Casi 130 millones de hectáreas de tierras cultivables del planeta, una extensión similar a la de Francia, Italia y España juntas, se perdieron para siempre debido a la degradación, y ya no podrán ser utilizadas para la producción de alimentos, sostuvo el nuevo Atlas Mundial de Desertificaión.
El atlas fue lanzado por Elizabeth Doweswell, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), durante la primera conferencia de las partes de la Convención de Lucha contra la Desertificación que finaliza este viernes en esta capital.
Nuevos datos revelan que la desertización afecta directamente o arriesga el modo de vida de más de 1.000 millones de personas que dependen directamente de la tierra para su supervivencia, dijo Dowdeswell.
La desertización, degradación de tierras secas productivas, no es sólo un problema de Africa. Según el atlas, las grandes llanuras y la pampa en América, las estepas de Asia, el desierto australiano y los márgenes del Mediterráneo también están afectados por la desertización.
El atlas resume el estado actual del conocimiento científico sobre las tierras áridas del globo, y revela que la desertización es uno de los problemas ambientales más serios y de mayor aceleramiento.
El alcance mundial del problema de la desertización fue indicado por la primera edición del Atlas Mundial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 1992, a tiempo para la Cumbre de la Tierra celebrada en Rio de Janeiro.
La segunda edición intenta facilitar las actividades para combatir el problema.
La Agenda 21 que emergió de Rio incluyó un capítulo sobre "Gestión de ecosistemas frágiles: el combate de la desertización y la sequía", y recomendó la creación de un comité negociador intergubernamental para preparar la convención para combatir la desertización, la cual entró en vigor en diciembre de 1996.
Franklin G. Cardy, coordinador ejecutivo para recursos naturales y la tierra del PNUD dijo a IPS que los esfuerzos por mejorar la evaluación y supervisión de la desertización continuaron desde la primera edición del atlas.
La nueva edición fue revisada y expandida para cubrir temas ambientales relacionados, incluyendo cuestiones de biodiversidad, cambio climático y disponibilidad del agua, agregó.
Cardy dijo que el atlas no deja dudas de que las condiciones sociales y económicas en general y la pobreza y la seguridad alimentaria en particular tuvieron un gran impacto en el avance y el control de la desertización.
En el prefacio a la publicación, Cardy sostiene que la degradación de la tierra es una razón importante de la constante caída del ingreso rural, resultando en complejos cambios demográficos, económicos y sociales.
El proceso también afecta a aquellos que dependen de la tierra como recurso básico, sea para cultivos, ganado o leña. El motivo es que fuerzas económicas y políticas estimularon nuevas formas de uso de recursos insostenibles en los últimos tiempos.
El experto ve la llave del éxito en la batalla contra la desertización en la adecuada financiación, con un compromiso total a nivel político y a todos los niveles del gobierno y la sociedad.
Una conclusión significativa que emergió durante la preparación de la segunda edición del Atlas Mundial fue la necesidad de seguir adelante con una iniciativa para completar una nueva evaluación mundial, posiblemente en el 2002, a diez años de la cumbre de Rio de Janeiro.
Varias series de datos fueron utilizadas en la compilación del atlas, entre ellas la base de datos Global Soil Degradation, una base de datos sobre Africa continental, otra sobre clima mundial y una más refinada sobre desertización desarrollada en Asia.
En la evaluación de Asia, poco estudiada en la primera edición, se puso mayor énfasis en la evaluación por países, y en las tendencias a la degradación y su impacto sobre la productividad agrícola.
El nuevo atlas presenta historias de éxito en el combate de la desertización, como la rehabilitación de suelos en el noroeste de China, la recuperación de zonas anegadas y la salinidad en Australia occidental y los continuos desafíos de la región del Sahel en Africa.
La publicación también describe una nueva iniciativa mundial llamada Perspectiva Mundial de Enfoques y Tecnologías de Conservación (WOCAT), la cual presenta como ejemplos la región este y austral de Africa.
Los estudios de caso de WOCAT dan información sobre la severidad de la erosión, las técnicas dominantes de conservación de suelos y fuentes de agua y el impacto de las tecnologías de conservación en áreas de cultivo y pastoreo. (FIN/IPS/tra-en/raj/ak/lp/en/97