El presidente Bill Clinton apeló a todo su poder de seducción para conquistar a un Brasil que se resiste a adherir de corazón abierto a la proyectada Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Ese esfuerzo quedo mejor reflejado en una traición a la historia oficial estadounidense, pues reconoció como "padre de la aviación" al brasileño Alberto Santos Dumont. Para Estados Unidos, los inventores del avión son los hermanos Wilbur y Orville Wright.
Con esa revisión que, por cierto, no modificará la historia que se cuenta en las escuelas de su país, Clinton sorprendió a los brasileños en su primer discurso en su visita al gigante latinoamericano, el lunes por la noche. En Venezuela, los elogios al libertador Simón Bolivar eran un recurso obvio.
En los siguientes discursos, el presidente de Estados Unidos abusó de alusiones al "liderazgo" de Brasil y de llamados para que los dos países encabecen "juntos" la integración hemisférica que hará de América un ejemplo de paz, prosperidad, libertad y justicia social para todo el mundo.
"Brasil y Estados Unidos tienen la capacidad y responsabilidad especiales de indicar el mejor camino" en su calidad de países de mayor economía, población y diversidad étnica y cultural, afirmó Clinton, quien reiteró esa idea en varias declaraciones.
Los dos países deben liderar juntos la "revolución silenciosa" que se registra en América Latina, donde "todas las naciones son democracias, con una única excepcion", dijo, sin mencionar a Cuba, único país excluido de las negociaciones en torno al ALCA.
Estos pronunciamientos tranquilizaron al gobierno y a empresarios brasileños, que dudaban sobre las intenciones de Washington en su promoción del ALCA. No se procura dividir el Mercosur, que cuenta con todo el apoyo de Estados Unidos, aseguró el mandatario.
En el Congreso brasileño, su diálogo conciliador parece haber neutralizado la oposición de líderes importantes, como el ex presidente de Brasil y actual senador José Sarney, que consideraba el ALCA un intento de dividir el Mercosur.
Ahora, Sarney concluyó que hubo un cambio importante en la posición de Estados Unidos.
Clinton repitió este miércoles en Sao Paulo sus alabanzas al libre comercio y al mercado como promotores del progreso y el bienestar de todos en su discurso ante 1.200 empresarios brasileños y estadounidenses.
"Sao Paulo es el corazón comercial de la nueva América Latina. El futuro ya está aquí", prosiguió, en un ejercicio de seducción por la retórica.
Sus declaraciones dejaron satisfechos a los empresarios. "Superó nuestras expectativas", sintetizó Carlos Moreira Ferreira, presidente de la Federación de las Industrias de Sao Paulo, el más poderoso gremio empresarial de Brasil.
El presidente de la Asociación de los Exportadores, Carlos Pratini de Moraes, se convenció de que Clinton deja Brasil reconociendo la imposibilidad de que el país abra más su mercado a corto plazo sin una preparación para la competencia con la industria del Norte.
De los 11.000 millones de dólares que según las previsiones alcanzará el déficit comercial brasileño este año, cerca de 5.000 millones responde al comercio con Estados Unidos, un mercado que impone pesadas barreras justamente a los productos en que Brasil es más competitivo, se quejó Pratini de Moraes.
El ministro de Industria y Comercio, Francisco Dornelles, que recibe las quejas empresariales, pareció poco seducido por los discursos de Clinton. Una evaluación de la visita y de sus efectos para el comercio bilateral "se hará más tarde, después de este momento que es de fiesta", dijo.
Los conflictos comerciales, que "molestan" e impiden entendimientos por objetivos mayores, deberán tener soluciones urgentes por instrucciones impartidas a técnicos de los dos gobiernos, prometieron Clinton y el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso.
Clinton procuró realzar la importancia de los acuerdos de cooperación educativa y tecnológica firmados en Brasilia frente a la persistencia de las divergencias comerciales.
El progreso será producto de una "nueva educación y nuevas tecnologías con los viejos valores", como la democracia y la libertad, dijo.
Para destacar la importancia que le concede al área social, Clinton visitó en Rio de Janeiro el proyecto Vila Olímpica, en Mangueira, una favela (barrio hacinado) donde la combinación de deportes y enseñanza bajó mucho los índices de criminalidad y deserción escolar.
En Sao Paulo, Hillary Clinton visitó una escuela pública que tambien logró, con innovaciones, reducir dramáticamente la deserción y las repeticiones, dos de los grandes problemas de la enseñanza brasileña.
La visita de 46 horas tuvo éxito pues redujo la desconfianza brasileña hacia Estados Unidos, agravada por la divulgación de un informe oficial que criticaba la "corrupción endémica" y la "arrogancia" de los agentes estadounidenses que prepararon la seguridad de Clinton.
Pero el presidente Cardoso dejó claro en sus discursos un enfoque distinto de los procesos mundiales, aunque señaló las coincidencias con respecto a valores como la democracia, la paz y la libertad.
Para el presidente brasileño, la globalización y la integración comercial del continente deben apuntar a la búsqueda de igualdad, a reducir los desequilibrios económicos y sociales del mundo.
El líderazgo que procura responde al anhelo de mayor desarrollo para los países pobres, distinguiéndose del ejercido por una potencia industrializada como Estados Unidos. (FIN/IPS/mo/mj/ip if dv/97