El canciller de Sri Lanka, Lakshman Kadirgamar, se congratuló de que los países industrializados se hayan decidido a apoyar a la adopción de una convención contra el terrorismo internacional en la órbita de la ONU.
"Las señales son propicias, a pesar de discrepancias en uno o dos puntos", dijo Kadirgamar a IPS. Su gobierno tiene optimismo de que la consideración de esta convención se integrará a la agenda de la presente sesión de la Asamblea General de la ONU (Organización de Naciones Unidas).
Sri Lanka tiene interés en que se alcance un acuerdo debido a los atentados con explosivos que realiza en su territorio el grupo guerrillero Tigres para la Liberación de Tamil Eelam (LTTE), señaló Kadirgamar, vicepresidente del grupo de trabajo de la ONU a cargo de la redacción de la convención.
Los Tigres de Tamil Eelam luchan desde hace 14 años contra el gobierno de Sri Lanka por la constitución de un estado independiente en las provincias del norte y este de este país insular del océano Indico.
Un atentado suicida del LTTE demolió en 1996 parte de la sede del Banco Central srilanqués en Colombo, un edificio de varios pisos, tras la detonación de los explosivos que colmaban un camión.
El Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos calificó el miércoles con toda formalidad el miércoles al LTTE y y otros 29 grupos más de otros países de "organizaciones terroristas", de acuerdo con la Ley Antiterrorista de 1996.
La norma fue establecida para detener la recaudación de fondos en Estados Unidos destinados a organizaciones que participan o auspician actividades terroristas.
La lista incluye a la Organización Abu Nidal, el Grupo Islámico Armado de Argelia, Hamas, el Ejército Rojo Japonés, Al-Jihad, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amarú, de Perú, y el Frente Popular para la Liberación de Palestina.
La convención propuesta, otrora rechazada por el mundo industrializado, cuenta ahora con el respaldo firme de la abrumadora mayoría de países de la ONU, entre ellos cuatro de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia).
Kadirgamar atribuyó este cambio de actitud a los atentados registrados en los últimos años en Nueva York, Oklahoma y Atlanta (Estados Unidos), Manchester (Gran Bretaña), Jiddah (Arabia Saudita), París y Tokio.
La ONU comenzó a considerar la convención el año pasado y, en relación a la redacción de otras normas internacionales, lo ha hecho con gran rapidez, añadió el diplomático srilanqués.
"Cuanto más rápido se establezca la convención, mejor para todos. Existe el convencimiento de que un país solo no puede vencer al terrorismo", observó Kadirgamar.
"El terrorismo internacional cuenta con medios muy avanzados en la actualidad. Las fronteras no significan nada porque el dinero y las armas se intercambian en libertad", afirmó.
Si la convención se aprueba, los países que la ratifiquen tendrán la obligación de cambiar sus leyes nacionales para adaptarlas a la nueva norma, agregó.
"Existen muchos países en los que no hay leyes contra la conspiración para cometer un delito en el exterior, y esa es la esencia del terrorismo. Para Sri Lanka, se trata de una cuestión de vida o muerte", aseguró el canciller.
Varios países, en especial del Norte industrializado, no cuentan con legislación adecuada para limitar las actividades recaudadoras de fondos con fines terroristas, afirmó.
Kadirgamar señaló que el año pasado advirtió al gobierno de Suiza sobre actividades recaudadoras de fondos para el LTTE en ese país y que si permitían su continuación, estarían "creando a un pequeño monstruo que se convertiría en un ogro".
"Predije que grupos rivales del LTTE lucharían en las calles suizas. Ocurrió un mes luego de que les advertí", informó.
"El principal recaudador de fondos del LTTE llegó a Suiza como refugiado de Sri Lanka. Era propietario de dos automóviles Mercedes-Benz y la policía halló miles de dólares cuando allanó su apartamento", según Kadirgamar.
El LTTE recibe fondos de refugiados tamiles en Canadá, Estados Unidos, Australia, Medio Oriente y Europa, sostuvo.
La nueva convención pretende limitar las actividades de recaudación de fondos en el exterior para causas terroristas, imponer rigurosas normas para el asilo político e impulsar leyes de extradición más severas con la finalidad de que los terroristas sean procesados en sus países.
Al difundir la "lista negra" de organizaciones terroristas, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, dijo que a partir de ese día era un delito otorgar fondos, armas y cualquier tipo de apoyo a esos grupos.
Albright informó que los miembros y representantes de las organizaciones no podrán obtener visa para ingresar a Estados Unidos y que serán congelados los fondos que los grupos tengan en el país.
"Estados Unidos responde a la amenaza del terrorismo con todos los instrumentos a su alcance. Buscamos la ayuda y cooperación de nuestros ciudadanos y también de los pueblos del mundo", señaló la funcionaria.
Albright dijo que para eso es necesario reconocer que el terrorismo no es una empresa que se sustente por sí misma. "Debe contar con dinero y equipos para tener éxito". (FIN/IPS/tra- en/td/mk/aq-mj/ip/97