CHINA: Los homosexuales, aún entre tinieblas

El bar "Mitad y mitad", de Beijing, rebosa de público como tantos otros locales aún después de medianoche. Pero tiene un signo distintivo: la alta proporción de homosexuales entre sus parroquianos.

Esa concentración parece producto de cierta apertura, después de casi medio siglo de censura social y de severa vigilancia policial de la homosexualidad. Pero la tolerancia tiene todavía límites estrechos, y los homosexuales sólo se pueden reunir en el "Mitad y mitad" después de las 12 de la noche.

La semiclandestinidad en que permanece en China la homosexualidad conspira contra la educación preventiva para el control del sida (síndorme de inmundeficiencia adquirida).

La propagación del sida en este país parece insignificante, dado el tamaño de la población, de 1.200 millones de habitantes, y comparada con la magnitud de la epidemia en otros países de Asia.

Científicos de la Academia de Medicina Preventiva calculan que a fines de 1996 había en China 200.000 personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, frente a más de tres millones en India.

El primer documento histórico sobre actividades homosexuales en China se remonta a la dinastía Han (206 antes de Cristo-220 DC). Durante siglos, los homosexuales y sus relaciones fueron incorporados a las novelas clásicas como parte de la vida social.

Todo cambió al comenzar el siglo XX, cuando China intentó desprenderse de su pasado feudal. El Partido Comunista, que tomó el poder en 1949, consideró la homosexualidad un problema social, y los sospechosos de mantener ese tipo de relaciones fueron perseguidos por la policía.

Las cosas se modificaron ligeramente desde finales de los años 70, cuando el líder supremo Deng Xiaoping, fallecido este año, puso a China en la senda de las reformas de mercado y abrió la economía al mundo exterior. Una cierta actitud liberal reemplazó el fundamento puritano de la sociedad previa a las reformas.

"Ya no tememos reunirnos", aseguró un cliente de "Mitad y mitad", quien explicó que hay varios puntos de encuentro de homosexuales en Beijing. Pero el entrevistado prefirió conservar el anonimato, para evitarse problemas.

La policía ya no representa ninguna amenaza, pero la homosexualidad aún no ha sido aceptada. Según los expertos, ese tabí representa una barrera al trabajo efectivo para el control del sida en la comunidad homosexual.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entregó a China 1,89 millones de dólares para contribuir a la financiación de un plan de reducción de riesgo del sida en los próximos cuatro años. Se trata de la segunda donación del PNUD contra el sida desde 1993.

La autoridades chinas redactaron dos programas de acción a mediano plazo desde que en 1985 apareciera el primer caso de sida, y otro, a largo plazo, será puesto en marcha este año.

Así mismo, en diciembre será inaugurado un nuevo Centro Nacional de control del sida, que coordinará las actividades de varias instituciones.

Pero, a pesar de esos esfuerzos, el sida se propaga. Sólo la occidental región de Qinghaiuna, entre las 32 provincias y regiones autónomas en que se divide el país, no comunicó todavía ningún caso de sida, y la cantidad de grupos en riesgo de contraer la enfermedad crece de modo alarmante.

El sida, considerado hasta hace algunos años en China "una enfermedad del extranjero", que sólo afectaba en la costa oceánica a algunos empresarios y trabajadores retornados de ultramar, ha afectado incluso a granjeros, desempleados y trabajadores migrantes en zonas subdesarrolladas del interior.

El mayor riesgo acecha a los drogadictos, las prostitutas y a quienes venden su sangre. Los homosexuales representam 10 por ciento de los infectados con el VIH, y son también el grupo de mayor difícil alcance para la prevención y el control.

La Sociedad China para la Prevención y el Control de las enfermedades de transmisión sexual y el sida instaló una línea telefónica directa en Beijing para el sida, pero pocos homosexuales la utilizan.

Xu Lianzhi, participante en el proyecto, informó que la mayoría de las llamadas proceden de personas afectadas de otras enfermedades de transmisión sexual.

El principal temor de los homosexuales es la discriminación social, destacó Xu. Su posición en el trabajo y en el hogar puede ser perjudicada por la admisión de su conducta sexual, que es aún rechazada por la sociedad.

"Se trata del rechazo a la diferencia", opinó un sociólogo cliente del "Mitad y mitad". Ese modo de pensar fue inculcado por el régimen comunista y es tan poderoso que las actividades homosexuales son consideradas brotes peligrosos de individualismo.

La discriminación social también explica la inexistencia de una línea telefónica de apoyo específico a los homosexuales en cuestiones del sida, observó un experto.

Una tentativa por instalarla, realizada en 1992 por Wan Yanhai, investigador del Departamento de Antropología Biológica del Instituto de Administración Moderna de Beijing, finalizó en negativa después de un año de espera. El proyecto fue abandonado y Wan resultó despedido.

Wan, que se desempeña ahora en la Univeridad de California del Sur, Estados Unidos, realizó una distribución de folletos de información sobre el sida durante una visita a China, causando alarma a la policía.

"En China hay un muro entre lo que se puede y no se puede decir. Algunos de mis amigos homosexuales se sienten amenazados por el sida, pero no se arriesgan a consultar a nadie", dijo el sociólogo cliente del "Mitad y mitad". (FIN/IPS/tra- en/ab/js/ff/he/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe