El éxito de India al desafiar a Estados Unidos por el uso de cúrcuma en tratamientos médicos fue un impulso para activistas que buscan proteger la sabiduría indígena de los "biopiratas" del mundo industrializado.
Tras una compleja batalla legal, la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos decidió el 14 de agosto que una patente para la cúrcuma otorgada al Centro Médico de la Universidad de Mississippi en diciembre de 1993 es inválida debido a que no se trató de una invención.
La entrega de la patente fue disputada por el Consejo de Investigación Científica e Industrial de India (CSIR), el cual combinó evidencias científicas y recursos legales para detener a los biopiratas.
R.A. Mashlekar, director general de CSIR, consideró que "este éxito aumentará la confianza de la gente y ayudará a eliminar temores sobre la incapacidad de India para prevenir la biopiratería y el robo de invenciones basadas en el conocimiento tradicional".
La patente de la cúrcuma fue una entre cientos que el Norte se atribuyó, ignorando el conocimiento indígena preexistente, y muchas otras patentes deberían ser revocadas, sostuvo Vandana Shiva, científica y activista reconocida en el mundo, integrante de la Campaña por un Sistema de Derechos de Propiedad Intelectual Justo.
Esto puede hacerse si las leyes aseguran la protección contra la biopiratería, indican activistas. Según el experto en agricultura Devinder Sharma, "investigar cada patente en base al conocimiento tradicional involucrará altos costos y grandes esfuerzos".
Bajo las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), las patentes se entregan para inveciones que califiquen por su novedad, ausencia de obviedad y utilidad. La patente de cúrcuma no logró satisfacer los criterios, ya que la pasta de cúrcuma ha sido utlizada durante siglos por los indios para tratar heridas e infecciones estomacales.
Es la Organización Mundial de Comercio (OMC) que debe proteger el conocimiento indígena, alegó Sharma, ya que "los gobiernos de los países en desarrollo no pueden perseguir y demandar cada producto patentado basado en conocimiento indígena".
Suman Sahai, de la Campaña Gen, con sede en Nueva Delhi, señala que el gobierno de India podría usar el caso de la cúrcuma para "presionar al Norte para que reforme sus propias leyes sobre derechos de propiedad intelectual, en lugar de presionar al Sur a que cambie sus leyes".
Vandana Shiva destacó que "los ejemplos de biopiratería dejan claro que las leyes de patentes indias no son las únicas a ser cambiadas. Las leyes estadounidenses también deben ser modificadas para que se ajusten a un sistema mundial de derechos de propiedad intelectual honesto".
Debido a que dos tercios de las especies de plantas del mundo, al menos 35.000 de las cuales tienen valor medicinal, se encuentran en los países en desarrollo, el Norte está determinado a mantener su predominio sobre el Sur, afirman los activistas.
Estados Unidos está más dedicado a su intento de lograr que India cumpla con el Tratado de Derechos de Propiedad Intelectual Vinculados al Comercio (TRIPs).
La razón, según Sharma, es proteger la industria de la biotecnología de Estados Undios de compartir los beneficios con países de los cuales retiraron los recursos vegetales y animales.
Esto viola la Convención sobre Diversidad Biológica, pero Estados Unidos ha dejado claro que no tiene intenciones de atenerse a las regulaciones.
Es en interés de India que el gobierno revise la Ley de Patentes de 1970 y reconozca el "arte previo" o conocimiento existente, sobre el cual las leyes indias y estadounidenses mantienen el silencio. Esto protegería la sabiduría tradicional en la agricultura y la horticultura.
"Para empezar, India debe declarar la propiedad de su propia riqueza biológica", sugirió Sahai. "Esto debe ser seguido de intensas presiones para institucionalizar un mecanismo de apelación ajustado a la Convención sobre Diversidad Biológica".
Vandana Shiva sostiene que la OMC debe presionar a Estados Unidos para que cambie sus leyes de patentes de modo que eviten la biopiratería.
"La protección de la biodiversidad y el conocimiento indígenas es una obligación legal internacional y este compromiso debe ser mantenido por todos los organismos multilaterales", asegura.
Las lagunas en las leyes de patentes de Estados Unidos fueron primero expuestas por Mangla Rai, vicedirector general del Consejo Indio para la Investigación Agrícola, quien enfrentó con éxito una patente de algodón entregada a la gigante de las semillas estadounidense Agracetus.
"No hay dudas de que las leyes de patentes de Estados Unidos están llenas de vacíos que las transnacionales tienen tendencia a explotar. El retiro de la patente de la cúrcuma revela las carencias de las leyes de Estados Unidos", dijo Rai. (FIN/IPS/tra-en/bbp/an/lp/dv-ip/97