/AMBIENTE/AMERICA LATINA: Escasa percepción sobre gravedad de desertización

América Latina no ha tomado conciencia de la gravedad del proceso de desertización que la afecta, alertó un experto agrícola en la Conferencia Internacional que sobre esta materia se realiza en la capital italiana.

La desertización no es sólo un problema de Africa sino que tiene importantes efectos en América Latina, sostuvo el lunes 6 Jacques Chonchol, experto agrícola chileno y ex profesor de la Universidad de la Sorbona de París.

Unos mil delegados, incluidos jefes de Estado, ministros y alcaldes, asisten a esta reunión que se celebra en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) del 29 de septiembre hasta el día 10.

La conferencia fue convocada para activar la Convención de Lucha contra la Desertización, surgida de la Cumbre para la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992. El texto, suscrito en 1994 en París por 115 países y ratificado por 75, es operativo desde el 26 de diciembre de 1996.

En América Latina no existe, afirmó Chonchol, una percepción profunda de la gravedad del fenómeno de la desertización porque en su mayor parte no da origen a graves e inmediatas catástrofes sociales como las que se ven en Africa, sobre todo en el Sahel, dijo.

Una de las excepciones a esta situación la constituyen el nordeste de Brasil y Haití.

Esta situación, explicó, hace que los Estados no sientan la necesidad de una acción más profunda para hacer frente a la desertización.

Las situaciones de pobreza, sobre todo de extrema pobreza, y la desertización tienen profunda interrelación, expresó Chonchol.

América Latina atravesó en los años 80 una grave crisis económica que provocó un aumento de la pobreza no superada con las políticas macroeconómicas de ajuste estructural, indicó.

A inicios de esta década, cerca de 50 por ciento de la población latinoamericana vivía por debajo del nivel de pobreza.

El subcontinente tiene una superficie de 1.770 millones de hectáreas, de las cuales 819 millones, el 46 por ciento, son apropiadas para la producción agrícola seca.

Las tierras cubiertas por bosques son actualmente unos 900 millones de hectáreas.

Hacia el 2000, dijo Chonchol, la población total de la región será de unos 566 millones de habitantes, 82 por ciento más que en 1975.

El aumento demográfico ejercerá una fuerte presión sobre las tierras agrícolas que excederá ampliamente su capacidad de producción, lo cual contribuirá a aumentar los desequilibrios sociales de manera significativa.

En una región donde la mayor parte de los países basa sus economías en la agricultura y en la agroindustria, la erosión de los suelos, que conduce a la desertización, constituye la principal amenaza para el futuro de su población, manifestó.

Sin embargo, la evolución de la erosión es mal conocida en América Latina y el Caribe y en la mayor parte de los países los estudios sobre sus daños datan de 30 o 40 años.

En estas condiciones, dijo el experto chileno, las estimaciones más frecuentes sobre la gravedad del fenómeno indican que las tierras afectadas llegan a 210 millones de hectáreas, un poco más de 10 por ciento del territorio total.

Chonchol indicó que la salinización de las aguas contribuye de manera determinante al proceso de degradación del suelo.

Las tierras regadas representan 11 por ciento de las tierras cultivadas, una parte significativa de las cuales sufren de problemas de salinización, resultado de técnicas inadecuadas de irrigación y de la falta de drenaje.

La carta del suelo publicada por la FAO en 1994 destaca que 130 millones de hectáreas se encuentran afectadas por el proceso de salinización en América del Sur.

Chonchol subrayó que los bosques que han desaparecido de la región desde 1960 cubrían un área de 200 millones de hectáreas.

Según estimaciones de la FAO, en la década pasada se destruyeron nueve millones de hectáreas de bosque cada año.

El especialista chileno explicó que la desertización debe ser considerada como un proceso terminal de degradación de los recursos naturales que conduce a una situación de "agricultura desértica" irreversible, en la cual la tierra pierde toda capacidad de producción y es abandonada por sus habitantes. (FIN/IPS/jp/dg/en/97)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe