Declaraciones de miembros de la alta cúpula militar de Ecuador y recientes estudios de opinión demuestran que en este país andino el fantasma de la dictadura militar aún merodea en la mente de muchos ecuatorianos.
Los 20 años de plena vida democrática no habrían logrado borrar el último período de dictadura militar, que inició con el golpe de Estado contra el presidente José María Velasco, en 1972, y finalizó en 1979, con la asunción del gobierno democrático de Jaime Roldós.
La corrupción, la inoperancia del sistema judicial, la inseguridad pública y la crisis institucional que el país vivió tras la destitución del presidente Abdalá Bucaram por el parlamento en febrero pasado serían elementos para considerar el retorno de un régimen dictatorial para muchos ecuatorianos.
"El sistema democrático está corrompido y mucha gente confía en que una dictadura sería la solución para el país", dijo el jueves pasado el comandante René Yandún, en una entrevista radiofónica que encendió la polémica y que le costó el puesto en la Tercera División del Ejército Tarqui.
Para Yandún, un militar influyente en la vida pública de la provincia sureña de Azuay, los problemas institucionales que vive el país a raíz de la destitución de Bucaram "están minando la tranquilidad y puede existir una convulsión total".
Muchos dirigentes sociales "aseguran que todo el mundo quiere una dictadura, absolutamente dura, compacta y enérgica", continuó el comandante.
Las declaraciones de Yandún "fueron hechas a título personal", dijo este lunes el ministro de Gobierno (Interior) César Verduga, al insistir en que el gobierno "ratifica su vocación democrática".
Según Verduga, la alta cúpula militar "se manifestó preocupada por la actitud del comandante y ya ha tomado cartas en el asunto".
Sin embargo, las palabras de Yandún, según diversos analistas, coinciden con las expresiones del jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas Paco Moncayo, quien en un seminario internacional sobre Globalización y Gestión Pública aseguró que Ecuador "está entrando en un sistema caótico".
Para Moncayo, Ecuador "aún no logra recuperarse del colapso del sistema político ni de la inseguridad jurídica" pues la justicia no funciona, y cuando esto sucede "la sociedad ya no vive en un sistema de derecho. Ya no es una sociedad de derecho".
Según una encuesta de Informe Conficencial, uno de los institutos de opinión más importantes del país, publicada este fin de semana por el diario quiteño Hoy, 38 por ciento de los capitalinos considera que la dictadura es el mejor sistema para el país.
Para estos ecuatorianos, un régimen dictatorial podría solucionar problemas como la corrupción y la inseguridad pública.
Jaime Durán, director de Informe Confidencial, consideró que para la mayoría de los ciudadanos de los países de la región "hay más corrupción en las democracias que en las dictaduras".
Ello se explica, estimó, por el control sobre la información que ejercen los militares y "que no permite que la población se entere de lo que realmente ocurre".
En la ciudad portuaria de Guayaquil, la más poblada de Ecuador, el apoyo eventual a una dictadura alcanza 24 por ciento y, aunque es menor que en Quito, "continúa siendo una cifra preocupante", consideró Rafael Arízaga, ex ministro de Relaciones Exteriores.
Las declaraciones de Yandún "son muy delicadas pero tienen un sustento en la realidad, aunque nos cueste aceptarlo", señaló.
"La democracia ha vivido momentos traumáticos y es ahora donde tendrá que demostrar su fortaleza, cuando reviven los fantasmas de la dictadura", concluyó Arízaga. (FIN/IPS/mg/dg/ip/97