La bancada militar que se incorporará al Senado de Chile en marzo de 1998, encabezada por el ex dictador Augusto Pinochet, controlará 10 por ciento de esa cámara, advirtió hoy el oficialista Partido Radical Socialdemócrata (PRSD).
La Comisión Política del PRSD llamó a la ciudadanía a dar un amplio triunfo en los comicios legislativos del 11 de diciembre a la gobernante Concertación por la Democracia para impedir que esta bancada militar tenga un papel determinante en el Congreso.
El Partido Demócrata Cristiano (PDC), el mayor del coalición de gobierno, exhortó a su vez a los futuros "senadores militares" a actuar con independencia, en indirecta alusión a su probable sometimiento a Pinochet.
En la próxima elección legislativa corresponderá renovar los 120 sillones de la Cámara de Diputados y 20 de las 38 senaturías que se generan por votación popular, pero además en enero corresponderá nombrar a nueve senadores designados.
Cuatro de estos senadores serán ex comandantes de los institutos uniformados, en representación del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y el Cuerpo de Carabineros, y se sumarán a Pinochet, quien pasará a ser miembro vitalicio del Senado.
El ex dictador, quien gobernó el país entre septiembre de 1973 y marzo de 1990, dejará a fines de este año la comandancia del Ejército para acogerse a una norma constitucional instituida por él mismo que lo faculta para ser senador vitalicio.
Esta disposición favorece sólo a los ex gobernantes que hayan ejercido el cargo por un mínimo de seis años, con lo cual se excluyó al ex presidente Patricio Aylwin (1990-94), quien por un acuerdo político tuvo un mandato de sólo cuatro años.
Los diputados oficialistas propusieron una reforma constitucional para eliminar los senadores designados y vitalicios, pero la iniciativa tiene escasas posibilidades de prosperar a raíz de la mayoría de la derecha en el Senado.
Los ocho senadores que el régimen militar designó en 1990 y los 17 parlamentarios elegidos por la derecha forman una mayoría de 25 entre los 46 miembros de la cámara alta y actúan en bloque en defensa de la institucionalidad heredada de la dictadura.
Los senadores designados representan, además de las Fuerzas Armadas, a ex rectores de las universidades, ex magistrados de la Corte Suprema de Justicia, ex ministros y a ex autoridades de la Contraloría General de la República.
Las designaciones de ex mandos militares se hacen a través del Consejo de Seguridad Nacional, que encabeza el presidente Frei y en el cual participan también los comandantes en ejercicio de los institutos castrenses y la policía de Carabineros.
El almirante Jorge Martínez Busch, hombre de reconocida identificación con Pinochet, anunció el miércoles pasado que el 14 de noviembre entregará el mando de la Armada al vicealmirante Jorge Arancibia.
Martínez Busch integrará así la terna para el senador designado de la Armada y otro tanto hará el actual director de Carabineros, general Fernando Cordero, quien anunciará la semana entrante su alejamiento del cargo.
El PDC exhortó este viernes al general Cordero a actuar con "independencia", dando por descontado que el jefe policial será también postulado ante el Consejo de Seguridad Nacional para ocupar un sillón como senador designado.
Los cuatro representantes de los institutos uniformados, más Pinochet, formarán la bancada militar de cinco miembros en un Senado que desde marzo de 1998 tendrá 48 integrantes, entre electos, designados y vitalicios.
Con más de 10 por ciento de control de la cámara alta y bajo la dirección de Pinochet, la bancada militar puede constituirse en un bloque decisivo en el futuro Senado, advirtió Pedro Chulak, presidente subrogante del PRSD.
"Esta bancada militar se sumará a la derecha para mantener incólume el legado de los 16 años y medio de gobierno militar, tratará de paralizar la obra modernizadora del actual gobierno y tenderá a desequilibrar a las fuerzas elegidas democráticamente", según el PRSD.
Los senadores militares tenderán a minimizar más el papel del Estado y en los temas económicos "defenderán los intereses de los grandes grupos, con perjuicio de todos los chilenos", añadieron los socialdemócratas.
Las reacciones del PRSD y el PDC se produjeron luego de que la mayoría de la coalición oficialista rechazara un acuerdo propuesto por el opositor Partido Comunista que tendía a buscar una derrota amplia de la derecha en la elección senatorial.
El Partido Comunista, que tiene una adhesión en torno a ocho por ciento del electorado, ofreció retirar todos sus candidatos a senadores y apoyar a los de la Concertación, a cambio de que ésta respaldara a sus candidatos a diputados en algunos distritos.
La propuesta tendía a que el oficialismo duplicara en votación en algunas circunscripciones claves a la oposición derechista, garantizando así la elección de los dos cargos instituidos a través del sistema binominal.
Este sistema, que implica elegir sólo dos representantes en cada distrito de diputados y cada circunscripción electoral, favorece sólo a los grandes bloques y es el causante de la exclusión del parlamento de los comunistas y otras fuerzas menores.
El acuerdo propuesto por el Partido Comunista fue aceptado por el Partido Socialista, pero tuvo un categórico rechazo del PDC y del Partido Por la Democracia, además de una negativa más moderada del PRSD. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/97