CONGO-BRAZZAVILLE: La ONU llega tarde

La Organización de Naciones Unidas (ONU) suspendió hoy su considerada operación de paz en Congo- Brazzaville, ante la información del derrocamiento del presidente Pascal Lissouba.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, instó el martes a los 15 miembros del Consejo de Seguridad a aprobar el envío de una fuerza de mantenimiento de la paz a la capital, Brazzaville, donde arreciaba la lucha entre el ejército y las fuerzas rebeldes del ex presidente Denis Sassou-Nguesso.

Pero antes de que el Consejo de Seguridad reaccionara, Sassou- Nguesso anunció este miércoles haber capturado Brazzaville, después de cinco días de combates en que también participaron soldados angoleños y de la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire).

También se informó que Point-Noire, la segunda ciudad del país, cayó en manos de tropas angoleñas aliadas de los rebeldes, y que Lissouba y el primer ministro Bernard Kolelas huyeron de Congo- Brazzaville.

La victoria de Sassou-Nguesso, que en 1992 fue derrotado en elecciones por Lissouba, resta significado al esfuerzo de paz de la ONU en los cinco meses que duró la lucha por el poder en Congo- Brazzaville, reconocieron funcionarios del foro mundial.

La ONU debe ahora concentrar su atención en las 33.000 personas que buscaron refugio en la RDC desde junio, agregaron los funcionarios.

"En pocas horas, el conflicto se volcó a favor de uno de los bandos. Ya no hay misión posible para ninguna fuerza de manteniemiento de la paz", dijo el portavoz de la ONU, Fred Eckhard, al saber que los rebeldes tomaron Brazzaville y Point- Noire.

El mandato presidencial de Lissouba finalizó en agosto. Sassou-Nguesso se proponía participar en las elecciones progranmadas para julio, pero éstas fueron suspendidas.

Los combates arreciaron la semana última, y la ONU y otroas fuentes calcularon que 1.000 soldados angoleños entraron en el país durante el fin de semana.

"También tenemos información de la presencia en Congo- Brazzaville de tropas de la RDC, y de mercenarios que ya intervinieron en otros conflictos", declaró Annan el martes.

"Nos oponemos" a la intervención de fuerzas extranjeras, advirtió el mismo día el portavoz del Departamento de Estado, James Rubin, en referencia a las tropas angoleñas en Congo- Brazzaville.

El gobierno angoleño, sin embargo, aseguró que sus tropas sólo cruzaron la frontera en respuesta a ataques de un grupo rebelde que lucha por la independencia de la región de Cabinda, en Angola, que tendría el apoyo de Lissouba.

Mientras, la presencia de soldados de la RDC fue autorizada por el propio Lissouba. En efecto, el ahora depuesto mandatario firmó el 2 de este mes un acuerdo con el presidente de la RDC, Laurent Kabila, para permitir el ingreso de las tropas.

"Nuestros soldados están en Brazzaville para garantizar la seguridad de Kinshasha", que había sido bombardeada desde el país vecino, dijo el canciller de la RDC, Bizima Karaha, luego de la firma del acuerdo.

La principal razón de Kabila para destacar efectivos en Congo- Brazzaville fue quizá impedir un nuevo ataque a su país. Pero los motivos de Angola parecen tener relación con el supuesto respaldo de Lissouba a la insurgente Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA).

Según se creía en Luanda, Lissouba y el ex dictador de Zaire Mobutu Sese Seko, derrocado por Kabila, facilitaban a UNITA vías de provisión de armas. Angola ayudó a Kabila a derrotar a Mobutu, y ahora colaboró en el regreso de Sassou-Nguesso al poder.

Annan señaló el martes al Consejo de Seguridad que, "dada la participación de países vecinos, es posible que el conflicto (de Congo-Brazzaville) se propague fuera de fronteras. Debemos actuar ahora, antes de que la situación se agrave",

Agregó que, aunque Estados Unidos se ha opuesto reiteradamente a la intervención de la ONU en naciones africanas, la gravedad de la crisis de Congo-Brazzaville seguramente conencería a Washinton de la necesidad de actuar.

"La seriedad de la situación me lleva a aguardar el apoyo de Washington. Creo que nadie se atrevería a cargar con la responsabilidad de obstaculizar la acción internacional en un caso tan grave como éste", dijo Annan.

La resistencia de Estados Unidos a las prolongadas y riesgosas operaciones de la ONU impidió al foro mundial enviar cascos azules a Burundi, Sierra Leona, la República Centroafricana y a otras naciones en conflicto.

Así mismo, la ONU sólo destinó a la zona oriental del entonces Zaire una fuerza de mandato limitado, encabezada por Canadá, que llegó cuando los rebeldes ya controlaban la región.

Su lento proceso de decisiones dejó a la ONU fuera de los acontecimientos en Congo-Brazzaville. Mohamed Sahnoun, enviado especial del foro mundial a ese país, propuso durante el verano boreal el envío de una fuerza de mantenimiento de la paz, en el caso de que Lissouba y Sassou- Nguesso acordaran el ceso del fuego.

Pero ni el Consejo de Seguridad ni las naciones occidentales tomaron decisión. No se puede aguardar una reacción rápida de la ONU, que no es un servicio de emergencia policial, argumentó Eckhard. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ip/97

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