Organizaciones no gubernamentales (ONG), grupos de consumidores, académicos, ambientalistas y agricultores exhortaron hoy a la Unión Europea a invertir en seguridad alimentaria y hacer frente a las industrias biotecnológicas y de procesamiento de alimentos.
La exhortación se produjo en el marco del Día Mundial de la Alimentación, instituido por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) en coincidencia con el aniversario de su fundación, hace 52 años.
Los grupos urgieron a los líderes de la Unión Europea (UE) a rechazar una directiva del bloque que permite el patentado de la estructura genética de organismos vivos, sean vegetales, animales o humanos, sean creados en laboratorio o hallados en la naturaleza.
Tales "patentes de vida" ya son legales en Estados Unidos y Japón, donde los genes o las secuencias de genes patentados se transforman en propiedad intelectual del investigador, la institución o la empresa privada que lo descubrió (pero no lo inventó).
La patentabilidad de organismos vivos abre nuevos mercados a las trasnacionales farmacéuticas y agroquímicas, que son las únicas beneficiarias de esas patentes, dice la declaración conjunta.
Además, el patentado de seres vivos constituye "un acto de 'biopiratería' que desposeerá a las comunidades locales del Sur de la riqueza que protegieron y mejoraron durante siglos", agrega.
La directiva de la Comisión Europea defiende el derecho de los bioingenieros a poseer material biológico, al tiempo que restringe nominalmente la patentabilidad de especies vegetales existentes.
"Bajo su actual forma, la directiva propuesta permite el saqueo de recursos genéticos de países extranjeros, principalmente del Sur en desarrollo", advierte el documento.
La coalición estima que el uso de recursos genéticos del Sur en la agricultura de países industrializados le genera a éstos ingresos por 4.000 a 5.000 millones de dólares.
El comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, destacó durante un simposio sobre el futuro de la biotecnología celebrado el martes en Austria que si se mantiene el ritmo de crecimiento de la industria biotecnológica, ésta llegará a 160.000 millones de dólares en el 2005, creando más de un millón de empleos.
La mayoría de los europeos consideran que las actuales regulaciones son insuficientes para proteger al público de cualquier riesgo relacionado con la biotecnología moderna.
En general los europeos temen que, "independientemente de las regulaciones, los investigadores de biotecnología harán lo que les plazca", de acuerdo con una reciente encuesta de opinión pública de toda la UE.
Siete de cada 10 ciudadanos de la UE prevén que en los próximos 20 años se generarán nuevas enfermedades peligrosas a raíz de experimentos de ingeniería genética.
Fischler expresó su temor a que la hostilidad pública a la biotecnología produzca un desplazamiento de la industria hacia países donde pueda funcionar más libremente, un hecho que costaría a la UE unos 200.000 empleos, según dijo.
"La cuestión esencial de la tecnología moderna es la aceptación pública", dijo Fischler. Sin esperar demasiado, la Comisión Europea presiona con la directiva para armonizar sus políticas con Japón y Estados Unidos y asegurar la propia industria biotecnológica del bloque.
Esta semana, la organización ambientalista Greenpeace Internacional publicó su primera compilación de experimentos de ingeniería genética en todo el mundo que produjeron resultados inesperados.
El estudio sugiere que la ingeniería genética no llevará a la humanidad a buen puerto, destacó Douglas Parr, autor del informe.
"Es como el genio en la botella: una vez que sale, no se lo puede encerrar nuevamente. Ya hay demasiados ejemplos que experimentos que salieron mal", dijo.
El informe describe pruebas en las que bacterias manipuladas genéticamente matan inesperadamente hongos beneficiosos del suelo, escapan por error humano hacia alcantarillas, resultan tóxicas para las plantas o sobreviven cuando no se preveía que lo hicieran.
Como la mayor parte de la industria se concentra en la ingeniería genética de plantas para aplicaciones agrícolas, los errores son muy difíciles de revertir una vez que las plantas manipuladas están en los campos.
La ONG Acción Internacional por los Recursos Genéticos (GRAIN) advirtió que, aunque el proyecto de directiva prohíbe el patentado de plantas y animales, es posible patentar material biológico de seres vivos, siempre que el producto final no sea una "variedad".
"Esta directiva constituye un gran revés para todos los que luchamos por una administración sustentable de la biodiversidad en manos de comunidades locales", manifestó Henk Hobbelink, director de GRAIN. (FIN/IPS/tra-en/ns/mom/rj/ml/dv/97