional" para lograr el mantenimiento de las "minas inteligentes", que pueden ser desactivadas sin detonarlas.
Williams recordó que el presidente de Rusia, Boris Yeltsin, se manifestó en las últimas semanas favorable a acabar con las minas, y sostuvo que si Moscú y Tokio firmaran el tratado en diciembre "sería muy difícil para Washington quedar en una situación cómoda al margen del proceso".
En su último informe sobre minas antipersonales titulado "Asesinos en la Comunidad", HRW diferenció a las seis naciones del grupo británico que se oponen al tratado (como Bangladesh, Chipre, India, Pakistán, Singapur y Sri Lanka) de las 34 que lo respaldan, entre ellas Canadá y Sudáfrica.
"Estos seis gobiernos están fuera de tono con el resto de la Comunidad y en el lado equivocado de la Humanidad. India, Pakistán y Singapur deberían sentirse mal por figurar en la menguante lista de países que aún producen estas armas insidiosas e indiscriminadas", dijo el autor del informe, Alex Vines.
Incluso los países que anunciaron que no firmarán afrontan crecientes presiones para no exportar minas antipersonales.
India, productora de los modelos M-14 y M-16A1, declaró una moratoria de exportaciones el año pasado. Pakistán, que exportó las suyas a Afganistán, Eritrea, Etiopía y Somalilandia, según HRW, declaró también la suspensión de las ventas en marzo.
Goose observó que varios de los otrora mayores exportadores de minas, como China y Rusia, no han vendido gran cantidad de minas a otros países en los últimos tres años. Moscú, incluso, extendió su propia moratoria, agregó.
Pero "Estados Unidos, a pesar de sus palabras amorosas, no está pronta para firmar la prohibición", reconoció Williams. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/mj/ip/97