/AMBIENTE/BRASIL: Expertos combaten satanización del fenómeno del Niño

La corriente del Niño, que está provocando graves inundaciones en el sur de Brasil, tiene efectos positivos para la agricultura, sostienen expertos que protestaron contra la satanización de ese fenómeno intermitente del Océano Pacífico.

Sus efectos negativos son principalmente urbanos, "un problema de defensa civil" y no tanto agrícola, dijo Eduardo Assad, investigador de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria, a una comisión de parlamentarios creada par a debatir el asunto, en Brasilia.

El experto condenó la "industria del mal tiempo" que se formó en torno al Niño. Si hay algo que perjudica la agricultura brasileña es la falta de financiación, ya que ni un décimo del crédito prometido para este año, más de 7.000 millones de dólares, llegó a los agricultores, observó.

La corriente de aguas calientes del Pacífico no puede servir de pretexto para que los bancos no concedan préstamos y para que los agricultores no paguen sus deudas, sentenció Assad.

En realidad, los años en que el Niño se manifiesta siempre fueron de buenas cosechas en Brasil, pese a las ciudades sumergidas por la crecida de los ríos en el sur, añadió Carlos Nobre, experto del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales.

Fue así en 1983, cuando el fenómeno fue excepcionalmente fuerte, y también este año, en que se espera una cosecha récord y el Niño más intenso de los últimos 150 años, recordó.

Las lluvias más intensas en esta época favorecen la productividad, por lo menos en el sur, donde más se producen granos en Brasil, argumentó Nobre. Las siembras inundadas son compensadas con creces por otras beneficiadas.

El Niño provoca alteraciones climáticas en casi todo el mundo, pero no justifica el "clima de tragedia" estimulado por los medios de comunicación, criticó.

Las pérdidas graves ocurren donde se intensifican las sequías, como ocurre en el nordeste brasileño. Pero en aquella región la influencia climática más importante viene del Atlántico, y no del Pacífico, explic óNobre.

De todos modos, es grande el impacto de las perturbaciones climáticas de los últimos días. La crecida de las guas del río Uruguay bloqueó puentes y obligó por lo menos a 2.000 personas a abandonar sus casas en el norte de Uruguay y Argentina, cerca de la frontera con Brasil.

En el lado brasileño, más de cien ciudades fueron inundadas en los estados más sureños, Rio Grande do Sul y Santa Catarina, expulsando a más de 20.000 personas de sus hogares.

En septiembre, la humedad del aire cayó al nivel más bajo desde 1939 en el corazón de la Amazonia brasileña. El hecho hizo aumentar los incendios en los alrededores de Manaus, capital del estado de Amazonas, contaminando la atmósfera y dificultando el vuelo de aviones.

En 1983, se estimaron en 780 millones de dólares las pérdidas agrícolas atribuidas al Niño. Hay que considerar también los resultados positivos y aprender a convivir con el fenómeno, avanzando en su conocimiento.

El exceso de lluvias en esta época del año beneficia a los cultivos de primavera y verano, como maíz y soja, dijo el profesor Moacir Berlato, experto en Agrometeorología de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul.

Los problemas tienen otro efecto positivo, destacaron los meteorólogos. Con las alteraciones, las autoridades, productores y la sociedad comienzan a valorar las previsiones climáticas y pueden destinarle más recursos a esa investigación, lo que se traducirá en mayor productividad agrícola. (FIN/IPS/mo/dg/en-if/97

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